PECADO 3: PEREZA

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—¿Y entonces? —preguntó Seth—.
¿A qué te refieres con eso de "tu búsqueda a por el pelo turquesa"?
¿Quieres cambiar el color de tu cresta o qué?

—Es algo muy extraño, Seth —contestó Amonq, algo confuso—.
¿Tú conoces a alguien con cabello de color turquesa? ¿O haz oído de alguien, o algo que tenga que ver?

—Pues no realmente.
¿A qué punto quieres llegar?

—Hace unos minutos, estaba observando a los que llegaban a vernos combatir-

—Espera, yo no puedo combatir mucho; claro, los dos se lo pedimos y nos quieren ver. Pero soy extra.
Me puedes llamar para pelear, pero tú eres el que está enfrentándose.
Suena muy mal, pero es así.
Te apoyaré en esto, no te preocupes.

—Tienes razón, pero eres una parte clave de esto.

—Puede ser, pero tú eres quien se enfrenta. Además, tienes tu cuerno. Yo no tengo nada.

—Supongo que sí...
Entonces, de lo que te hablaba, era de que veía al público pero algo extraño pasó.

—¿Extraño como cuando ves a un amigo en el centro comercial sin haber planeado nada, y no se hablan porque es incómodo, o como encontrarte un billete, pero nadie lo agarró y lo dejaron?

—No, es como un raro de que te encuentras un lápiz y preguntas de quién es, nadie responde y te lo vas a llevar. Pero cuando lo recojes, sientes que algo está fuera de lugar en ese lápiz, como que si lo hubieran dejado a propósito y decides dejarlo por ahí.

—Vaya, eso es un nivel muy grande.

—Sí, es muy peculiar.
Entonces de repente, ví a alguien con un pelo largo. Bastante largo.
No era normal: el cabello de todos o era rojo, o castaño, o negro.

Éste era un turquesa muy intenso, como el cielo, pero en el día más despejado y azul de la vida.
Me llamó bastante la atención e intenté ver si lograba algo más, pero lo único que ví fue ese color...
Todo lo demás no era visible: ni sus manos, ni sus piernas, ni siquiera su cara.

—Eso es aún más extraño.
¿Viste alguna otra cosa?

—Lo único que sé es de que era una mujer. Su forma física era femenina, y caminaba muy elegantemente.
Era simplemente una silueta.
...
De repente, sentí que yo sonreía.

—Amonq, ¡estás enamorado! —rió—.
¿No te había pasado antes con Elisabeth antes de-

—Ya te dije que no la conocía.
Ni siquiera me recordaba a nadie. Ni siquiera a Elisabeth.
Esta figura misteriosa era diferente: tenía pelo curvado, y muy brillante.
El pelo de Elisabeth era recto y un poco descuidado.
Ya me estoy dando cuenta de que mis elecciones fueron pésimas...

—Mehh, hay peores.

—El de Elisabeth incluso es como que recibe la luz, y la absorbe.
El de esta figura la recibía, pero era como un espejo: la enviaba fuera e incluso más brillante.

—¿Cabello funcionando como espejo?

—Exacto.
Pero no reflejaba figuras: solo luz.

—Sigue siendo más extraño que nada. Pero bueno, tú eres mi hermano, y tú te entiendes.
Incluso si esto es muy, muy raro.

—Pues sí, y además-

—¡Amonq! —gritó Azazel.

     El gran diablo rojo se acercó corriendo, haciendo retumbar todo el piso, y abrazó a Amonq otra vez, dejándolo sin aire

—¡Kghhh! —se quejó Amonq—. Hola jefe...

—¡Eres el mejor centro de entretenimiento!

Como Fracasar como Demonio: feat. Amonq (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora