PECADO 5: GULA

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—¿Y entonces... qué harás?

—¿De qué hablas, Seth?

—Sobre combatir a Gula.

—Pues lo que acordamos, no me queda de otra.

—Pero, ¿y si ese plan llegara a fallar?

—P- pues moriré... —dijo Amonq mientras reía nerviosamente.

—Eso no me suena nada bien... pero seguramente funciona, así que ten fe.

—Gracias.
...
Oye Seth, por cierto...
Gracias por todo lo que has hecho. Significa mucho para mí que hayas organizado un plan para derrotar a uno de mis enemigos.

—Hey, yo también quiero salir a la superficie.
Además, ¿por qué no ayudaría, siendo que eres mi amigo? ¡O mejor aún, mi hermano!

—Eres un santo, Seth.

     Amonq sonrío de oreja a oreja por la felicidad que sintió. Esto era verdaderamente hermoso para él aunque haya sido algo sin importancia.

—Y también quiero ver que tú y la chica de cabello turqueza estén juntos, estos tórtolos tan enamorados...
Hehe... mi hermano el casanova del inframun-

—Olvida todo lo que dije, ¿sí?

— ¡Qué sensible! Discúlpeme, mi reina.

• • •

—Amonq —dijo Azazel, acercándose al demonio—, Gula llegó.

—Ya voy, dame un segundo.
Seth, ¿Entonces sólo cumplo el plan?

—Sí, solo debes hacer eso. Ten cuidado, porfavor.

—De acuerdo.
Nos vemos más luego.

—¡Adiós hermanote!

     Una vez que Amonq se despidió, se dirigió hacia Azazel para conocer a Gula:

     Fue un corpulento ente que llevaba un traje de gala negro, muy bien tratado y usaba un corbatín rojo que apenas le alcanzaba en su gordo cuello. Usaba un pantalón de gabardina del mismo color y sus zapatos de cuero negros brillaban de lo limpio que estaban, combinando con su sombrero de copa alto rodeado por una cinta roja, y en el moño había un cráneo pequeño. Además, portaba en su mano un cetro hecho de carne (y no cocinada, ni mucho menos de un animal) que extrañamente lograba mantener su postura.
Por si no fuera poco, llevaba un monóculo de platino en su ojo derecho azul, y en su descubierto ojo izquierdo había una cicatriz que recorría de su ceja hasta su mejilla, mientras que su "iris" era de color blanco, y no contenía pupila.

—Muy buenas tardes, estimado caballero. Es un grandísimo placer conocerlo.

     El juicioso pecado extendió su mano y se agachó un poco, casi haciendo una reverencia. Era una combinación de saludo japonés y americano, cosa que dejó a Amonq sin saber cómo responder.

Ehhh...
¿Buenas tardes...?

     El demonio extendió su brazo y estrechó la mano de su contrincante. Él había perdido la noción del tiempo, demostrado en su confusión del tiempo al saludar.

—Buenas tardes, Gula —dijo Azazel calmadamente—.
Es un placer recib-

—"Señor Gula", si tiene la amabilidad.

—Lo siento, 'Señor Gula'.
Gracias por venir.

—El placer es mío, amado Azazilel.

Como Fracasar como Demonio: feat. Amonq (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora