2 -NOS MUDAMOS-

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Cambiamos de residencia hasta un poblado cercano de gente más aguerrida que nuestros ancestros los indios Caribes. Todo lo ocurrido con mi amada perrita (anterior y posterior a la mudanza) lo irán conociendo progresivamente según avance el relato; pero creo conveniente darles algunas informaciones previas...era una perrita que se enorgullecen tener muchos vanidosos y exhibicionistas, porque es costosa (aclaro que a mi hija se la regalaron) de raza que los entendidos llaman poodle, apenas más alta que el suelo, con un pelaje blanco rizado muy hermoso y con una inteligencia, lealtad y buenos sentimientos difíciles de conseguir en los humanos...

Y ¿De donde sale el nombre de la perrita? Este no es más que el homónimo de una famosa actriz pornográfica italiana que, no sé si por resentimiento del pueblo o por el espíritu juglaresco, alegre e irónico de esta raza bendita de Europa, "LA PORNO", COMO SUELEN LLAMARLA, fue llevada a la "sagrada" y alta investidura de parlamentaria. Desconozco si haría otras cosas más notables, pero escuché de su propia voz en la televisora ANTENA TRES del reino de España, que una de las ejecutorias desde su curul, fue ofrecer sus servicios sexuales gratuitos Al talibán OSAMA BIN LADEN y al ya trágicamente fenecido dictador de IRAK, SADAN HUSSEIN, siempre que dejaran de jugar con la guerra y la muerte, y ¿Saben lo que sucedió? Los muy tercos y fanáticos prefirieron seguir con su obsesión de violencia, rechazando absurdamente el amor que les ofrecía la bella mujer...

La primera dueña de Chichiolina era de origen italiano y en una solemne (aunque sacrílega) ceremonia, la ungió con ese nombre que para mí resultaba insultante y hasta repulsivo por la lealtad y, sobre todo, "PUREZA" de mi amada perrita que, quizá a disgusto de ella, pasó su vida sin ser tocada por un macho...llego a pensar que la amiga italiana no hizo esto por agraviar a la perrita, sino a la desvergüenza , audacia y oportunismo de los arribistas políticos que juegan con la ingenuidad del pueblo que les paga la desidia, negligencia y, como complemento, vida cómoda y de placeres que llevan en el cargo que ocupan...SI, el propósito no era mancillar la dignidad de la perrita, sino restregarle a los humanos sinvergüenzas el criterio erróneo que se tiene sobre los perros.

EL LUGAR ADONDE NOS MUDAMOS

Voy a referirme ahora al lugar adonde nos mudamos: los perros callejeros se notan sumisos, adormecidos por el hambre (igual que el hambre adormece el estómago y el espíritu de los hombres) y se ven indiferentes a todo lo que pasa a su alrededor; en cambio, los perros con dueño, dentro de las cercas, se miran inquietos, agresivos y soberbios, igual a los que tienen seguros sus ricos manjares. La mayoría de estos últimos son de razas exóticas (CHAW-CHAW, PASTOR ALEMAN, PACHON INGLES, BRACO FRANCES, ETC.) todos con nombre y apellido para igualarse a los que tienen los gringos, a diferencia de los nuestros que los llamamos simple-mente "perros" y, cuando más, los apellidamos con dos o tres palabras obscenas para estremecerle la haraganería que le pro-duce la escasa alimentación que les suministramos...

Miro una señorona con modales yankis que pasea, doblemente oronda, un CHAW-CHAW rubio, grande y fuerte, de porte soberbio que rebasa la aparente calidad de la dueña, y, un perro callejero criollo cobrizo, con manchas negras y blancas, se asusta al ver al rubio, alejándose temeroso con el rabo entre sus escuálidos cuartos traseros, conservando como nosotros el temor por las etnias consideradas superiores y poderosas.

Dejemos quietos a los perros y vamos a la gente (aunque la satisfacción de tratar la lealtad de los perros es mejor que la insinceridad de la gente). Para los viejos y viejas del lugar pareciera que el mundo ya no existe, meditabundos, silenciosos como pieza arqueológica que no habla pero dice mucho, alter-

nan su mirada clavándola en el suelo y luego en el horizonte. Viéndoles el rostro pareciera que el dolor no les deja recrearse en sus recuerdos. De pronto un loco sale no sé de donde y repite con insistencia:

CHICHIOLINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora