Dentro de unos cuantos minutos se llevaría acabo la fiesta sorpresa de tu novio Rubén, estabas emocionada pues llevabas un par de semanas planeandolo con Mangel y los demás chicos.
Estabas terminando de decorar la casa, mientras los muchachos lo tenían ocupado jugando en casa de Alexby.
Sacaste la lista donde tenías anotado todo lo que necesitabas, tachaste: globos, cartel, comida, chuches, refrescos, alcohol. Solo faltaba el pastel y una velita.
La guardaste y viste la hora; 8: 10pm. Dentro de veinte minutos irías por el pastel así que decidiste darte un baño rápido y sacar la ropa que llevarias puesta a lo largo de la fiesta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez dentro del baño, encendiste la regadera y te metiste sin perder tiempo, el baño fue demasiado relajante, justo lo que necesitabas. Al termino de este, te secaste y vestiste, te peinaste y dejaste tu cabello suelto para así salir a por el pastel.
Cuando llegaste al lugar indicado, diste el ticket y la chica encargada te dio tu pedido.
Saliendo de ahí, le marcaste a Alexby.
Después de dos tonos respondió.
—Ya pueden venir. —recibiste un "ok" y colgaste.
*
La fiesta marchaba excelente, mejor de lo que habías planeado. Rubén estaba emocionado y jugando con sus amigos, cosa que te hacía sentir demasiado bien. Sabías que el "trabajo" de ser youtuber es estresante hasta cierto punto, pues tiene sus buenas y malas con los fans.
Rubén se acercó a ti y te besó en la mejilla repetidas veces.
—Eres la mejor, princesa.
—Lo sé, lo sé. —río bajito.
—Cuando se vayan, te agradeceré. —dicho esto partió y continuó con los chicos.
* La fiesta acabó considerablemente temprano y con una mínima de desastre. Agradeciste internamente por ello.
—Me la pasé de ptm, cariño. —sonrió y se acercó para plantar un beso en tus labios.
Respondiste gustosa aceptando esos labios tan dulces que tanto amabas.
— Ahora quiero mi regalo —murmuró cerca de tu oido.
No comprendias a que se refería, pues ya le habías dado sus regalos anteriormente, fue entonces cuando bajó sus manos a tu trasero masajeandolo suavemente sin pena alguna. No pudiste decir nada pues besó salvajemente tus labios, correspondiste sin poder llevarle el paso.
El ambiente comenzó a tornarse intenso a medida que Rubén tocaba tu cuerpo.
Sin querer quedarte atrás, comenzaste a levantar su camisa, se separaron levemente para después volver a unir sus labios de manera más apasionada. Mordió ligeramente tu labio inferior por lo que soltaste un jadeo, rápidamente introdujo su lengua sin permiso y comenzó a recorrer cada lugar. Sus lenguas luchaban por mantener el control.
