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Alexby

Advertencia: Algo subido de tono casi al final.

Créditos del bello dibujo a la Diosa @merihikari en Inta. Y Twitter uwu

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~ Anteriormente ~

Me acosté en sus piernas y este comenzó a acariciar mi cabeza.

-____, únete a la hermandad oscura conmigo.-Comencé a toser, ya que me había atorado con el pedazo de manzana que había mordido apenas inició la oración.

~ ~

Hace ya varias semanas que era una "Hermana Oscura" y a decir verdad me la he pasado demasiado bien haciendo maldades con Willy, Rubius y Fargan.

Reventar cosas con minas era el pan de cada día. Sobre todo la puerta de cierto chico amante de la simetría.

A diferencia de los chicos, yo disfrutaba de robarle a los que realmente tenían y dárselo a los necesitados, muy a lo Robin Hood. Robarle al alcalde y reventarle una que otra vez nunca estaba de más.

Aunque gracias a mis tonterías, la seguridad aumentó muchísimo.
Uno de los problemas que trajeron mis "jueguitos", como decía Willy, era correr de la ley, ya saben, de el único policía no corrupto. El pequeño y adorable Alex.

Era sumamente ágil y muchas veces me costaba escapar de él. Por lo que siempre intentaba hacer mis cosas de noche y verificar que él no estuviera cerca.

Hoy era una de esas noches dónde Fargan, Willy, Rubius y yo debíamos hacer nuestras cosas. Habíamos escuchado de un ladrón francés que nos estaba haciendo perder terreno, por decirlo de alguna forma.

Molesta, sabiendo que ese tipejo no solo robaba a los ricos, sino también a los pobres, decidí tenderle una trampa junto con los Hermanos para ver si de una buena vez dejaba de joder.

*

La noche había caído, los cuatro teníamos trajes listos y minas a morir. Había preparado unas pociones de sigilo para evitar que alguien nos pillara por ahí.
Era simple, en estos días colocamos carteles en casas de nuestros demás compañeros y lanzamos el rumor de que un objeto valioso sería transportado en estos días a una casa de seguridad cerca de Karmaland.

No muchos tendrían la agilidad y destreza para pasar por las "trampas" bobas que colocamos, así que el que llegara a el punto, sería nuestro Lobo y al fin podríamos desenmascarar aquel vago.

Cada quién estaba en la posición correspondiente, así que sólo nos quedaba esperar.

Escuchamos las trampas activarse y a más de uno irse corriendo con heridas superficiales. Reí por ver las desgracias ajenas, hasta que sentí una mirada sobre mi.
Incómoda, miré a ambos lados sin poder saber quién era.

-Mademoiselle, que bella noche hace, no cree usted? -Dijo una voz a mi izquierda, me sorprendió e inevitable di un paso hacia atrás.- ¿Peggo que le pasa, chiquilla? ¿Ha visto un fantasma?-su pésimo intento de francés me estaba colmando la paciencia. Rápidamente activé el interruptor de mi derecha, encendiendo las luces de aquel lugar y dando la señal a mis camaradas.

- Ha llegado la hora, Lobito. -dije sacando mi espada.

- Es cierto, ha llegado la hora... De irme JAJA, Adieu, Mademoiselle. -hizo una seña con su mano y comenzó a correr.- ¡Te recomiendo que huyas mientras puedas, pequeña ratita de alcantarilla!-comencé a perseguirlo al igual que mis demás hermanos oscuros, pero al llegar cerca del pueblo, nos dimos la sorpresa de que estaba repleto de policías.

- ¡Alto en nombre de la ley!- habló un chico de singular estatura.

- Mierda. -murmuré.

- Rápido, quiero al equipo uno detrás de ese payaso -señaló la dirección donde se había ido el Lobo.- Dos y tres conmigo, ¡Estas ratas son peligrosas, no se confíen!

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