Magic Stories - EN PAUSA -

Zellen

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— ¡Anda, a tu casa! —en la casa resonó la característica risa de sTaXx seguido de un insulto por parte de sus amigos.

Zellen, Calabuth, Erub, ByAbel, Serpiente y él, se encontraban nuevamente jugando TTT. A Frank le había tocado ser el traidor y había matado poco a poco a sus compañeros, pero Zellen se negaba a morir.

— Ayayay —habló— ¿Cuándo vas a aprender que yo siempre te voy a ganar?

El teléfono de Frank sonó.

"Hermanita<3"

Él abrió los ojos a más no poder.

Se le había olvidado que hoy llegaba de visita y tenía que pasarla a recoger para llevarla a casa.

Respondió y lo puso en altavoz, no sin antes pedirle "amablemente" a sus amigos que se comportaran.

— Hey, ___ ¿Qué tal? —él pedía que no llegase aún.

—Pues bien, estoy emocionada de conocer tu ciudad y pasear un rato a lado de mi hermano, visitar algún museo y... Oh, espera, ¡Aún sigo aquí!. Me hubiera ido, si no fuese por mamá que me obligó a esperarte porqué no quiere que me quede en otro lado.

Se escuchó un "uuuhh" por parte de sus amigos, seguido de unas cuántas risas.

— Espérame un poco más, es que... estaba ocupado... — mordió un poco su labio esperando a que se lo creyera.

Ella suspiró.

—No tardes mucho, por favor... —colgó.

— Así que... —Zellen fue el primero en hablar— Una hermanita, eh, amigo... —río.

— A callar, hombre, no seas pesado.

—Te propongo esto, si te mato; me la presentas, si tú me matas; hago lo que me pidas. —esto último lo dijo con un tono "sensual", para después reírse.

Él lo pensó y lo pensó.

—Bueno, estás a 45 de vida, yo tengo 70. ¡Dale!

*

Narra Frank.

Ese hijo de...

Ahora mismo ya me encontraba estacionado, tratando de encontrar a mi hermana en el punto acordado. A lo lejos logré observar a la castaña que tanto quería.

Le hice una seña y ella corrió hacia mí, se lanzó a mis brazos y gustoso la alce y di unas cuantas vueltas con ella.

—Hace mucho que no nos veíamos, eh —acaricie su cabeza.

—Lo sé, pero ahora estoy aquí —sonreí.

—Vamonos, tienes que descansar, mañana... será un día agitado, pequeña.

— ¿Tienes algún plan? —asentí.

—El calor del verano viene bien en un día de alberca.

—¡Excelente! —le ayude a guardar las cosas en el auto, le abrí la puerta del copiloto dejando que ella entrara, seguido la cerré y entré para después, encender el carro y ponernos en marcha a mi casa.

— ___, yo... tengo algo que decirte algo... —estaba algo ¿Nervioso? ¿Temeroso?

— ¿Si? —su cara demostraba confusión.

—Mañana no sólo seremos tú y yo, de hecho, iremos a casa de un amigo que se llama Abel, ahí también irán otros amigos —la miré de reojo.— Quiero presentarte a algunos...