La entrega

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Su mirada se perdía en el techo del dosel de la cama, la suave muselina que caía de los bordes, le daba ese aspecto antiguo a la cama. La habitación era de un color claro, pero que claramente no llegaba a ser blanco, compartiendo el color con la suave tela de la cama, los muebles, eran de color oscuro y con un gran aspecto del siglo XVIII o XIX. Obviamente habían preparado especialmente la habitación para sus gustos, pero aquello le resultaba muy inquietante, por que implicaba que conocieran lo que le gustaba. No solo en mobiliario o decoración, también en ropa, y ni hablar de las tallas perfectas, todo era demasiado extraño, daba miedo.

Cerró los ojos y comenzó a repasar paso a paso que había pasado para llegar hasta ese momento.

La mañana siguiente de la llamada, Nicolai, Tomazo y Fabrizzio la llevaron hasta el punto de encuentro, se notaba el nerviosismo del último, su pierna temblaba, se mordía la parte interna de la mejilla y largaba suspiros pesados al aire. Tomazo no estaba mucho mejor, pero sabía disimularlo, o eso creía, durante los 30 minutos que duraba el viaje había fumado media cajetilla, sin exagerar, el único que estaba calmado era Nicolai, lo único que hizo fue asegurar su arma y ver el paisaje. Agatha, por otra parte, fue todo el viaje leyendo un libro, nada nuevo, en realidad su lectura era para tranquilizarse a sí misma, tratando de convencerse de que todos tenían una conciencia, como el personaje de la obra que leía, en donde un hombre asesinaba a otro, lo metía en el suelo de madera y aún así, podía escuchar su corazón latir.
Cuando el auto, al fin se detuvo en el lugar del encuentro, ella echó su cabeza hacia atrás y largó todo el aire que pudo, su pecho le dolía, le costaba respirar y ni hablar de cómo le temblaban las piernas. Fue la última en salir del vehículo, al hacerlo se encontró con ellos... con su nueva pesadilla, al lado la razón de su odio y junto a éste, la mujer que podía hacer temblar al propio diablo.

Hideki y Takahiro vestían con trajes comunes, elegantes y a la medida, en cambio, la mujer, vestía como si nada, un par de zapatillas, un pantalón pegado a sus delgadas y elegantes piernas, junto a una remera amplia era todo lo que usaba, no se preocupaba en atar su largo y ondulado cabello, ni en esconder su arma, la cual llevaba en la mano.

Antes de que su hermano la entregara, Fabrizio besó la frente de Agatha y cada una de sus manos, susurrándole que todo estaría bien y que él velaría por su seguridad, aún a la distancia. Tomazo, por su lado, la abrazó con fuerza y besó ambas mejillas de la joven, ella, por su parte, solo saludo a Baldassare, quien estoico, se mantenía detrás del volante. Finalmente, Nicolai la llevo frente a frente con Takahiro, quien no gastó ni un segundo de su tiempo en el muchacho, su total atención estaba en la joven frente a él. Todo fue muy silencioso, realmente parecía que la habían llevado a la horca. Nicolai, al final, fue el único que no pudo despedirse, más que con una mirada llena de preocupación, luego de que registraran a la joven, la empujaron dentro del auto y se fueron, dentro del mismo la vendaron.

Las cosas se habían vuelto extrañas luego de eso, por que cuando le quitaron la venda, estaba dentro de la casa de Takahiro, en el vestíbulo de entrada y con los sirvientes haciendo una reverencia, incluso Hideki. Buscó la mirada del jefe, y cuando la encontró, su cuerpo se congeló, pues sonreía con una ternura en su mirar, casi inexplicable. Dio un par de pasos hacia ella y le extendió su mano esperando que la tomara. Ella lo miró temerosa, de todas las cosas que se había imaginado que podían pasar, ésta no era una de ellas.

-No te preocupes, te llevaré a tu habitación mientras te explico las normas.-

La sonrisa sincera de Takahiro era lo que más miedo le producía, sentía como sus huesos se congelaban al verlo, quizás por la familiaridad que esto le producía, o quizás porque nada de eso debía estar sucediendo. Así que sin tomar su mano, ella comenzó a caminar hasta pasar a su lado, haciendo un gesto con la cabeza, indicándole que le iba a seguir.

-Bien.- Él comenzó a caminar hasta las escaleras y luego dobló por el largo pasillo a la izquierda.Tendrás tu propia habitación, las ventanas tienen rejas, si quieres salir, se amable y utiliza la puerta. Luego habla con alguno de mis empleados y diles que te gusta desayunar y a qué hora, ellos se encargaran de todo, hay ropa en el armario y posees un baño especial para ti, si algo te hace falta por favor dímelo. Puedes irte cuando quieras, pero si te quedas, yo te ayudaré a vengar a tu familia, todo este tiempo investigué quie...-


No pudo terminar, ante el comentario, ella lo tomó desprevenido y lo estampó contra la pared, dispuesta a golpearlo.

-No sé quién crees que soy, pero de algo estoy segura, tus padres me arruinaron la vida y yo destruiré la tuya.-

Takahiro tomó sus manos con suavidad y la apartó de él, para abrir una puerta, dejándole ver aquella cama, en la poco después se tiraría a pensar.

-Ya no tienes que fingir ser Agatha, siéntete libre de ser Alessa de nuevo.- 

Antes de morir prefiero la muerte.Where stories live. Discover now