- ¡Akari, Akari! - Misha gritaba por los pasillos llenos de gente de la escuela y casi se estrelló contra su mejor amiga. Los grandes ojos marrones de Misha estaban llenos de entusiasmo, su pequeño cuerpo temblaba con él. Misha era hermosa, como una muñeca, pero había cierta fiereza detrás de su sonrisa de la que muchas personas se enteraban demasiado tarde. Akari tenía el pelo largo y castaño ondulado y una elegante, delgada figura que venía con los años de formación de ballet. Tenía la cara ovalada y había una ligera rociada de pecas marrones en la parte superior de sus altos pómulos.
- ¿Qué es lo que pasa Misha? - Akari se rió de su amiga mientras se ponían derechas y la gente seguía pasando por ellas en sus cientos. Piel tocando con piel, y el calor era casi abrumador.
- ¿¡Te acuerdas del chico del que me hablaste esta mañana!? - Akari asintió lentamente y sus ojos se entrecerraron. - ¿No dijiste que tenía unos ojos amables y una sonrisa suave? - Misha la miraba con expectación.
- Sí - . Akari alargó la palabra lentamente mientras se preguntaba en que estaría pensando su amiga. Misha sonrió y casi parecía irradiar felicidad al hacerlo.
- ¡Creo que va a venir a nuestra clase! ¡Acabo de ver a un niño exactamente como tú me describiste entrar en la oficina del director y oí a la señorita Lamora decir que puede ser que tengamos un chico nuevo en nuestra clase! ¿No es increíble, quiero decir, debe ser el destino o la suerte o como quieras llamarlo! - Misha seguía murmurando a pesar de que sabía que Akari ya no estaba escuchando, tenía cara de tener la mente en otra parte muy lejana.
- Puede que no sea el mismo chico ... - Su voz se desvaneció y se preguntó si sería el mismo que en la luz de la mañana o si su belleza se había exagerado en su memoria.
- Venga." Misha le tiró de la manga impacientemente. - Quiero ir a clase y ver si es tu chico violín. - Akari rió.
- Yo no creo que vaya a ser él, las posibilidades son tan pequeñas. -
Pero se equivocaba.
Señorita Lamora estaba de pie en frente de la clase, con el pelo gris apilado cuidadosamente en la parte superior de su cabeza, y sus larga falda se agitaba a su alrededor; y sus tacones resonaban con fuerza en el suelo mientras caminaba.
- Buenos días señorita Lamora -
- Buenos días chicos. - y nada más se dijo hasta que el resto de la clase entraba y la habitación se llenaba de ruido que amenazaba con estallar a través de las puertas y ventanas para salir al aire libre.
- Clase. - Silencio inmediato descendió y fue tan repentino y sorprendente que el aire parecía más vacío y Akari podía escuchar la respiración de Misha junto a ella y sus propios latidos. Era enervante por decir poco. - Me gustaría empezar diciendo que tenemos un chico nuevo este trimestre y su nombre es Kiroshu. - Hubo un murmullo y una agitación entre la clase mientras el silencio amenazaba con romperse por completo, pero la señorita Lamora levantó la mano.
Akari preguntó ociosamente si era él, ella nunca le había preguntado su nombre.
- Estoy segura de que la clase será muy amable con él es que, a ver, el pobre Kiroshu es ciego y necesitará un poco de ayuda para guiarse alrededor de la escuela. Aunque estoy segura de que todos ustedes estarán dispuestos a ayudar. - Esta vez el silencio se rompió en susurros y murmullos volaron por toda la habitación.
- Es ciego! - Los compasivos gritaban en voz baja.
- Es horrible. - Las aburridas decían mientras se limaban sus largas uñas.
- Pobre muchacho - susurraron burlonamente todos ellos.
- Voy a traerlo ahora. - Señorita Lamora les fulminó a todos con la mirada y había una amenaza tácita en ella.
- Era él. - Fue lo primero en lo que pensó Akari.
Si Akari no hubiera estado mirando tan de cerca, tal vez no lo hubiera visto. Dos de sus dedos descansaban ligeramente en la parte interior del codo de la señorita Lamora para guiarlo, había algo tan confiando en ese gesto.
- Ay dios mío, es hermoso. - Misha exhaló y tenía razón. La luz del sol brillante parecía detenerse de manera más prominente, los ángulos de sus mejillas parecían más dramáticos y había sombras por debajo de sus ojos. Sus ojos parecían fracturarse y refractar en un millón de pequeñas fisuras de zafiro y Akari se dio cuenta de que era porque su iris estaba efectivamente agrietado y roto. Él sonrió y ella podía ver la tensión enroscada dentro de él.
La sala se quedó en silencio mientras terminaban de aceptarle.
- Es él. - Akari resopló en el silencio y él pareció oírla y se desplazó sobre sus pies.
- Sr. Kiroshu, su escritorio está aquí en el frente. - Y la señorita Lamora golpeó la parte superior de la madera sólidamente. - ¿Hay algún voluntario para guiar al Sr. Kiroshu alrededor de la escuela? - Todas y cada una de las manos femeninas fueron levantadas aparte de la de Akari quién todavía estaba en estado de shock. La señorita Lamora frunció los labios y los chicos le dedicaron a Kiroshu malas miradas.
- Akari? ¿Puedes ser su guía? - Ella parpadeó -. Gracias querida, ahora podrías venir a sentarte aquí adelante querida.
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Baila al son del Violín (Dance to the Violin)
Teen FictionAunque Kiroshu esté ciego, puede ver el desierto de Arabia y las luces de la aurora boreal a través del poder de la música. Akari tiene la gracia y la belleza de un hada al bailar, pero es arrastrada y hundida por palabras crueles que la encadenan...