I

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La joven de 17 años estaba acostada en una cama rosa, su mirada estaba puesta en el techo, su piel estaba mas pálida que antes, sus ojos estaban poco a poco quedándose sin vida ni esperanza, solo llego a esa mansión para seguir ordenes y ser el ganado de todos ellos.

Fue traicionada y denigrada, su padre la vendió como un ganado, esos vampiros a pesar de que sufrieron y a veces eran amables eran arrogantes y la usaban como una muñeca, ella quería ser libre, quería seguir con su vida como antes de llegar a ese lugar. Desde que piso esa mansión solo era maltratada y seguía ordenes, era despreciada en el colegio, en la mansión siempre bebían de ella con rudeza y jamas la trataban bien.

Por qué tanto sufrimiento?.

Ella solo quería servirle a dios, era amable con la gente, eso era tonto y estúpido para quienes la rodeaban, a pesar de que ellos la hicieron sufrir ella trataba de ser amable con ellos por compasión ante su pasado. Pero ahora eran hombres, hace siglos que vivían y sus actitudes jamas cambiarían, ella se canso pero no podía rendirse aun le quedaba algo de fe y rezaba por ser libre.

A quién quería engañar?.

Su fe estaba muerta desde que ella se entero que la criaron solo para que al cumplir los 17 años fuera a esa mansión como novia de sacrificio, no tenia elección solo debía de ser sumisa, seguir ordenes, hasta elegir a uno de los vampiros y casarse. 

Ellos eran apuestos lo admitía pero ella no los amaba, ella no podía amar a alguien que solo la trataba como ganado, ella quería amar libremente sin ordenes y sin que la traten mal.

Sentía una gran impotencia por no poder hacer nada, cualquiera le diría que pelee, que los golpee, que haga lo que sea por ser libre pero no podía. Ella era débil, ella no era como las demas chicas, ella era débil y amable, era su maldición. Ademas por lógica jamas podría contra ellos, por mas que los golpee, que llore, que ruegue, ellos jamas tendrían compasión con ella o cambiarían sus actitudes.

Nadie tenia compasión por nadie, en el colegio no tenían compasión por ella, los vampiros no tenían compasión por ella, nadie lo tenia. Estaba sola y encerrada, tal como un pájaro sus alas fueron arrancadas y toda esperanza le fue arrebatada.

Komori Yui estaba sola y muerta por dentro, era una niña que nunca cumpliría sus sueños y tal como en la antigüedad solo debía de ser una mujer sumisa siguiendo ordenes de los hombres.

Hombres que eran inmortales y mas poderosos que ella.

Con cansancio se levanto de la cama y camino hasta su escritorio, allí estaba el diario vació de su padre, la foto de ella de bebé, su crucifijo y su propio diario, el cual gracias a dios ninguno de los hermanos encontró ya que ella lo escondía en el baño. Uno de los azulejos estaba flojo asi que ella lo escondió allí.

Hace unos segundos lo saco para seguir escribiendo pero lo dejo en su escritorio y se acostó en su cama a pensar, era hora de seguir escribiendo, eso era lo único con que podía desahogarse.

-"tal vez debería de leerlo, la mente humana no es capas de recordar mucho" -pensó abriendo el diario, las primeras hojas relataban toda su infancia, hasta que llego al día en que escribió su llegada completa a la mansión- esto -susurro confusa la oji rosa, no recordaba lo que escribió.

Relataba su huida de los vampiros y su llegada al cuarto de cordelia, contaba que vio un cuadro.

Tesoro del Makai, Lirio Divino.

Sakamaki Alice.

Ese nombre resonó en su cabeza y cerro el diario, rapidamente lo fue a guardar en el baño, con cuidado salio de su habitacion, estaba agradecida de que fuera el horario en que todos los vampiros durmieran. Llego al cuarto sellado de cordelia, con el ceño fruncido vio las cadenas impedir su paso, aunque con curiosidad noto que el candado no estaba cerrado.

Gemela perdida. (Arreglando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora