Rantaro

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-¿Fubuki, que estás haciendo aquí? -pregunto Shu confundido con la presencia del rubio quien no respondió.

-El vino aquí a ayudar -contestó Aiga lo más calmado posible para evitar una confrontación.

-Es obvio que a él no le agrado -mencionó serio el de cabello blanco, aun así Fubuki no se mostraba perturbado ante su incomodidad.

-Shu, Fubuki ya asistía a la academia cuando tú la visitaste por última vez -comenzó a explicar Aiga- Sí existe alguien quien sabe las historias que se hablan de ti, esa persona es él.

Shu se quedó callado, no podía argumentar nada en contra de aquello. La presencia de Fubuki no era de su agrado, no es que odiara al chico ya que apenas lo conocía como para afirmar algo así, sin embargo una persona que siempre te mira con el odio invadiendo cada detalle de su rostro no era algo que desearas tener cerca.

Pero no tenía opciones, si quería saber algo tendría que soportar eso.

-Aiga tiene razón -habló finalmente el rubio- yo presencie como Red Eye casi erradica al club de Beyblade de la Academia Beigoma.

La sangre de Shu quedó helada con aquella frase, no podía siquiera imaginar una manera de terminar con ese club, todos sus amigos eran muy unidos, siempre apoyándose unos a los otros.

¿Que debió suceder para que Fubuki dijera aquello?

-Hace unos años vi a Shu Kurenai en la televisión -comenzó a relatar Fubuki, Shu le presto más atención- Era una vieja transmisión del torneo nacional de Japón y en aquel entonces pensé que él era un gran blader, por eso cuando lo vi regresar a la Academia después de ganar el torneo mundial contra Valt Aoi me emocione bastante.







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-¡Fubuki! -un grito llamó su atención, levantó la mirada de su cuaderno para ver a uno de sus compañeros corriendo felizmente hacia él- ¡Está aquí, él está aquí!

Un pequeño Fubuki de apenas 9 años miraba confundido a su compañero, este solo refunfuño para después tomarlo del brazo llevándolo hacia una ventana donde varios niños se acumularon frente a una ventana que daba a la entrada principal.

Ambos niños de alguna manera lograron pasar a través de todos ellos, Fubuki se asomó para ver que sucedía y a lo lejos, pudo mirarlo, usando su ya conocida ropa característica, una blusa rosa, chaleco y pantalón negros. Shu Kurenai estaba entrando hacia la academia, sus ojos destellaron de la emoción al verlo por primera vez en vivo.

-¿Es el? ¿En realidad es el? -pregunto incrédulo, su amigo a un lado asintió entusiasmado.

-¡Si! Y creo que ahí viene -todos los niños al escucharlo corrieron directo hacia la puerta de la escuela, él estuvo a punto de hacer lo mismo pero fue detenido por su amigo.

-Conozco un atajo para llegar más rápido -Ambos echaron a correr por los pasillos, llegaron a las escaleras de emergencia, en donde supuestamente no debían de entrar a menos de que la situación lo amerite.

Pasado perdido [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora