Admiración

306 48 32
                                    




Shu miraba con atención al chico castaño delante suyo.

Aún no se sentía del todo seguro sobre confiar en Aiga, recordaba las veces en que este lo había mirado con odio e indiferencia, además de que para él aún seguía siendo un completo desconocido.

Pero eso perdía importancia a ser la única persona que lo escuchaba, algo que ni siquiera sus padres querían hacer, tal vez por el miedo de que su opinión hiciera enfadar a su hijo y decidiera escapar de casa una vez más; contrario a eso ellos preferían hacer el mínimo contacto con él, cosa que al de cabellos blancos le dolía muchísimo.

Sin embargo Aiga Akaba se ofrecía a ayudarlo, al llegar a su casa esa misma mañana convenció a su madre de que darían un corto paseo por los alrededores después de mucho tiempo de no visitarlos, está sin muchas inseguridades les dio su permiso.

Ahora ambos se dirigían a la residencia de uno de sus viejos amigos, Daigo Kurogami. El jamás había ido a visitarlo incluso en la época cuando era amigos, así que estaba demasiado nervioso.

Para intentar distraer su mente en algo más, le pregunto a Aiga ese pensamiento cargado de una gran curiosidad.

-¿Por qué me estás ayudando? -el de ojos turquesas lo miro serio un momento para después regresar su vista al camino.

-¿De qué hablas?

-Hablo de que tú me crees, algo que Fubuki no hizo y él conoce mi situación al igual que tú, me ha visto frente a frente; no se porque eres diferente.

El castaño se detuvo, Shu hizo lo mismo. Se dio la media vuelta y encaró al de ojos rojos.

-Yo..no lo se -dijo sincero, Shu se impresionó pero no lo demostró- Hay algo en ti, algo que me dice que no mientes, que si fuera Valt la persona que te mirara también te creería; justo ahora eres completamente diferente a cuando te enfrente.

Shu se quedó callado, se dio cuenta que Aiga solo se estaba dejando llevar por una corazonada, el chico se arriesgaba si en un caso hipotético el siguiera siendo Red Eye y decidiera atacarlo o algo parecido.

Dejarse llevar por sus instintos le recordaba a Valt, tal vez por esa clase de cosas fue que se ganó su confianza.

Retomaron su camino esta vez caminando a la par, el de ojos rojos sintió que el ambiente se había vuelto más ameno.

-No me has dicho cómo fue que comenzaste a admirar a Valt -soltó con simpleza, pudo ver al castaño respingar en su lugar y sonrojarse un poco.

-Bu..bueno... eso... -comenzó a mover sus manos nervioso, desvió la mirada sin saber qué decir.

-¿Sabes? Yo conozco a Valt desde que era un niñato de cuatro años -dijo Shu sabiendo que eso captaría la atención del otro, supo que lo logró cuando Aiga lo miró con ojos destellantes- Bien podría contarte cosas sobre él, pero no se si lo admiras lo suficiente.

Aiga se quedó callado un momento, pensó llevando una mano a su barbilla y soltó un ligero suspiro.

-Está bien, tú ganas; te contare Shu prestó atención a Aiga sin interrumpir su caminata- Un día hace algunos meses, fui a pasar la tarde a casa de un amigo. Entre una cosa y otra el comenzó a hablar sobre beyblade, la verdad yo ya conocía algo sobre el tema pero no había capturado por completo mi atención. Para entretenernos un rato él puso un viejo vídeo del campeón nacional, Lui Shirosagi -Shu lo miró sorprendido, Aiga continuo- Vi su estrategia, era impresionante y muy poderoso, pero aun así seguía sin interesarme mucho el juego, eso hasta que llegue a un impresionante combate.

Pasado perdido [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora