ONE SHOTS CHAELISA G!P

El Rancho Park - Parte 2

ROSÉ PDV

Parecía una utopía sacada a mi realidad, un sueño plasmado, ¿estaba realmente Roseanne Park diciéndome que quería ir a las fiestas del pueblo conmigo?, ¿Quería Rosé que yo la acompañara?, No tenía idea de qué responder a eso, porque la mayor probabilidad para mí era estar soñando simplemente.

Rosé me miraba con cara de mofa, por Dios, que cara de imbécil debo tener en este preciso instante.

— Lalisa por Dios, ¿Vas a contestar o vas a seguir mirando hacia no sé dónde? —Dijo— anda Manoban, no seas mala conmigo, yo sé que nunca entablamos una amistad lo suficientemente fuerte como para pedirte que me acompañes, pero es que este pueblo es aburridísimo la mayoría del tiempo, excepto obviamente cuando son fiestas porque la gente...

— Está bien —contesté simplemente, tratando de ocultar la emoción que sentía en ese instante.

-— ¿Está bien qué? —cuestionó Rosé.

— Que está bien, que voy contigo al pueblo —dije mientras apartaba la vista de su rostro.

— Oh Manoban, gracias, no te vas a arrepentir, la vamos a pasar bien, ya verás —aseguró— pero ugh —exclamó con expresión de asco y burla— ¿Supongo que vas a asearte verdad?

— Eh si, obviamente —dije un poco tímida por la forma en que su mirada me recorrió con detenimiento todo el cuerpo.

— Deberías bañarte ahora mismo, no creo que ese heno caiga de tu cabello tan fácil como esperas —me dijo mientras con su mano retiraba un poco de heno que se encontraba cerca de mi lóbulo derecho y me hacía temblar— además, —continúo— hueles a vaca —afirmó mientras se tapaba la nariz y hacía gestos de asco y vómito.

— Oh no es cierto —dije un poco alterada mientras levantaba mi brazo para oler mi axila.

— Qué asquerosa eres —dijo mientras se reía y se iba al interior de rancho— nos vemos en unas horas Manoban —dijo mientras guiñaba y se perdía en el interior del rancho.

¿Unas horas, pretendía que yo estuviese lista en unas malditas horas con todo el heno que quedaba por entrar al rancho?

— Esto definitivamente va a ser un cambio de planes para mí —dije mientras acomodaba el heno que quedaba en la cabaña aledaña al rancho para ingresarla el día siguiente a la fiesta.

Y definitivamente que no me equivocaba al pensar que iba a ser un cambio de planes.