Al llegar a la fraternidad, habían muchas chicas...De hecho, sólo habían chicas, lo que significa que es una fraternidad femenina.
- Es aquí.– Le sonrió. Sacó una pequeña llave de su billetera y abrió la puerta. Lisa estaba observando todo mientras entraban. Habían dos camas, y es cómo si el cuarto estuviera dividido a la mitad. En una, que Lisa suponía que era de la chica que estaba a su lado, estaba lleno de pósters de bandas de rock, y punk. Habían cadenas al rededor de la cama, cómo decoración. Las sábanas son negras y todo está muy limpio. La otra cama, por el contrario, tenía sábanas rosadas, y estaba con peluches de adorno. Habían libros en un escritorio, perfectamente ordenados, y muchos brillitos en la pared, que decían "Rosé", mientras a su alrededor habían pequeñas fotografías instantáneas, que Lisa pensaba que son de la dueña.
Le daba un poco de gracia la diferencia de estilos en una sola habitación.
- Es de mi compañera.– Dijo al ver que Lisa miraba demasiado a la cama de su compañera.– Va a llegar pronto.
- ¿No crees que le moleste que yo me quede aquí?.– Dijo Lisa con un poco de nerviosismo. No quería incomodar.
- ¡Para nada!.– Rió mientras hacía un ademán con la mano.– Es muy tierna. Te va a encantar.– Sonrió amablemente. A Lisa le parecía una buena chica.
Se escuchó cómo abrían la puerta y dejaba ver a una chica hermosa, un poco sorprendida por la visita desconocida, que entraba a la habitación.
- Hola.– Sonrió, mientras saludaba a la chica.– Hola...– Le dijo con la misma sonrisa a Lisa.
- Hola...– Sonrió tímida.– Soy Lalisa Manoban.– Ofreció su mano para estrecharla.
- Soy Roseanne Park, más conocida cómo Rosé.– Dijo mientras estrechaba su mano con Lisa.
- Rosie, ¿Me puedes creer que recién acabo de escuchar el nombre de Lalisa?.– Rió la chica, al darse cuenta que ellas no se habían presentado.– Yo soy Mina Myoi.
- ¿Entonces si es una desconocida?. Que loco.– Rió Rosé de manera tierna.
- D-disculpen la molestia.– Se sonrojó Lisa.
- ¡No te preocupes, Lalisa!.– Le dijo Rosé abrazándola. Al parecer, Lalisa le había resultado muy adorable y contenía las ganas de protegerla.
- Pueden llamarme Lisa, si desean.– Les sonrió a ambas chicas, las cuales le devolvieron la sonrisa.
Mina le explicó a Rosé el por qué Lisa se encontraba con ellas, y Rosé sintió un poco de lástima por ella. Aún no sabían la verdadera razón, pero no querían presionarla para que les contara, después de todo, aún son unas desconocidas para ella.
Lisa dijo que podría dormir en el piso, pero ambas chicas se negaron rotundamente. Le dijeron, más bien le exigieron, que durmiera en la cama de Rosé, porque era más cómoda, y las dos chicas dormirían juntas en la cama de Mina.
Terminó aceptando, ya que Rosé y Mina parecían no flaquear ante la idea.
Se acostó bajo el cálido cubrecama, y lamentablemente comenzó a pensar en Jennie, y en toda su, ya rota, relación. Una pequeña y rebelde lágrima corrió por su mejilla, pero ya no quería hacerlo. ¿Por qué debía llorar si tomó una buena decisión?. ¿Por qué se siente tan mal, si Jennie ahora debe ser feliz?. Ella ama a Jennie, y se siente mal por que le dolía dejarla libre, por que le dolía que fuera feliz sin ella...Le dolía que fuera feliz con otras...
Se durmió profundamente, después de haberse hecho daño con sus propios pensamientos. Al despertar, se levantó un poco desorientada. Vió que Mina aún dormía, pero Rosé ya se había levantado.
- Buenos días.– Le dijo Rosé con una sonrisa.– Aquí tienes el desayuno.– Le entregó una bandeja.– Espero que te guste.– Lisa sonrió. Jamás le habían dado tal detalle. Ni siquiera Jennie.
- Muchas gracias.– Le dijo, mientras comenzaba a comer. Miró nuevamente a Mina, pero aún no había despertado. Rosé se percató de esa acción, y resolvió la duda que, según ella, tenía Lisa.
- Mina no despierta hasta después de las ocho. Siempre llega tarde a la universidad.– Dijo sonriendo. Lisa asintió, y en ese instante recordó que ella también debía asistir a la universidad. Se levantó, y decidió ir a la universidad, pero sólo a cancelar la matriculación.– ¿A dónde vas?.– Le preguntó Rosé, al verla tan segura.
- Voy a mi universidad. Quiero salirme.– Le contestó.
- ¿Volverás?.– Le preguntó con un puchero. Lisa le había encantado.
- Si no les molesta.– Le sonrió. Rosé le devolvió la sonrisa mientras negaba.
- No nos molestaría. Y ya que te vas a salir de tu universidad, podrías transferirte a ésta.– Le dió cómo opción, con la esperanza de que aceptara.
- Me encanta la idea.– Le contestó Lisa.
Rosé asintió, y se despidió con un gesto de mano. Lisa salió de la habitación, y caminó hasta afuera de la residencia.
Tomó el primer taxi que vió, y fue en dirección a la universidad.
Al llegar, sus nervios comenzaron a fluir. Esperaba no encontrarse con Jennie, y trataría de evitarlo.
Fue a la oficina del director, y aunque él no quería que ella se fuera, tuvo que darle la carta de transferencia. Lisa era muy querida por las autoridades, por ser una de las mejores alumnas de la universidad.
Salió de la oficina, y se topó con Jisoo, que estaba caminando por ahí. La pelimorada se acercó a ella, con un rostro de tristeza.
- Me he enterado de lo de Jennie. Lamento tanto que las cosas hayan sido así...– Dijo Jisoo. Lisa negó con una sonrisa.
- Era lo mejor, Chu.– Lisa besó su mejilla, haciendo sonreír a Jisoo.
- ¿Te vas a trasferir?.– Preguntó, mirando el sobre en la mano de Lisa.
- Sí. Creo que me haría bien un cambio.– Le sonrió. Jisoo asintió y volvió a mirarla a los ojos.
- Sé feliz, Lisa.– Le dijo con sinceridad. Se sentía culpable por no haberle dicho nada, a pesar de que ella sabía lo que hacía Jennie. Pero Jennie era su mejor amiga, y no podía traicionarla de esa manera, aunque ella tuviera la culpa.
- Lo seré, Chu.– Le dijo. Se dió media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida.
- ¡Chu!.– Escuchó la voz de Jennie detrás de ella.– Te busqué por todos lados, estúpida. ¿Qué hacías?.– Lisa sintió un escalofrío, y comenzó a caminar aún más rápido, huyendo de ahí. No tenía el valor de enfrentarla, no aún.
- Nada, vamos.– Le dijo Jisoo, quien se había percatado de que Lisa no quería ver a Jennie, pero para mala suerte de ambas, ella se había percatado de la presencia de Lisa a la distancia.
- ¿Es Lisa?.– Preguntó mirando cómo ella desaparecía. La siguió, corriendo, y por más que Jisoo intentó detenerla, no pudo hacerlo.
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Rebelde.- Jenlisa
FanfictionLisa era una chica sumisa, que amaba a su novia...Tal vez demadiado. Un día descubrió que esa chica no era cómo ella pensaba, y con el dolor de su alma, acabó la relación. Ella cambió con el tiempo, pero aún no se recuperaba de ese dolor.