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Lisa sintió cómo su brazo era jalado hacia un callejón vacío, mientras la acorralaban.

- ¿Volviste a pedirme perdón?.– Le sonrió Jennie de manera arrogante.

- ¿Pedirte perdón?. Vine a cancelar mi matrícula, Jennie.– Le dijo Lisa. Sentía temor, pero no flaquearía ante ella.

- ¿Cancelarla?. ¿Te vas?.– Jennie aflojó un poco su agarre, pero sin dejar de estar casi sobre ella. La idea de que Lisa en verdad planeara irse de su vida, le causaba miedo. No lo entendía del todo, pero no quería que ella se fuera.

- Si, me voy a transferir.– Le respondió Lisa con total serenidad.– Si me disculpas, tengo que irme. Se me hace tarde para la matrícula.– Dijo, mientras lograba zafarse del agarre, pero sólo para ser atrapada de nuevo.

- ¿Me dejarás así sin más?. ¿Quién te crees que eres?. ¿En serio crees que voy a llorar por alguien tan imbécil cómo tú?.– Comenzó a reír de manera exagerada. A Lisa le dolía cada palabra hiriente que salía de Jennie.

- Pues deberías.– Dijo Mina, haciendo presencia. Lisa abrió sus ojos al máximo, y fue jalada de nuevo, pero por Mina, y detrás de ella.

- ¿Q-qué haces aquí?.– Le preguntó Lisa. Al menos estaba segura.

- Vine a verte, por si tenías problemas. Nunca me equivoco, y ésta no es la excepción.– Dijo, mirando fríamente a Jennie, la cual le devolvía la mirada.

- No te incumbe nada de lo que pasa entre nosotras, así que vete de aquí, prostituta de quinta.– Lanzó con odio. A Mina parecía no afectarle en lo más mínimo, y eso sólo la enfurecía más.– Lisa, ven aquí. Es la última oportunidad que te doy de volver conmigo, si me rechazas serás una estúpida aún más grande de lo que ya lo eres.– Le dijo, mirándola con el ceño fruncido. Lisa sólo bajó la mirada. No sabía qué hacer.

- Vamos, Lisa.– Mina tomó su mano y le sonrió, ignorando completamente a la castaña, que parecía explotar de ira y celos. No sabía que hacer para separar a esa tipa de su Lisa.

- Hey...Las estoy esperando hace más de veinte minutos.– Apareció Rosé con  un puchero. Miró la situación y con su cara de confusión absoluta, las quedó mirando a todas, una por una.– ¿Qué está pasando?.– Preguntó.

- No te interesa, mojigata.– Dijo Jennie, e intentó tomar a Lisa otra vez, notando la distracción de Mina, pero no lo logró, ya que Lisa la esquivó.– Lisa, no lo hagas más difícil.– Le dijo.

- Oye, Jen. Vamos. Deja de hacer estúpideces por una vez y deja que ella sea feliz.– Jisoo tomó a Jennie de la mano, y la jaló hacia la universidad. Jennie tan sólo miraba cómo Lisa se iba con esa chica desconocida, para ella, dejándola atrás, mientras ella era jalada por Jisoo. Le estaba doliendo...No quería perder a Lisa, y recién se estaba dando cuenta. ¿Era demasiado tarde?. No, para ella jamás iba a ser tarde.

Intentó gritar, llamando a Lisa, pero no parecía funcionar. Jisoo no aflojaba el agarre, haciéndole más difícil ir por Lisa. La estaba perdiendo, y ésta vez era en serio. Lisa parecía ignorar sus llamados, y pataleos. Al ver cómo las dos chicas, junto con Lisa, se subieron a un auto, y se marcharon, comenzó a llorar. Ella no lloraba, ¿Por qué tendría que hacerlo ahora?. Lisa sólo era una chica más...Pero, ¿Por qué le dolía que la dejara?. Jisoo la contuvo en sus brazos, y se había sorprendido del mismo dolor que estaba sintiendo Jennie. Supo que por fin había caído en cuenta de lo mucho que necesitaba de Lisa, pero sabía también que su amiga, se había demorado mucho en darse cuenta.

Conociéndola, quizás vuelva a buscarla. Aunque intentaría olvidarse de ella con sexo y alcohol, pero para eso estaba Jisoo. Para ayudarla a que no caiga más bajo de lo que ha caído.

Lisa, por su parte, sentía lástima por Jennie, porque se veía muy afectada. Pero sabía que si volvía con ella, sólo sería lo mismo de siempre, y volvería a repetir la historia.

- ¿Cómo puedo olvidarme de ella?.– Preguntó a Mina entre lágrimas. Rosé miraba por el retrovisor, ya que estaba manejando.

- Tengo una idea, Lisa.– Le sonrió Mina, intentando animarla un poco. Lisa la miró, prestando atención y preguntándose qué tendrá en mente su amiga.– Hoy hay una fiesta en la fraternidad, y nosotras vamos a asistir. Si quieres, puedes venir con nosotras.– Le sonrió.

- Sería bueno para tí, Lisa.– Agregó Rosé, haciendo que Lisa aceptara al ver que ambas lo hacían para verla feliz. Había conocido a unas personas increíbles, y se siente agradecida por eso.

- Está bien.– Sonrió, secando las últimas lágrimas que sus ojos habían botado.– Iré.– Mina la abrazó. Ella no suele ser muy de piel, pero se alegraba bastante porque Lisa había aceptado. La pelirroja la había cautivado completamente, y quería tener la mejor de las amistades con ella, tal y cómo la tenía con Rosé.

Al llegar a la fraternidad, decidieron que iban a vivir juntas, las tres, y entonces debían comprar un camarote. Mientras las chicas se ponían de acuerdo, Lisa fue a la universidad de las chicas, que quedaba enfrente de la fraternidad, y se matriculó exitosamente. Al parecer, la habían aceptado por la gran carta de recomendación que había escrito su anterior director, encantando igualmente a su nueva directora.

Se alegró bastante, ya que estaba la carrera que ella deseaba, fotografía. Le entró la curiosidad por saber qué estudiaban sus amigas.

Al regresar, las chicas tenían algo para merendar, y habían rentado unas películas para ver en la noche. Era un viernes, así que no tendrían que asistir a la universidad al día siguiente. Lisa tendría su primer día el lunes, y lo esperaba con ansias.

- ¿Qué estudian ustedes?.– Les preguntó, mientras comía junto a ellas. Se sintió un poco mal por no haber aportado, pero las chicas le habían dicho que era algo cómo un regalo de bienvenida.

- Yo estudio alimentación.– Dijo Rosé.– Y estoy en el taller de baile.

- ¿Hay un taller de baile?. Me encanta bailar.– Lisa se emocionó al escuchar a Rosé, y decidió en ese instante que estaría en ese taller.

- Yo estudio arte, y estoy en el taller de ballet.– Dijo, sorprendiendo totalmente a Lisa. ¿Una chica con ese aspecto de ruda, estudiando arte y en taller de ballet?. Era algo de qué sorprenderse.

- ¿El taller de ballet no pertenece al de baile?.– Preguntó.

- No. Encuentran que es un arte, más que un baile.– Dijo sonriendo.

- Lo cual es una pena, porque para mí, el baile de por sí, es un arte.– Comentó Rosé.

- Dile eso al director.– Contestó Mina.– Ese viejo lo hace para verle el culo a la maestra de danza, sin interrupciones.– Todas rieron, incluso Lisa, que no entendió, pero no quería quedar excluída. Sería una buena vida desde ahora para ella. Una tranquila vida...Pensaba.

Rebelde.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora