Capítulo 12 - Primer día en la Uni y Primer día en el gimnasio

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Y justo a las 12pm del 23 de Enero, me escribió Santiago
E: Hola Liz, lo siento, no pudimos regresar hoy porque tuvimos un inconveniente, pero espero que tengas un feliz cumpleaños y poder recompensarte cuando regresemos, aunque de momento no será hasta dentro de una semana.

Por ende, mi corazón se destrozó; esperaba un mensaje bonito al menos, o un poema mientras llegaba él, pero no, ya que era sábado, mis papás estarían en casa para la 1pm, durante el almuerzo mis padres me preguntaron por si Santiago vendría, cosa que me afectó aún mas, mi mamá entendió perfecto con sólo ver la manera en que yo bajaba mi mirada, y comía sin mucho apetito.

Terminamos saliendo en la tarde a cine, y luego cenamos en un restaurante, para la noche le respondí a Santiago con un simple "Gracias" sin hablar de más, ni pedir explicaciones, lo mejor sería que me enfocara para la universidad, ya que la semana próxima sería mi inducción, sería algo muy importante en mi vida.

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Martes

Desperté temprano, muy emocionada, me duché y me puse un jean, una blusa negra, y unos tenis blancos, no pude desayunar bien por los nervios, así que, sólo pude comer café, huevos revueltos y un pan.

Ése día, nos dieron primero una charla en el auditorio sobre la cátedra de la universidad, era bastante grande y acogedor, también nos hablaron los directores de cada facultad, demostrando su interés y lo que esperaban de nosotros en nuestras carreras.

Posteriormente salimos del sitio, y nos agruparon por carreras, para darnos un tour similar al que había tenido con Santiago, enseñando las áreas comunes de la universidad, y las precisas de la carrera, nos recordaron que las instalaciones de la universidad estarían a nuestra disposición desde ése primer día, tuve curiosidad de ir al gimnasio pero el tour continuaba, luego nos llevaron a un salón, y nos indicaron el proceso a seguir en la página web de la universidad para solicitar nuestros horarios del primer semestre, y ya, el resto de la semana, no era obligatorio ir, los demás días repetirían lo mismo, sólo que con otros estudiantes, ya que debido a la cantidad, nos habían citado por grupos, y tener una experiencia más amable con nosotros los estudiantes.

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Miércoles

A pesar de que Santiago intentaba seguir en comunicación conmigo, continuaba sin decirme cuándo regresaría exactamente, por lo tanto, me mantuve en mi posición un tanto "fría" con él.

Hoy quería ir al gimnasio, pero no sabía qué usar, nunca he ido a uno, no se si debo ir vestida con el atuendo deportivo o si me cambio allá, ni sé el nombre de los equipos, ni la clase de ejercicios que haré, mucho menos qué tantas personas halla.

Finalmente hacia las 9am decidí llevar la ropa que usaría y me cambiaría allá, busqué una mochilla de tela que me había regalado una prima, y allí empaqué mi "ropa deportiva", para irme sencillamente usé la sudadera rosa con azul y unos tenis similares a unos Converse, pero chinos, no tengo amplio presupuesto.

Llegué en casi 30 minutos, y como había tenido 2 tours, no tuve problema con encontrar el gimnasio, hacía un clima algo caluroso, pero el gimnasio era un salón bastante grande, de lo que reconozco, habían bicicletas estáticas, trotadoras, esterillas de yoga, unas plataformas grises apiladas, unas bancas, otras bancas con unos rodillos, unas mancuernas de varios pesos, y unas bancas con la típica barra de pesas a la cuál se le pone a los extremos unos discos como pesas.

Para mi asombro, y gusto, no había nadie, caminé al fondo y encontré los vestidores separados (hombre y mujer), entré al correspondiente, caminando más al fondo vi lo que serían las duchas pero no entré, en los vestidores había bancas de madera y los lockers todos con una pequeña llave en una pulsera, me quité los tenis,  la sudadera, saqué de mi mochila, una blusa blanca que tenía, con tirantes en lugar de mangas, ya que se sudaría, y un leggins negro, no sé si debo quitarme la ropa interior en su totalidad o no, pero ya que no había nadie, así lo hice, y sólo me puse mi "ropa deportiva" sin nada debajo, me apliqué un poco más de desodorante, guardé la ropa en el locker, me puse los tenis, y a hacer ejercicio se ha dicho.

Estuve en unos cuántos aparatos, empecé haciendo 20 minutos en la trotadora a velocidad baja, luego estuve 25 minutos en la bicicleta estática, hice unas sentadillas con pesas de 5 kg, pero ya mis 75kg de peso, empezaban a afectarme, así que tuve que sentarme para recuperar el aire, además creo que el leggins negro con el calor de ése día, más mi intento de rutina de ejercicio, no eran buena compañía para mitigar el calor, sentía que me "asaba", además otro error, no había llevado agua y moría de sed, por suerte había unos bebederos, que si bien bajo otras circunstancias no usaría, tuve que usarlos por emergencia.

Habiendo ya recuperado el aliento, continué haciendo mis sentadillas, aunque no pude hacer muchas, me recosté en la banca de levantamiento de pesa, y ya que la vara no tenía peso, quise probar, pero la vara de por sí pesaba más lo que creí, así que no pude bajar ni 10 centímetros, y tuve que hacer algo de fuerza para colocarla en su sitio de nuevo.

Sin darme cuenta ya iban a ser las 11:30am, decidí parar por esta semana, había sido más extenuante lo que había pensado, no sabía que estuviera tan fuera de forma, tengo muy mala resistencia, me encaminé al vestidor, saqué mi mochila con la ropa y una bolsa plástica que había llevado para guardar mi "ropa deportiva" ya que no quería que mi sudor se impregnara en la mochila, dejé las medias y tenis en el locker, y continué a las duchas.

- ¡Oh por dios! ¿Esto es en serio? —Exclamé con gran asombro.

Las duchas no eran más que un cuarto grande con baldosín blanco por todo lado, el cuál tenía a la izquierda un gran espejo que abarcaba todo el ancho del muro, y al lado opuesto una serie de duchas, pero sin división alguna, no eran módulos, ni había cortinas, nada que separara una ducha de otra, no había una mínima señal de privacidad, aunque repito, por suerte hoy está sólo el gimnasio, pero en mi inexperiencia, no sé como sea normalmente un gym, imaginaría cada ducha en un módulo separado por persona.

Dejé mi ropa cerca del arco que unía los vestidores con las duchas, me desvestí, guardé la ropa sudada en la bolsa, y abrí la ducha, al menos era agua tibia, la cual disfruté bastante, me sentía más relajada luego mi sesión de ejercicio, después de ducharme, cerré el grifo, me escurrí un poco, y caminando hacia mi mochilla...

- No puede ser!!! ¡La toalla! ¡No tengo con qué secarme!

Había olvidado por completo que tenía que llevar una toalla, estaba toda mojada, afanada, estresada, mi mente sólo repetía "¿Por qué a mi?" Irónicamente pensé, si la ropa se seca con el calor, y hoy está haciendo un sol radiante, además el gimnasio está solo, tendré que arriesgarme a salir desnuda, esperar que nadie me vea y acercarme a la ventana par que me dé el sol y me seque naturalmente.

Sigilosamente, como si fuera una espía, salí despacio, mirando y analizando cada movimiento, llegué a los vestidores y asomé mi cabeza detrás del muro para ver si continuaba sólo el gimnasio, poco a poco salí, empecé a sentir el calor encerrado en la habitación, corrí tras el muro de las ventanas, pude ver que afuera tampoco había nadie y empecé a asomar un brazo a la ventana, luego una pierna, y así con mis extremidades, el problema, sería mi torso, tanto por detrás como por delante, me retiré un poco de la ventana como 1 metro, y di la espalda para que me diera el sol, tardé cerca de 8 minutos, luego vendría algo más apenado, la parte frontal de mi cuerpo, con gran temor giré, moviendo mis palmas como ayudando a enviar viento sobre mi torso; me puse muy nerviosa, no había nadie, pero bajo mis senos y mi vello púbico, tardaba más de lo que quería.

Pasaron 10 minutos, pero sentía como si fueran 60, giré para ver la entrada del gym, pero escuché un sonido en el exterior, como si alguien hubiera golpeado accidental y suavemente la ventana, cosa que me hizo salir corriendo de inmediato a los vestidores, sin mirar atrás, terminé en las duchas, para usar mi blusa de ejercicio como toalla y terminar de secarme mi "Jardín", me vestí super rápido; salí del gimnasio, rodee el edificio para acercarme a la ventana desde el exterior, pero no pude ver a nadie, aunque parecía que habían marcas en el suelo de que alguien había salido corriendo, aunque no soy Sherlock Holmes, y podría ser todo producto de mi imaginación, ya que no encontré a nadie, ni tampoco alguien se acercó en el momento al gimnasio, me fui como si nada a mi casa, aunque caminando a paso ligero para salir pronto de la universidad, ahora más que nunca, no iría más por esa semana, me esperaría hasta el próximo miércoles.

Eliza - Sentimientos accidentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora