Capítulo 14 - Segundo día en el gimnasio, una nueva amiga

41 2 0
                                    

Miércoles

Sonó mi despertador, me duché, desayuné una porción de banano y papaya, tostadas y un jugo de naranja, subí y de nuevo sin saber qué ropa usar, pero al haber tenido problema con los leggins negros por acalorarme de más, tuve que llevar 2 mudas, y allá decidiría la prenda según las personas que viera.

Entré al campus, me dirigí al gimnasio y no vi a nadie, seguro lo tendría para mi sola nuevamente, así que fui a los vestidores, para cambiarme y usar la segunda muda, la cual no cambiaba del todo, ya que la blusa era la misma blanca de tirantes, pero en lugar del leggins, usaría el short blanco del colegio, era igual de ceñido, pero mi piel podría respirar mejor, e igual que la vez anterior, no me dejé ropa interior puesta, después de todo ¿Quién podría verme?

Guardé mi ropa en el mismo locker de la vez anterior, me puse los tenis, y regresé al gimnasio, pero una chica acababa de entrar, iba vestida con sudadera y una maleta pequeña, me saludó con una gran sonrisa y siguió su camino a los vestidores.

Fui a la trotadora y empecé con velocidad baja mientras esperaba a la chica, tenía curiosidad de la ropa que usaría. Tardaría cerca de 5 minutos y salió vistiendo una especie de brasier azul oscuro pero ajustado y un short azul aguamarina también ceñido al cuerpo junto con una botella de agua, "¡Oh rayos! De nuevo tendría que usar el bebedero porque olvidé el agua". La chica acercó a mí, se subió a la trotadora contigua, también en nivel bajo y me saludó.

- ¿Hola, eres nueva?
- Hola sí, Eliza, mucho gusto
- Sofía, el gusto es mío
- ¿Tu también eres nueva?
- No, estoy en segundo semestre
- Ah que bien, se ve grandiosa, me ha gustado mucho la universidad
- Sí es bastante buena para el bajo precio que tiene
- Sí, lo sé estuve comparando antes de escogerla

Me miró de arriba para abajo como si me examinara, cosa que yo también hice pensando que intentaba intimidarme.

- ¿Te le mides a una carrera de resistencia?
- No soy buena te advierto, como ves mi peso es la razón por la cual estoy aquí
- No te preocupes, es sólo una carrera, da lo mejor que puedas, no vamos a apostar nada
- Bueno, está bien, pero seguro perderé
- Bien, a la cuenta de 3, subimos el nivel a velocidad media alta, para que puedas dar más batalla. 1, 2, 3!

E iniciamos una pequeña carrera, los primeros minutos la veía a ella, era delgada, tal cual como yo deseaba verme, me impresionó de sobremanera que sus senos no rebotaban para nada con ese brasier, tenía una cola bien tonificada, sólo le faltaba abdomen plano y parecería como las chicas que muestran en los anuncios de máquinas de ejercicio por la TV; luego del 3er minuto empecé a sudar, Sofía empezó a mirarme con detalle, no me gustaba que viera como rebotaban mis grandes senos, ni mucho menos que tenía ropa blanca, y empezaba a sudar bastante.

Llegando al minuto 5 no pude más, tuve que bajar de la máquina y retomar aliento, me quería tumbar en el piso y no moverme más, Sofía se detuvo al ver que me incliné sobre mis rodillas.

- ¿Estás bien Eliza?
- Sí... Sólo... Sin... Aire...
- Ven, siéntate en este banco y bebe agua
- La... Olvidé... En...
- Calma Eliza, bebe entonces de la mía, y respira despacio

Estaba roja y respiraba muy rápido, estaba extenuada, pero quería demostrar que podía más, me puse de pie, ella se ubicó detrás mío, me recibió el agua, me tomó de los brazos e hizo ejercicios de respiración lenta, subiendo los brazos a la vez que tomaba aire, y exhalando aún más lento cuando los bajaba.

Pronto estuve más recuperada, bebí un poco más de agua, y ya sentí que podía hablar con cierta normalidad de nuevo, por lo que le agradecí.

- Gracias Sofía, disculpa si te causé un susto al verme tan roja y sin aire
- No te preocupes, para eso estoy aquí, una pregunta
- ¿Sí?
- Tu no haces mucho ejercicio, y veo que miras mucho a todos lados como preguntándote ¿Qué son todos esos equipos de alrededor?
- Pensé que lo disimulaba más, a duras penas sé manejar la trotadora, y la semana pasada hice algunas cosas, pero no sé bien, hasta probé levantar la barra de la banca de peso, pero casi me gana ¡Y eso que estaba sin pesas!
- Jajaja disculpa mi risa, no lo hago de mala, pero ¿Cómo se te ocurre levantar eso? No ves que la sola barra pesa 15 kg
- ¿En serio? De razón, porque solo bajé como 2 centímetros y luego casi no la coloco en su puesto
- ¿Cómo así? ¿Acaso estabas sola?
- Sí, no había nadie
- Peor aún, pudiste haberte ganado una hernia
- Disculpa
- No, si no es conmigo, es contigo la disculpa, porque tu misma pudiste haberte causado daño
- Lo sé —Miré al suelo como niña regañada, pero tenía razón en lo que me decía.
- Te propongo algo, si te parece...
- Dime
- Si quieres puedo ayudarte a hacer una rutina ¿Qué buscas con el ejercicio? Y me refiero a qué buscas entrenar o reducir
- Pues verás, tu cuerpo me parece muy bonito y tonificado, en cambio el mío... Pues peso 75 kg, me apena, además que como ves, me trae ciertas complicaciones
- Pero tu cuerpo no está mal, para pesar eso, la verdad tienes un muy buen cuerpo, tienes tus curvas bien moldeadas, podrías ser una "gordibuena"
- Jaja gracias, pero preferiría ser sólo "buena"
- Jajaja (Risas al unísono)
- Otra cosa, si gustas, yo vengo los lunes y miércoles en la mañana, podríamos hacer ejercicio juntas, y quizás llegar a ser buenas amigas
- Sí me parece, me gusta mucho la idea, además parece que a esta hora siempre está solo
- Es cierto, porque eso siempre vengo a esta hora desde el semestre pasado, no hay nadie que husmee, ni muchachos que nos miren de manera pervertida
- Una pregunta capciosa, de casualidad ¿La semana pasada viniste? Porque vine a la misma hora, pero estaba desierto el gimnasio
- Sí, pero algo tarde y no alcancé a entrar, tuve que pasar de largo e ir a clases...

Aunque ella parecía mirar a otro lado al responder, podría haberme visto...? 

Eliza - Sentimientos accidentalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora