"Unos Tres Meses" #1

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AMILA YOUNG
Capítulo #01

En una pequeña ciudad de los Estados Unidos, se encuentran dos jóvenes cuyos sentimientos están locos.
La chica «Amila Young» está loca por el chico «Connor Coleman» el cual es un joven popular de su colegio —(instituto)— El problema es que ella está detrás de un pez gordo del cual todas están enamoradas y él ni caso que hace, es un poco descarado.
El chico acaba de cumplir los dieciocho años de edad y al parecer eso lo hace más atractivo.
Connor Coleman; sus ojos azules eléctricos hacen un buen juego con su cabello rubio oscuro, su piel es blanca y tiene un amor único por la escritura.

—En cambio.

Amila Young; una chica de perfil griego con cara de — Jamás me voy a enamorar—. Tiene unos ojos azul marino que le van bien con su piel blanca pálida. Dicen que las personas tardamos al rededor de cuatro segundos para enamorarnos, pero el caso de Amila Young es diferente. Tardó tres meses.

Amila—

primer mesEl comienzo de mi obsesión.
Cuando no sabía el sentido de la vida y lo único que buscaba era a alguien que me sepa entender, o simplemente alguien que pueda ayudarme a entender la vida juntos, sin necesidad de mentirnos o hacernos daño.

Ya tenía un espacio en mi cuaderno, para dibujar su nombre y presumir que él era mi novio. ¡Mi todo! —Muy enamorada ya.

Lo veía subir por las escaleras del colegio y sólo me preguntaba—¿Qué tendré que hacer para que se fije en mí?

Así que, con el paso del tiempo decidí poner un plan en marcha. — ¡Mi espionaje!— Lo hacía a diario, siempre que lo veía me ponía relajada y empezaba a observarlo.

Mientras los días iban pasando yo me intentaba meter más y más en su vida cotidiana, aunque él no lo sabía, pero me encantaba mirarlo de espalda mientras hablaba con sus amigos y hacia todos esos gestos que a mí me mataban.

Segundo Mes—Mi desesperación.

Ya en este tiempo sentía algo dentro de mí que me decía; «tienes que hablar con él». «tienes que ponerte a su lado».
Incluso llegué a sentir celos de sus amigas, sin siquiera ser una de ellas.

Ya mi mente y mi alma estaban gritándome que le hablara, lo conocí en las épocas de diciembre y sentía calor cuando él se acercaba a mí, era un sol que me quemaba todos los días...

Soy tan egoísta que sólo lo quiero para mí. —que locura ¡No!— Desear a alguien a quien no conozco.

Mi vida era algo rara, yo sentía que mi madre no me daba el valor y la atención que merezco, creo que eso sólo era mental, pero a veces lo llegue a creer de verdad.

Aunque no acepte el caso de mi bipolaridad tengo que contarlo, me enojo muy rápido pero también viceversa, me contento súper rápido. La melancolía es la parte que más me hunde cuando estoy sola y sin poder verlo —¡En verdad lo quiero!

Tengo un padre común y corriente, sólo que a veces se portaba mal y hacia cosas que no tenían ningún agrado para mí, hacía cosas que me desbastaban —¡Joder, me dolían!—

No entiendo porque los mayores siempre quieren que una adolescente lleve su misma vida y ¡No!
Ellos vivieron la suya, ¿porque no nos dejan vivir en paz?
Se que tienen miedo a que nos pase algo y más cuando eres una chica, ¡El ejemplo perfecto!.

Si eres chico, puedes salir y disfrutar a diario sin tantas preocupaciones ni lamentos de haber hecho algo mal, porque así son ellos, hacen algo mal y algunos no suelen disculparse.

Pero, si eres chica no tienes la misma libertad, y si te la otorgan  tienes que estar a cierta hora en casa lista para dormir o para hacer los oficios. Sin dudas los hombres son más libres que las mujeres. También tenemos que cuidarnos de cualquier patán que sólo quiera utilizarnos o simplemente pasar el rato como dicen por ahí.
Por eso lo miro a él, porque sé que es diferente.

Por lo tanto cuando me dan la libertad de salir, me voy a los lugares donde más me gusta estar, la cancha de básquet por ejemplo.

Me encanta el básquet, es mi pasión, pero había algo que no me dejaba aprovecharlo al máximo y era mi problema con el asma, me paralizaba, me detenía y no podía disfrutarlo.

Sin embargo soy la número siete de mi equipo. Lo hago bien, lo vivo ¡Lo siento por mi ser!

Aún recuerdo ese día que estaba practicando, todo iba bien hasta que llegó él, lo vi y mi balón se extravió en mis manos, tropecé con el balón y casi me deslizo por el suelo de la cancha. Desde ese momento no volví a introducir el balón jamás en el aro.

Me quitó el equilibrio y mi asma empezaba a joderme otra vez, me senté hasta que saliera del lugar pero no podía quitarle los ojos de encima, en ese momento yo parecía una gelatina con parálisis ¡Joder no dejaba de mirarlo! No podía, todo mi cuerpo me pedía a gritos que me acerque a él, pero mis nervios y mi asma no me lo permitieron y ya se estaba marchando.
grite a una de mis compañera desde el otro extremo de la cancha para llamar su atención, pero sólo conseguí su mirada por unas cuantas milésimas. ¡lo deje ir!

Tercer mes—Mi primer paso.

Ya no podía más, me acerque a él en el receso del colegio, le hablé, sentí que mi corazón saldría por mi boca, estaba latiendo muy rápido, pero se sentía bien.

—Hola—dije nerviosa, eres el famoso Connor Coleman de la sección "C"—añadí y sentí mi corazón latir fuertemente.

—Sí—dijo sin contención alguna y pude notar su potencial, ese que quería conocer desde hace mucho tiempo atrás.

—Un gusto—dije sin dejar salir ninguna otra palabra más.
Se volteó —¿me ignoró?—Me pregunté nerviosa.
No, eso no pudo ser, de seguro no supo que más decir, claro no me conoce ni nada—dije toda nerviosa y hablando conmigo misma.

¿Enserio me ignoro? Esa fue la pregunta que pasé haciéndome todo el día.
De seguro no fue intencional, no puedo pensar eso de él porque aún no me conoce y se veía todo normal hasta estaba riendo con sus amigos y se veía tierno y más que seguro de si mismo.

No pasaron cinco minutos cuando me levanté de mi asiento y me retiré, seguí espiandolo desde lejos, sabía que ese acto no fue intencional, pero me molesté por ello. Lo dejé tranquilo y me fuí por ahí a caminar, luego de varios minutos vi a uno de sus amigos pasar por la cancha del colegio y juré que él estaba cerca. Me levanté de dónde estaba sentada y empecé a portarme diferente, quise parecer interesante, incluso dejé de hacer cosas que hacía a diario para parecer madura y todo por él. No sé si le gustaría que yo fuera así o si preferiría que sea corriente. Pero es que esto lo hago por él. Él me hace ser así, me hace cambiar en segundos y sé que lo puedo lograr, puedo tenerlo sólo para mí aunque suene egoísta pero lo quiero sólo para mí.

—Déjenme describir ese monumento.
Connor Coleman, es el chico raro y hermoso que le gusta leer y escribir, juro que no es de este mundo. Su piel es blanca como las páginas en blanco, es delicada desde mi punto de vista. Sus ojos son un hermoso cielo que me atraen a él como si yo fuese un pedazo de metal y el un gran imán. Sus labios son color rosa y súper atractivos, son perfectos. Su cabello es color marrón con mechones rubios por algunos lados. Al igual que sus cejas, son hermosas sin ningún tipo de retoque. Es hermoso hasta con sus pequeñas pecas en su nariz. Es todo lo que necesito.

 Es todo lo que necesito

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Connor Coleman

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