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—Te traje el desayuno.

Dije mientras entraba a su celda con una bandeja que traía una taza con té negro y azúcar, algunas galletitas, y una pequeña porción de budín de pan que había en la heladera, hecho por mi especialmente para él.
Loki se encontraba sentado sobre la cama que había ahí, mirando sus manos entrelazadas, pensando en muchas cosas que no se percató de la presencia del contrario sino hasts que Bucky apoyó esa bandeja en sus piernas, sobresaltandolo.

—El bello príncipe anda distraído hoy — bromeó en lo que se sentaba junto a él sin pedirle permiso. Lo miró fijamente, mostrando su mejor y más radiante sonrisa.

— No me molestes, mortal.

—No seas arisco, te traje comida.

Pero lo que menos miraba Loki era la comida, solo se fijaba en los ojos del sargento y en el brillo que tenían estos. Se preguntaba muchas cosas, pero la que más lo molestaba era '¿Por qué?' '¿Por qué de entre todos los que había en esa torre, Bucky, se fijaba en él?' No era la mejor opción de nadie. Siempre terminaba arruinando las cosas de alguna forma.

— ¿Cómo sé que no está envenenada?

Bucky tomó la taza y le dio un sorbo, luego tomó una galletita, metiéndose la entera en la boca después de haber tragado el té, por último miró el budín, no queria comer eso, era solo para Loki.

— Si llego a morder él budín me lo terminaré comiendo entero. Anda, come.

—Ahora tiene tus gérmenes.

Barnes rodó los ojos. Éste hombre era imposible.

Mirame LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora