IV. Sebastian

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Luego de un tiempo en silencio acepté la realidad y rompí el silencio preguntando:

-¿Qué dice la profecía?

Ellos se miraron algo incómodos, luego Annabeth dijo:

-"Una hija del mar, alejada de los suyos, será la responsable del diluvio, el lobo buscará venganza en quien inundó su hogar." Esa fue la profecía, aún no sabemos que quiere decir.

Me quedé en silencio pensando en la ironía, pues esa había sido la historia que le había contado a Sebastian en la noche, reí al pensarlo incluso, los dioses eran unos malnacidos, los demás semidioses me observaron como si estuviese loca.

-Es obvio... -les dije aún riendo.

Ellos seguían confundidos.

-Una hija del mar alejada de los suyos. Aparentemente soy yo.

Ellos asintieron.

-Será responsable del diluvio, se refiere a la leyenda donde Poseidón inunda Helade por petición de Zeus.

Un trueno se escuchó retumbar a lo lejos, Percy miró preocupado el techo.

-El lobo buscará venganza en quien inundó su hogar. El rey Licaon, primer hombre lobo, buscará venganza en papá.

-Eso es tan... -empezó Will.

-Obvio. -sentenció Annabeth. -no entiendo por que no lo vimos antes.

Todos nos quedamos en silencio pensando en eso.

-Deberíamos de irnos pronto. -dijo Kalani rompiendo el silencio- no es conveniente que sigas aquí por más tiempo, ya saben quien eres y donde estas viviendo, ahora es un buen momento para irnos.

-No puedo. -dije sin dudarlo.

-Disculpa? -dijo Kalani

-Sebastián esta aquí, no puedo irme y ya. -dije.

Vi como Percy asentía en señal de aprobación, Annabeth y Will permanecieron en silencio, Kalani me observó sorprendida y dijo:

-Ese niño no es tu responsabilidad.

Todos la observamos como si ella estuviese loca, antes de que pudiera replicar, Percy intervino.

-Es un niño, un menos Kalani, no podemos dejarlo abandonado aquí. Pienso que lo mejor es que nos quedemos aquí y mañana podríamos resolver el asunto del niño.

Todos asentimos, incluso Kalani, les di sábanas, cobijas y almohadas, ellos se acomodaron en los sillones, les cedí la habitación de Sebastián y ellos se terminaron de acomodar. 

Entre a la habitación de Henry, observe a Sebastian dormido sin saber lo que realmente había sucedido, mi pequeño niño creyendo que mis historias eran invenciones mías, pero no lo eran.

Yo sabía que todo esto era mi culpa, sabía que debía de haber desaparecido de la vida de Henry hace un tiempo atrás, Poseidón me lo había advertido.

Me senté en la cama y lloré un poco, me sentía fatal, luego de un tiempo caminé al closet de Henry, tomé una de sus camisas y me acosté junto a Sebastian, no quería dormir, pero en algún momento de la noche, me quede dormida.

Supongo que Percy les ha comentado, pero les recuerdo que los semidioses no soñamos, generalmente son premoniciones, advertencias y demás.

En fin, el caso es que esta noche, "soñé". Estaba en una montaña sumamente alta, podía ver un pueblo desde allí, en ese lugar estaba un hombre de pelo y barba blanca, junto a él estaba Poseidón, ambos vestidos con ropa griega antigua, Zeus daba la señal y Poseidón "soltaba" toda su furia contra el pueblo, terremotos, ríos desbordados, destrucción por doquier. La escena cambio y vi a un hombre de ojos claros, viendo la destrucción, luego observaba sus manos, sus uñas eran garras, su rostro estaba cubierto de cabello, sus ojos eran rojos, como la sangre, alzaba su rostro hacia la luna y rugía, un rugido tan fuerte que me despertó.

Respire profundo, mire a mi alrededor , seguía en la habitación de Henry, Sebastian no estaba junto a mi, salte fuera de la cama y corrí hacia la sala, para mi sorpresa, Sebastian estaba jugando con Percy y Will, respire aliviada después de todo lo sucedido la noche anterior temía que a Sebastian le hubiese sucedido algo malo. 

-Effie! -grito él al verme

Corrió hacia mi y me abrazo.

-Hola cariño- dije abrazándolo- ¿Quieres algo para desayunar?

El niño se quedo en silencio y luego dijo:

-Quiero cereal de chocolate!

-Okay... Sebastian, cuando las chicas en tu habitación salgan recoge tus cosas debo llevarte con tu madre. 

Él hizo un puchero y preguntó:

-¿Por qué? ¿Donde esta papi?

-Tu papá salio de viaje... un viaje de negocios.

El niño se encogió de hombros, serví la comida del niño y proseguí:

-Sabes que sin tu papá debo llevarte con tu mamá, aunque ella me odie.

Sebastian revolvió su cereal y asintió poco convencido, los demás se fueron congregando alrededor de la mesa, ellos tomaron un poco de esto y un poco de aquello, todos desayunamos en silencio, interrumpido únicamente por preguntas ocasionales por parte de Sebastian.

-Entonces ustedes dos son hermanos de Effie? -preguntó señalando a Percy y Kalani.

-Sebastian, que dijimos sobre señalar- lo reprimi

Él sonrió con culpabilidad y dijo:

-Lo siento. -dijo

-Si, somos hermanos de Effie. -afirmó Percy

-Pero no tienen el mismo apellido, ni tampoco se parecen en nada, solo los ojos.

-Es difícil de explicar, cariño. -dije.

Sebastian asintió y terminó de comer, corrió a su habitación y salió mientras los demás lavabamos las cosas. Él se quedó sentado en el hasta que terminamos de acomodar todo, tomé las llaves del apartamento, la camisa de Henry, y la puse en mi bulto.

La hija de Poseidón IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora