VII. Rachel.

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Salimos de la oficina, caminé tras Quiron por un tiempo, nos adentramos en el bosque más y más, luego de un tiempo llegamos a una cueva o algo así... Okay, era una cueva, pero estaba decorada con dibujos de todo tipo, había una especie de cama improvisada. 

-Mmmm es una lástima creí que Rachel estaría aquí.- dijo Quiron.

Estuve tentada a preguntar el por qué alguien viviría ahí, pero preferí contenerme. Hicimos nuestro viaje de regreso al Campamento, cuando de repente sentí una presencia sabía que era tonto pero mi TDAH no me dio tiempo de pensar, tomé mi pulsera/tridente y apunté hacia la presencia para mi sorpresa me encontré con una chica pelirroja, de ojos verdes, piel clara y llena de pecas, ella grito por la sorpresa aunque simplemente la atravesé con mi tridente.

-¿Por qué los hijos de Poseidon siempre quieren empalarme?

Quedé sorprendida, realmente quería preguntarle sobre que estaba hablando, pero creí que no era momento, guarde mi pulsera y sólo la observé. Quiron rió como si recordara un chiste.

-Rachel! Creí que no estabas en el Campamento. -añadió Quiron bastante tranquilo.

-Estaba caminando por el campamento, quería refrescar mi mente, ya sabes desde la batalla contra la madre tierra, el Espíritu de Delfos ha estado bastante silencioso, fue toda una sorpresa para mi cuando pude recitar esa nueva profecía.

-Para todos.- dijo Quiron

Quería decir algo, estúpido y sarcástico preferiblemente... pero no me sentía de humor. 

-Tu debes ser Effie Miller! -dijo Rachel como si nada hubiese ocurrido

-Así es... esa soy yo.-dije forzando una sonrisa 

-Es bueno conocerte finalmente, y no solo por medio de sueños y profecías.

-Genial. 

-Como sea... ¿Puedo ayudarlos en algo?

-Si, queremos saber si hay alguna profecía para Effie, ella debe realizar una búsqueda.- dijo Quiron.

Ella me observó por unos segundos, parecía estar buscando algo dentro de mi. Me sentía ansiosa e incomoda

-Nada -dijo resignada- estoy en blanco, desearía que liberaran al espíritu de Delfos, o que Zeus perdone a Apolo. 

Un trueno sonó a lo largo, Quiron le dio una mirada de advertencia a Rachel. 

-Lo lamento. -dijo ella. 

 El día terminó de pasar, practique un poco más con el tridente, fui a los establos, allí conocí a varios caballos, y un pegaso llamado Blackjack, era completamente negro.

"Eh jefa, es bueno conocerla" 

Dijo este. Al inicio fue algo perturbador, pero logre tranquilizarme y le pedí que no me llamara así, realmente no me sentía bien. 

"Su hermano me dice lo mismo, a su hermana le da gracia" 

-Genial. -le dije.

A la hora de la cena, fui al pabellón del comedor noté que se encontraba ubicado en una pequeña colina con vista al mar, además está rodeado por varias columnas griegas y no tiene paredes ni techos, el suelo está hecho de mármol blanco. Está iluminado por varias antorchas colocadas en las columnas, y una gran hoguera en el centro del mismo. El pabellón cuenta con un total de doce mesas o eso creo no conté más, mi atención se desvió a otras cosas, todas ellas con manteles blancos con decoraciones púrpuras. Cada dios tiene su propia mesa, y está prohibido sentarse en la mesa de otra cabaña. Los sátiros se sientan en la mesa con Dionisio, mientras que las ninfas donde les plazca.

-Debemos dar una pequeña ofrenda a los dioses, una parte de tu comida, los de Hermes suelen ser bastante generosos, principalmente por que parte de su comida va a dar al Tártaro y nunca sabes cuando algún semidios puede estar atrapado allá. -me comentó Percy.

-¿Como es que sabes que parte de la comida de la cabaña de Hermes va a parar al Tártaro? -pregunté temiendo la respuesta.

Su sonrisa se borro un poco, una mirada de dolor cruzó su rostro y dijo:

-Estuve allí, no es el mejor destino turístico.

No pude evitar abrir mi boca por la sorpresa.

-Yo... -intente decir.- realmente no sé que decir.

Él sonrió un poco y dijo:

-Es mejor así... no es algo que le desee a nadie. 

-Ni a tu peor enemigo? -pregunté

-No.-dijo secamente.

Caminamos hacia la hoguera miré mi hamburguesa y papas, tome un poco de ambas y las lance, observe el fuego y rece pidiéndole a mi padre que protegiera a Henry. Seguí mi camino hacia la mesa, Kalani ya estaba allí, ella parecía sentirse incomoda o cohibida con mi presencia.

La cena transcurrió tranquila, vi a Rachel llegar y sentarse en la mesa principal con Dionisio y Quiron, ella me observaba atenta sentía ganas de confortarla, pero no creí que a los campistas les gustara que alguien le gritara a su oráculo.

Luego de la cena fuimos hacía la hoguera, vi una pequeña niña sentada en un rincón un poco alejada de todos, ella sonrió y supe de inmediato que no era una niña, era una diosa.

Los de la cabaña de Apolo nos deleitaron con una interpretación musical, estuvo bien, hasta que Percy me dijo que fuera yo a cantar.

-Hey! Mi hermana Effie canta, deberían escucharla es fantástica.

Escuché a los demás campistas gritar mi nombre para que lo hiciera, varios de ellos me tomaron del brazo y me llevaron a una especie de escenario, sentí un poco de pánico, luego simplemente empecé a cantar.

Esta noche como cualquier otra canté Everybody knows de Sigrid, iba por la mitad de la canción cuando sentí como el ambiente se enfriaba un poco, una niebla verde empezó a aparecer quería correr, pronto Rachel Elizabeth Dare apareció, ella se acercó a mi y me tomó por lo hombros, ella venía envuelta en esa niebla, su boca se abrió y simplemente recitó:

"Al norte, el semidiós buscará lo que desea, consecuencias fatales pueden suceder si escoge un camino erróneo, perdición o salvación, serán las opciones"

Ella terminó la profecía y se derrumbó, yo me sentí un poco desubicada, di un par de pasos hacía atrás y sentí como alguien me tomaba en brazos.

-Effie! Mírame! Estas bien? -era Percy

Quería decirle que me sentía fatal, había visto escenas durante la profecía, todos los posibles escenarios ninguno era alentador, justo cuando abrí la boca para responder todo se tornó negro y no supe nada más.

La hija de Poseidón IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora