VI. Quiron

321 24 0
                                    

Desperté de un salto, estaba asustada, mi corazón dolía, el sudor corría por mi cuerpo.

-Es sólo un sueño -me dije- es sólo un sueño.

Respire profundo varias veces intentando mantener la calma, tenía mi vista perdida aún así sentí una presencia, giré mi rostro para encontrarme con Percy, él me observaba, no comprendía su mirada, era una mezcla entre lástima y admiración.

-¿Qué ocurre? ¿Se te perdió algo?

Él rió un poco y dijo:

-Siempre estás a la defensiva?

Me encogi de hombros, era cierto siempre estaba a la defensiva, era mi modo de protección, aún así no iba a admitirlo.

-Quizá. -dije- no es como que sea tu asunto.

-Bien. -dijo él desinteresadamente- Como sea, es hora de entrenar, espero hayas descansado.

Luego de cambiarme seguí a mi hermano por un tiempo hasta llegar a un campo de practica con espada, lo cual no era mi fuerte. Percy me acercó una espada, la tomé y de inmediato senti que no era para mi, era absurdamente pesada.

-No es apropiada para ti. -dijo él.

-Eso es obvio. -dije alzando la espada.

Luego de un tiempo probando espadas, mi hermano dijo:

-Tu brazalete? De dónde salió? -dijo Percy mientras recogía una espada.

-Mi madre la compró en una venta de garaje- dije sin darle importancia.

-Estas segura? -preguntó mi hermano.

Asentí mientras me preguntaba el por qué todas las personas y monstruos me preguntaban lo mismo.

-Es de bronce celestial -añadió Percy. -Eso es un arma.

Intenté mantenerme sería, pero no lo logré, era absurdo.

-Eso es absurdo, ilógico. -le dije mientras reía - Mi madre la compró por un dolar, en una venta de garaje.

-La viste hacerlo?

-No- le dije aún sonriendo, aunque lo estaba dudando.

-Quitatelo y tomalo como si fuese un arma... Un tridente real.

Lo observé algo extrañada, aún así lo hice, para mi sorpresa la pulsera se expandió hasta tener el tamaño y peso de un arma, de un tridente, estaba perfectamente equilibrado en mi mano.

-Esto es... Increíble. -dije viendo el tridente en mi mano.

Percy sonrió y dijo:

-Te lo dije, eso es bronce celestial, papá tuvo que dársela a tu madre, y ella te lo dio a ti.

Sonreí al pensarlo, Poseidón me había visitado más que a Percy y Kalani juntos, pero nunca me había dicho que mi brazalete era un arma. Por algún motivo, sentí la necesidad de contarle mi sueño a Percy.

Mi hermano era muy bueno escuchando, o al menos eso quería pensar, le comenté mi sueño, él no parecía sorprendido cuando terminé de contarle el sueño, había realizado un par de movimientos con el tridente mientras hablaba con mi hermano.

-Es bastante normal tener ese tipo de sueños. -dijo él- pienso que deberías decirle a Quiron, debes organizar una búsqueda, a Henry no le quedan más que unos días. Ocho como máximo.

Sabía que Percy tenía razón, quería vomitar del miedo, Henry tenía días. Asentí y empecé a caminar hacía la casa grande.

-Deberías guardar el arma. -dijo Percy

Observé el tridente en mi mano y lo único que supe decir fue:

-¿Cómo lo hago?

Percy se encogió de hombros, sacó un lapicero de un bolsillo y dijo:

-Con Contracorriente es fácil, quito la tapa si quiero que se convierta en una espada, y la pongo si quiero que regrese a su estado natural.

-Y si necesitas un lapicero? -pregunté.

-Le pongo la tapa en el otro extremo... -dijo como si fuese lo más obvio

-Oh! Tonta de mi! -dije- pero bueno... Sigo sin saber como escoger el tridente.

-Piensalo, quizá sirva.

Estaba confundida, aún así lo hice, pensé en que el tridente volvía a tener el tamaño de una pulsera y este poco a poco se fue escogiendo hasta ser mi brazalete en forma de tridente de nuevo.

-Interesante... -dije mientras me la ponía.

Seguí mi camino hacia la casa grande, ni Quiron ni Dionisio estaban allí. Caminé por la casa un tiempo curioseando en las habitaciones, algunas estaban con llave, otras no... luego de un tiempo entre a una oficina , había un computador en un escritorio, y en una pared habían pinturas y fotos de héroes, suponía que era algo así como el rincón de la fama semidiós.

Debo admitir me pregunte si en algún momento una fotografía mía estaría allí, había una de mi hermano, Percy. Luego había una fotografía un poco más grande, habían siete semidioses logre reconocer a dos, Percy y Annabeth, los otros cinco eran un misterio para mi. Un chico rubio de ojos azules, como el cielo, junto él una chica de cabello color canela, sus iris parecían no estar seguros de que color escoger, un chico de rasgos asiáticos, junto a él una chica de una gran melena de colochos y ojos semi dorados, luego había un chico de piel algo oscura, cabello oscuro y unos ojos traviesos.

-Ellos son "Los Elegidos", gracias a ellos siete Gea duerme y ambos campamentos están en paz-dijo la voz de Quiron detrás mio.

Me sobresalte un poco, sabia que no debía estar allí

-Yo... -empece a decir, suspire- lo lamento.

Quiron sonrio y dijo:

-La curiosidad es algo normal, no siempre es bien vista, sin embargo. ¿Puedo ayudarte en algo, Effie?

Asentí. Quiron entro a la habitación, hizo un gesto para que me explicara. Le conté sobre mi sueño, él escuchó atento, esto no debía ser nada nuevo para él. 

-Así que... Percy me dijo que le buscara, pues debía tener una búsqueda- terminé la historia. 

Quiron sostenía su barbilla pensativamente y dijo: 

-Bien... supongo que si, Henry no tiene mucho tiempo. La tragedia realmente los persigue a ti a tus hermanos. 

No sabia que decir, pero debía ser cierto, Quiron había entrenado a Percy desde los 12 y a Kalani desde los 15.

-Creo que es hora de que conozcas a nuestro Oráculo, Rachel. Si hay una profesia para ti, estas lista para la búsqueda.

-Y qué si no hay profesia? -pregunté.

Quiron sonrió y dijo:

-Conociendo a tus hermanos... posiblemente harás lo mismo que ellos.

Saben... empiezo a pensar que mi segundo nombre debe ser Confusión, pues si... estaba confundida de nuevo, sin embargo, asenti. 

La hija de Poseidón IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora