Please, remember {PAUSADA}

1. An idiot

El sonido de las campanas sonó estruendosamente, haciéndose eco en la resonancia de la iglesia. Todos nos  hallábamos ya sentados en los largos bancos de madera, los cuales se distribuían en cuatro grandes hileras. No había suficiente espacio, así que tuve que sentarme en la fila posterior a donde se situaba mi familia, lo cual no me importó en absoluto porque estaba un tanto molesta con mis padres.

Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos, que después fue interrumpido por unos pasos tranquilos a mi lado izquierdo. El padre Lorenzo caminó por el pasillo mientras mi mirada se detenía distraídamente en el vaivén que hacía su larga túnica blanca al oscilar en el aire. Cuando llegó al altar se dio la vuelta y nos observó a todos con alegría y aire de bienvenida.

—Que el Señor esté… 

El inicio de su perorata fue interrumpido por el chirrido que hizo el gran portón al abrirse, dejando entrar los rayos de luz solar que intentaban colarse desde el exterior. Dos personas entraron de forma apresurada, para que segundos más tarde se le uniese una tercera. Los dos adultos se acercaron y tomaron asiento a mi derecha, puesto que era el sitio libre más cercano. En cambio, el chico que los acompañaba se sentó en el lado contrario. Les sonreí amablemente y noté que el cura volvió a empezar de nuevo su discurso de todos los domingos. 

Volví mi cabeza al frente y recordé donde estaba, entonces mi sonrisa se desvaneció y me crucé de brazos, dejando paso nuevamente a mi anterior mueca de disgusto. Siempre ocurría lo mismo, el último día de la semana, claro. Mis padres se empeñaban e insistían y al principio discutía con ellos. Más adelante comprendí que no importa lo mucho que se lo repitiese, ellos tenían las ideas claras y si alguien iba a moverse de su decisión, esa tenía que ser yo.  Así que me dedicaba a ignorarles y despotricar en su contra desde mi fuero interior mientras acataba sus órdenes, como era habitual. Sabía que algún día no aguantaría más y explotaría, pero mientras tanto intentaba mantenerme serena. 

Vi cómo mi hermana, sentada junto a mi madre, sacaba disimuladamente el teléfono móvil de su bolso y maldije entre dientes por haber dejado el mío en mi habitación. Mi madre se dio cuenta y le dio con el codo en las costillas mientras la fulminaba. Audrey bufó y se apartó el pelo de la cara con la mano. Entonces me percaté de algo: el chico a mi lado me miraba y había cruzado los brazos en su pecho, justo en la misma posición que yo. Fruncí el ceño y le observé de reojo pero bajó su cabeza y se acercó un poco más para que pudiese oírle mejor.

—¿También te han obligado a venir? 

Apuesto a que lo había adivinado por mi expresión de desagrado; debía ser muy notoria. Giré mi cabeza completamente para contemplarle mejor. Tenía el cabello castaño rizado y unos bonitos ojos de color verdoso. Su sonrisa adornaba su cara en esos momentos, al igual que los hoyuelos en sus mejillas. Sinceramente, era muy guapo. Alzó las cejas a la espera de mi respuesta, puesto que me había quedado callada inconscientemente.

—Desafortunadamente todos los domingos lo hacen —compuse un mohín—. Ir a misa no es lo mío —susurré devolviendo la mirada al frente.

—Pues ya somos dos —musitó—. ¿Son tus padres? —Preguntó señalando hacia delante con la cabeza.

Asentí.

—Y mi hermana —completé observándola de nuevo—. Soy Nina Baker —murmuré tendiéndole la mano.

—Harry, Harry Styles. Encantado.

Le dediqué una leve sonrisa y después decidimos guardar silencio. La gente se estaba poniendo en pie para cantar alguna de las muchas canciones religiosas que tenía la iglesia, por lo que les imitamos hasta que el padre Lorenzo siguió con la misa y todos volvimos a sentarnos. El chico hacía algunos comentarios de vez en cuando, sobre todo cuando todo se mantenía en silencio por un par de segundos y aprovechaba ese limitado tiempo para decir algo. Después el cura leyó algunos versículos sobre la biblia y los milagros de Jesucristo. Lo único que me propuse durante esa hora, fue intentar no quedarme dormida. Y para eso, el chico me ayudaba.