7. Jealousy

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—¿Vengo en mal momento? —me dijo el chico frente a mí, aún sonriendo.

Zayn apareció detrás de mí y me puso dos toallas sobre los hombros. Su fino jersey negro se le pegaba al cuerpo al estar mojado y de su pelo seguían cayendo pequeñas gotitas de agua. Pasó una mano por él y lo sacudió un poco despeinándolo a su vez. 

—¿Puedo ayudarle? —Preguntó Zayn bruscamente al ver que yo no decía nada.

—Traigo un envío para Nina Baker. ¿Es usted? —Preguntó el repartidor dirigiéndose a mí.

—C-creo que ha habido un error, yo no... 

—¿Es esta la calle Racksell? —asentí débilmente con la cabeza—. Entonces estoy en el sitio correcto. Debería abrigarse más, señorita, no vaya a caer enferma —el chico me guiñó un ojo y me tendió las flores—. Que tengan una buena tarde.

Enganchado al lazo de color rojo, por suerte, había una pequeña tarjetita blanca con una disculpa escrito en una letra rápida y torcida.

No era mi intención molestarte, siento que te lo tomaras así. Ni por asomo igualan tu belleza, pero pensé que las rosas te gustarían.

Luke

Esto debe ser una broma. Yo era la que debería pedir disculpas por el fallo técnico de llamarle de otra forma. Solté una risa al imaginarme al rubio escribiendo eso a toda velocidad. No entendía por qué seguía pidiendo perdón, ya que estaba segura de que había acudido de nuevo a mi tía para saber dónde me encontraba. ¿Cómo si no iba a saber dónde estaría ahora? Ese chico era un caso perdido, definitivo.

—¿Quién te ha enviado eso? 

La expresión de Zayn era seria y asqueante. No tanto como para pulverizar las flores, pero si lo suficiente como para escupir sobre ellas. 

—¡Eh, hola! Ya estoy aquí —mi hermana entró por la puerta con su voz cantarina y uno de esos chales de tantos colores junto a un gordo abrigo verde. Se quedó unos instantes mirándonos cuando se percató de nuestro aspecto—. ¿Qué os ha pasado? ¿Y esas flores? 

—Zayn, mi hermana. Audrey, él es Zayn —les presenté. Luego le entregué la tarjetita a mi hermana y esperé a que la leyese—. Ni se te ocurra abrir el grifo del fregadero ¿de acuerdo?

—"Ni por asomo igualan tu belleza" —releyó entre risas ignorándome—. Vaya, este chico está coladito por ti. ¿Qué demonios te ha hecho?

—Larga historia —ella me miró expectante, así que suspiré—. Abreviando, fue preguntando a la tía Helen cosas sobre como un acosador. Supongo que  le dejé bien claro que me pareció raro, y molesto sobre todo. Es increíble que haya mandado flores para disculparse por eso.

—Solo intenta ligar contigo —escuché susurrar a Zayn detrás de mí.

—¿Qué has dicho?

—Nada —dijo encogiéndose de hombros. —Voy a bañar a los perros, veo que aquí no pinto una mierda. Mientras puedes buscar agua para que no se marchiten tus florecillas, ya sabes, y que sigan intentando "igualar tu belleza"—hizo comillas con los dedos en la última parte de la frase, haciendo a Audrey reír ante su extraño comportamiento.

Llamó a los cachorros, que seguían dando vueltas y chapoteando en el gran charco de agua y se encaminó hacia la puerta abierta de la sala del fondo cuando la voz de mi hermana lo hizo darse la vuelta. 

—Encantada, Zayn.

—Sí, lo que sea —contestó el moreno y desapareció de mi panorama de visión.

Please, remember {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora