Please, remember {PAUSADA}

11. Bad fall

Inspeccioné su rostro. Al igual que el mío, lucía muy preocupado. ¿Qué diablos había pasado? Se había formado un nudo en mi garganta que no me permitía decir palabra; ni siquiera podía tragar saliva correctamente. ¿Harry estaba herido? ¿Y mi padre? ¿Estaría bien? ¿Qué demonios había sucedido?

-¿Qué ha ocurrido? -conseguí preguntar.

-Te llevaré allí, vamos. Un placer -dijo dirigiéndose a Luke con una falsa sonrisa.

Zayn agarró mi mano sin dejarme decir apenas un "adiós" al chico de ojos azules, el cual se veía confuso y enfadado. El castaño tiraba de mí mientras corría a través de los árboles del parque. Él iba más rápido que yo y eso me hacía más dificultosa la carrera, sobre todo si iba con esos dichosos zapatos altos.

Mi respiración estaba agitada y mi corazón latía con fuerza contra mi pecho. Sentí que se me iba a salir por la boca y me noté un tanto agitada. Salté por encima de un pequeño arbusto en mitad del camino y torcí mi tobillo al volver a tocar el suelo con el pie derecho. El gemido de dolor que se escapó de entre mis labios fue suficiente para que el chico dejase de correr y se agachase junto a mí. Sin saber cómo había acabado en el suelo rodeándome la pierna mientras él me observaba; parecía mucho más preocupado que antes.

-Estoy bien, solo he tropezado.

Intenté echarle valor y levantarme del suelo pero Zayn me mantuvo en mi lugar al percatarse de mis muecas de dolor. Las punzadas que sentía en mi tobillo iban en aumento dolorosamente y sabía que cojearía si conseguía mantener el equilibrio. Saqué los guantes de mis manos y el aire frío hizo que las cerrase en puños por unos segundos. Palmeé con cuidado la zona de la supuesta lesión y me mordí la lengua para no volver a quejarme. La mano inexplicablemente cálida de Zayn se posó sobre la mía y me miró expectante. Asentí con la cabeza un poco atontada por su acción pero aparté su mano con rapidez al sentir otra punzada. A pesar de que el gesto fue suave y cuidadoso, no quitó el hecho de que fue doloroso.

-¿Te duele?

-Estoy bien -repetí-. Hay que ir al veterinario. ¿Están bien? ¿Les ha pasado algo malo? -En un rápido movimiento me levanté de sopetón sobresaltándolo.

Dolió mucho más de lo que pensé que lo haría. El chico sujetó mi brazo para que no cayese al suelo y eché todo mi peso en mi pie izquierdo. Ni siquiera podía verificar si mi tobillo estaba hinchado o incluso qué color tenía por culpa de mis medias negras -que por cierto eran muy extrañas, ya que desde el muslo hacia arriba sí eran semitransparentes con una línea de corazones en fila-.

-Sí, perfectamente. No tienes de qué preocuparte.

Fruncí el ceño.

-Acabas de decir que...

-Era mentira -me interrumpió. Mi boca se abrió y mis cejas persistieron juntas-. Lo siento, pero no tenía ganas de discutir con vosotros para tener que llevarte a casa.

Me incliné sobre él y le pegué con todas mis fuerzas en el brazo usando mi puño.

-¡Ay!

-¿Sabes el susto que me has dado? -Grité-. ¡Pensé que Harry estaba herido! ¡O mi padre! ¡¿Eres idiota?!

Soltó una risita nerviosa y me observó con culpabilidad al mismo tiempo que se frotaba la zona donde le había golpeado. Me pareció adorable en ese momento. Un segundo, ¿qué?

-Lo siento -repitió-. ¿Pero no te alegras de que en realidad no les haya pasado nada?

-Sí, ahora me siento mucho mejor -la ironía fluía en mi voz, aunque claramente estaba más calmada de saber que no había ocurrido algo malo.