XV

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— eehh Ángela estás  rara... Que te pasa? — me dijo mi mejor amigo preocupado —

— ah que?

— si minina, ves a tu comida como si la fueras asesinar... En que piensas?

— nada — dije con una sonrisa demencial en mi rostro —

— segura?

— sip

—...Ok...

  La expresión de ambos de mis amigos eran de miedo y preocupación... Pero en realidad me sentía perfecta, solo quería estar sonriente todo el tiempo... Pero ¿ qué hay de malo con una sonrisa? Es bueno sonreír siempre.

— oye minina... Tu sonrisa me asusta... Gatito protegeme — dijo emilia tomando a Ramón  como escudo—

— en serio estas bien Ángela?

— sip — solo mencione eso jugando con mi plato—

— estas tan sonriente... Nunca estás así — nuevamente la expresión de terror regreso— estoy asustada

— yo también

  Solamente reí cosa los asusto mas, se oían el sonido de mis huesos tras cada tic mire mis manos y procedí a retirarme un poco para calmar los mismos, los odiaba en cierto punto. Levante la mirada para ver a mis amigos de nuevo.

— miau

— ¿ estas asustado gatito? — pregunte, solo relami mis colmillos—

— quien no se va asustar con esa cara de psicópata que tienes?!?

— yo me voy a lavar los trastes... Ya vuelvo

Ramón se levanto de la silla llevándose consigo los trastes menos los mios ya que no había tocado bocado

— no me dejes con la maniática asesina sedienta de sangre gatito

— ¿que pasa lobita? ¿No me quieres? Hahahaha —comencé a reír nuevamente, era como una necesidad necesitaba desahogarme—

— ¡¡¡Ramón apresura te!!! ¡¡¡Esta loca me matara!!!

  Así paso toda la mañana, por la tarde... Me sentía igual, no sabía lo que me pasaba pero no me sentía mal... Ramón fue a la habitación a verme como todas las tardes

— que bien gatito ya llegaste

— de verdad no se que te pasa, pero traigo un cuchillo y no dudaré en usarlo

—¿ en serio serias capaz de matarme? ¿A mi?¿ Tu mejor amiga?

— si es necesario si... Así que ni se te ocurra tocarme

  Me mire las garras solamente algo soberbia, en cierto punto me dolió, pero tenia razón, solo lo mire y dije con frialdad

— tengo otra víctima en mente... Otras debería decir — mencione para mirar a otro lado—

— qu...Quienes? — tartamudeando un poco—

— en las noticias lo verás... Pero calma no eres tú ni la lobita

— mas te vale...

— ¿ como? Si te mato no puedes hacerme nada estarás muerto — rodé los ojos—

— cierto...

— como te mataría a ti después de todo lo que has hecho por mi —me acerque a el abrazándolo —

  Lo abracé fuertemente, sabia que era el último ya que no los vería más, planeaba huir así que era el adiós lastimosamente, no quería dejarlo pero debía hacerlo por mi bien, así todos mis problemas acabarían de una vez

—¿y esto por qué?

— es el último abrazo

—¿ a que te refieres?

  Su voz se oía triste por eso no quise seguir hablando solo disfrutaba del abrazo mientras el correspondía, susurré a su oído suavemente

— este es el adiós.... Espero no me delates... — me oculte en su cuello y debo admitir que derrame pequeñas lágrimas, lo extrañaría mucho—

—¡ oh! ¡abrazo grupal me uno!

   Nos quedamos un rato así, se sentía bastante bien, era bastante agradable estar con ellos y debía disfrutar esos últimos instantes, esos instantes tan hermosos los cuales no quería que terminarán, el abrazo era cálido y amoroso, no queria separarme, pero por su bien debería hacerlo y seguir adelante, no quería meterlos en problemas, este era mi problema y yo debía afrontarlo sola

— los quiero un montón chicos — dice dulcemente aunque en el fondo estaba triste —

— nosotros también — respondieron al unísono—

   La voz de Ramón se oia triste mientras que la de Emilia no, sabia que me dolería un montón pero debía hacerlo, por su bien y por el mio... Bueno si los amas dejalos ir no?....  Hay que pensar en el bien de los amigos los cuales no te dan la espalda y jamas lo harán, era mejor que fueran felices ellos.

  Al caer la noche, mi sed de sangre y venganza iba creciendo, pero aún no era el momentos, debía esperar un poco más... Estaba cerca, ya podía saborearla era dulce, pronto conocerán a la bestia dentro de mi ser ya casi era hora de darles motivos para decirme bestia, arregle mi cabello para que cubriera parte de mi rostro, me coloque los guantes de antes y la ropa que llevaba antes, un suéter gris sentido al cuerpo y un pantalón negro, estaba descalza, luego del experimento no pude ponerme zapatos ya que caminaba sobre la punta de mis dedos.

Al estar lista mire a la ventana, mire la luna y Sonreí, suspire antes de salir por oa ventana, desde ahora mi vida cambiaría y debía prepararme para las consecuencias, no quería morir, así que debía confiar en mis habilidades, en secreto había estado practicando cosas básicas. Era hora de ponerlas aprueba y el tiempo de desquitarme de sus humillaciones y maltratos, primero empezaría por una presa fácil, una que ya había dejado herida y esta vulnerable así que sera mas fácil asesinar y devorar como la fiera que soy...

Salte por la ventana callendo de pie, luego corrí en la oscuridad hacia el hospital que Ramón me había dicho antes. Mire su casa antes de seguir

— Adiós Gatito... — mencione y Sonreí — gracias por todo...
 






Sweet  nightmares (en edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora