ATENTADO

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El doctor era el ejemplo de que los ricos pueden ser buenas personas, descendiente de una de las familias más pudientes de la ciudad, incluso de este distrito, estudió en las mejores escuelas, entró a una buena universidad en Londres, doctorado en Canadá, cursos especializados en Cuba, Brasil, Suiza, Haití y Colombia, se casó pero su esposa se separó de él al morir la única hija que tenían, su hija fue encontrada en lo alto del bosque, torturada, mutilada y con una "X" en su frente, su asesino resultó ser uno de los pacientes que años después entraría recluido al hospital psiquiátrico donde trabajaba y aunque tenía al asesino de su hija en frente no dejó su profesionalismo.

Fue enjuiciado porque se creía que era cómplice de los tres asesinos seriales que escaparon del hospital psiquiátrico:

Expediente 12_H18: Isabel Osten Lacoutire, mujer de 25 años con todo el cuerpo quemado, pirómana, responsable del incendio en la antigua comisaría y de la masacre de la familia de su padre. Fotografía tomada de los registros policiales antes de ser desfigurada.

Expediente 05_M85: Christopher Castillo Romero, exmilitar, hombre de 45 años, estrés postraumático, 245 bajas en combate, de las cuales 200 fueron como francotirador, responsable de la muerte de muchos inocentes. Fotografía tomada de los registros militares.

Expediente 10_J97: Samuel Harvy Lors, hombre de 23 años, responsable de la muerte de 13 mujeres según los registros, entre ellas la hija del director del hospital psiquiátrico donde fue recluido, se desconoce el número exacto de sus víctimas reales, se sacó su propio ojo con un tenedor. Fotografía tomada al ingresar al hospital psiquiátrico.

Tres pacientes un tanto peculiares, uno más sangriento que el anterior, pero lo que veo son tres posibles secuestradores del doctor, pero ¿si no lo mataron al escaparse del hospital, por qué matarlo ahora? ¿Qué tiene que ver la niña en todo esto?

Seguí estudiando cada documento, renglón por renglón, esperando encontrar una ubicación, pero no obtuve los resultados que quería, pedí una pizza a domicilio, si hay algo que no da tregua es el hambre, me relajé y me puse a ver televisión para despejar la mente un rato, estaba viéndome un documental sobre la fauna del Amazonas cuando de repente interrumpen la transmisión y dan un avance de noticias.

"Interrumpimos la programación normal de este canal y todos los canales de televisión y radio locales para dar la siguiente información.

un lamentable atentado tuvo lugar en la casa del comisionado Diego Armando Páez Mosser, dejándolo gravemente herido y dejando una víctima fatal quien al parecer es su hijo menor, se especula que es un ajuste de cuentas de una de las pandillas que habita en un barrio vecino, su hija mayor de 18 años se encuentra desaparecida y no se sabe cuál es el estado actual del comisionado.

muchas gracias por su atención, hasta aquí con el boletín informativo, continúen con la programación habitual."

Me levanté de la cama, me vestí y salía toda prisa, cuando iba saliendo por el pasillo para tomar el ascensor me encontré con el repartidor de pizza casi que le arrebaté la pizza de las manos le pagué y seguí caminando sin mediar palabras con él.

Llegué tan pronto como pude al hospital donde estaba el comisionado, el lugar estaba repleto de periodistas, todos esperando la exclusiva, quise entrar pero estaba en cirugía, entendí que no era el momento ni el lugar en el que debería estar, con media pizza en la caja salí del hospital con rumbo a la casa del comisionado, los forenses ya estaban en el lugar igual que otro montón de periodistas, mostré mi placa para que me dejaran pasar a la escena del crimen, en la carretera habían marcas de neumáticos, estos serían los de la camioneta desde donde le dispararon, pregunté y las balas eran calibre 7,62mm y fueron disparadas desde una ametralladora M60, pero al disparar desde dentro de la camioneta no encontraron cartuchos, fue entonces que me di cuenta que no eran ajustes de cuentas, los pandilleros no pueden costearse un arma de 6 mil dólares, entré a la casa, era muy acogedora, todo sencillo, colores claros en la sala y cocina, pero había algo que no cuadraba, había un vaso con hielo y agua, el atentado fue hace unas horas y fue en el frente de la casa, es decir que no habían entrado, desenfundé mi arma y me agaché, quizá uno de los asesinos se quedó oculto para acabar con el otro hijo del comisionado, pero quedó encerrado por toda la policía afuera rodeando la casa, salí de la cocina y subí las escaleras al segundo piso, no había nadie, entré habitación por habitación, entré al baño, nada, no había nada, subí al ático estaba vacío, bajé de nuevo las escaleras y no había nadie.

Un policía me vio haciendo esto y alertó a los demás para que me ayudaran en la búsqueda, los policías entraron a la casa y revisaron de nuevo, ya lo habían hecho antes de que yo llegara sin obtener resultados, estábamos por salir de la casa cuando vi algo en la sala de estar, la alfombra estaba levantada en una esquina, cuando la levanté vi que había una especie de puerta secreta y escuché como se cargaba un arma, me alejé dejando la puerta destapada, le pedí a un miembro del equipo S.W.A.T. que me diera su granada de gas lacrimógeno, volví a entrar a la casa y a la sala, iba a ras de piso abrí la puerta, lancé la granada y escuché el disparo de una escopeta desde adentro, cerré la puerta rápidamente y escuché un segundo disparo. El humo comenzó a salir y se escuchaba a alguien toser dentro del escondite, la puerta se abrió y los policías y yo estábamos con máscaras de gas a la espera de que saliera nuestro sospechoso, cuando vemos las manos y luego la cara de una jovencita, resulta que era la hija del comisionado, estaba muy afectada por el humo y se desmayó al salir por la puerta debajo del suelo, así que la cargué y salimos de la casa, por suerte había una ambulancia y la acosté en la camilla para que le dieran oxígeno, mis hazañas le pudieron costar la vida y las suyas pudieron costarme la mía.

Subí a la ambulancia con ella, nos fuimos al mismo hospital donde estaba su padre, la chica estaba dormida en una camilla de un cuarto mientras yo estaba sentado en un sillón con media pizza aún en la caja, de vez en cuando iba a ver si me daban alguna información del comisionado, pero los doctores no daban muchas esperanzas, así pasé toda la noche y la mañana, en un hospital, paseando de un lado a otro en los pasillos, tomando café cada par de horas. Eran las 9 de la mañana y no había dormido nada, la chica abrió los ojos y me preguntó que donde estábamos, me alegré por ella y le expliqué todo lo sucedido la noche anterior, era importante para mí pedirle disculpas y ella lo entendió, era una chica muy madura para su corta edad.

Pregunté de nuevo por el comisionado y los doctores me avisaron que la operación había sido un éxito total, le sacaron 5 balas, tenía un par de ellas en el riñón y en un pulmón, pero ya estaba fuera de peligro, estaba en coma inducido, esperando recuperarse, le pregunté a la chica por su madre y me dijo que había muerto hace poco más de tres años, no tenían familia cerca pues sus abuelos vivían en otro país, así que le dije que podía venir conmigo mientras se recuperaba su padre, no era mucho, pero era todo lo que podía ofrecerle.

Cuando le dieron de alta a la chica volvimos a su casa, ella tomó un gran bolso y lo lleno con todo lo que necesitaba, buscó una maleta y siguió llenando, al final salimos con tres maletas y dos bolsos grandes, llenos a más no poder, ya en el hotel cambié mi habitación a una habitación doble y un poco más decente, mientras ella se instalaba yo acomodaba mis cajas y mis documentos en una mesa al lado de mi cama. ella sugirió bajar a almorzar a algún restaurante cerca y así lo hicimos, luego subimos de nuevo a la habitación y mientras ella se daba un baño de tres horas yo aprovechaba para seguir leyendo los expedientes de los tres fugitivos, los tres principales sospechosos de la desaparición de la niña y del doctor, yo sería quien los encontraría, hice una promesa y los Murdock tenemos palabra.

MÁSCARAS II La BúsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora