RENACER

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—Buenos días dormilón...

— ¿Qué demonios pasó? ¿Qué hiciste esta vez Robert?

—Cuida ese lenguaje, hay niños presentes.

— ¿Papá cómo te sientes? —Dice preocupada su hija.

—Algo mareado y me duele un poco el hombro.

—Eso sí fue mi culpa — Digo levantando la mano. — debí fijarme mejor por donde caminaba mientras te traía cargado como princesa.

— ¿Traerme? ¿Dónde estamos?

—En tu nuevo hogar mientras te recuperas del todo, Mamá Tuti te cuidará bien, aquí estarás a salvo.

—¿Qué rayos hiciste?

—Rhododendro ponticum...

—¿Qué?

—...No es extremadamente venenoso, un niño de 25 kg debe ingerir alrededor de 100 gramos para envenenarse seriamente, pero es un problema para el ganado, especialmente ovejas, cabras y vacas, tú mi querido hermano no eres una vaca, sospecho que eres más bien una cabra...

— ¿Hermano? ¿entonces usted es mi tío?

—Claro que sí niña

—¡USASTE EL PARALIZANTE EN MI!

—Por supuesto, así te salvé la vida.

—¿de qué paralizante habla señor Murdock?

—La toxina se llama grayanotoxina.

Se une a canales iónicos de sodio específicos en las membranas celulares y previene la inactivación, causando la activación persistente de las células musculares y nerviosas...

—¡Eres un maldito!

—...Esto causa una variedad de síntomas según la ubicación de las células activadas, como debilidad muscular, vómitos, sudoración, salivación, convulsiones y latidos cardíacos peligrosamente lentos o peligrosamente rápidos, todo depende según la dosis.

— ¡SILENCIO LOS DOS! no les da pena que está una jovencita presente. —Dice Mama Tuti silenciándonos de inmediato.

— ¿buenas? ¿señora usted quién es?

—Hija ella es tu abuela, fuimos criados por ella cuando niños.

—Dije que silencio, jovencita ven conmigo, dejemos eso simios discutir como hombres que son.

—Diego cálmate, te lo voy a explicar todo.

— ¿Por qué no estoy en el hospital?

—No era seguro. te explico, estabas llevando el caso de la desaparición del doctor Patrick quienes lo tienen secuestrado son los tres pacientes que se escaparon del manicomio, lo sé porque con ayuda de tu hija pude reconocer al tipo que te disparó es Christopher Castillo Romero, el exmilitar y quien iba conduciendo la camioneta la noche del atentado era Samuel Harvy Lors, el segundo paciente.

—¿Y por qué usaste ese paralizante si podía escapar del hospital?

—Porque debías morir para la prensa, tu funeral será en dos días. Para entonces ya tendré a esos asesinos tras las rejas.

—Mi hija mencionó algo de un gato.

—El paciente más joven dice ver a "Alfred" un gato imaginario y ya que los gatos no dejan vivas sus presas sabía que no teníamos mucho tiempo y por eso también le dije al doctor que se fuera de la ciudad. Me preocupo por ustedes, lamento no tener tiempo para explicar todo antes.

MÁSCARAS II La BúsquedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora