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-Bulma...

Me quedé sin palabras al recordar quién había sido Vegeta en mi vida.

Años sin vernos, sin saber nada el uno del otro.

Muchos recuerdos vinieron a mi
mente.

De pronto Sachi me sacó de mis ensoñaciones, se acercó con la pelota en el hocico, esperando un nuevo lanzamiento.

Tomé la pelota en una mano y a Sachi en la otra, para finalmente irme a toda prisa.

Vegeta me siguió y tomó mi brazo tratando de detenerme.

-Bulma, espera,Necesitamos hablar -dijo.

Lo fulminé con la mirada, realmente lo quería matar, lo menos que hubiese querido era toparme con él, ni en ese lugar ni en ningún otro.

Me volteé sin decir palabra alguna con mi mirada fue suficiente.

Seguí mi camino al apartamento, él no insistió en seguirme.

Fue su mejor decisión, con el coraje que tenía en ese momento pudo haber sufrido otro
accidente. Entré furiosa al apartamento, casi sin aliento fui directamente a tomar
agua pues sí que la necesitaba.

Me sorprendió encontrarlo justo ahí en ese lugar y sobre todo el verlo recuperado.

Esa noche tuve problemas para dormir, mi cabeza no dejaba de dar vueltas al pensar en ese encuentro.

Y yo que creía que estaba preparada para volver a mi hogar, pero me di cuenta de que no era así y cuanta rabia me daba, pues ni siquiera merecía que pensara en él ni un instante.

Recordé el día en que me
rechazó y ni siquiera me quiso ver.

《♡》

Debía ir a trabajar, así que me levanté con muy pocos ánimos seguramente por la mala noche que había pasado.

Me miré al espejo y quedé
espantada, tenía unas ojeras enormes, parecía un zombi.

Recordé a mi amiga de la Universidad Milk, cuando decía que todo se arreglaba con
maquillaje. No sé si todo, pero eso si iba a tener que arreglarlo con un buen corrector.

Necesitaba estar más hermosa que nunca ya que mi padre había logrado una reunión con un futuro socio para la Compañia, así que debía mostrar mis
lindos encantos y con esa cara lo único que conseguiría sería espantarlo.

Usé todos los consejos de Milk y sí que tenía razón, pues logré tapar todas esas ojeras casi a la perfección. Tardé tanto con el maquillaje que debí
apresurarme con lo demás para poder llegar a la reunión.

Primero debía hacer una parada en la C.C y recoger los documentos que necesitaba.

Al llegar me dirigí a la oficina muy apresurada con el pendiente de la reunión, debía ser muy importante para que mi padre quisiera que lo acompañara
y que fuera en un restaurante tan refinado.

Recogí los papeles y salí rápidamente hacia el restaurante, antes de llegar al
lugar retoqué mi maquillaje y arreglé un poco mi cabello, debía de estar muy presentable.

«¿Y si es un viejo verde?», pensé, «No, no lo creo, papá mencionó que era un hombre joven».

Llegué justo a tiempo, era un restaurante muy elegante y prestigioso.

-Buenos días, señorita. ¿Su abrigo?

-Buenos días. Está bien, gracias.
Observé en todas direcciones, pero no logré ver a papá.

-La Mitad Faltante-[A.U][Vegebul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora