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El día siguiente mi madre se esmeró en hacerme sentir mejor.

Salimos a recorrer el lugar. A pesar de que no me sentía bien pude apreciar lo hermoso del lugar.

Era justamente el lugar que yo necesitaba para acomodar
todos mis sentimientos.

Mi madre me acompañó durante dos días, después de que yo insistiera en qué nesecitaba estar sola.

Me advirtio en que no hiciera alguna locura y luego se despidió diciendo que me llamaría al teléfono de la cabaña a diario.

Le dije que se fuera tranquila que ya me encontraba mucho mejor que solo quería estar ahí por unos días,después regresaría a mi vida normal.

Así que me quedé sola, eso me dio tiempo para recapacitar.

Si hubiera regresado probablemente habría tomado a Vegeta por el cuello.

No podía sacarme a esa mujer de la cabeza.

Cada vez que recordaba el momento en que se había abierto el abrigo se me encogía el corazón.

Decidí centrarme en hacer ejercicio, leer muchos libros al aire libre y caminar junto al lago; eso me ayudaba a despejar mi mente.

No iba a seguir llorando, ya había llorado lo suficiente y Vegeta no merecía nada de mí.

Le demostraría la mujer fuerte que era y no dejaría que nadie me volviera a hacer daño como él ya lo había hecho en dos ocasiones.

Estuve una semana en esa cabaña, entonces decidí que era
suficiente, la vida continuaba y debía ser fuerte.

Como decían por ahí, de amor
no se moría nadie.

Encendí mi teléfono y le marqué a mi padre, que me fuera a recoger.

Llego en poco más de una hora, estaba muy preocupado, pero al ver mi resplandor se tranquilazo.

Me abrazo muy fuerte y le pedí que no se preocuparan más por mí.

Decidimos no hablar de aquella noche, eso lo había borrado de mi mente.

Ahora me iba dedicar únicamente al trabajo.

Vegeta no iba a lograr que yo me
desenfocara de vida para echarme a llorar por él.

Le pedí a papá regresar de inmediato a mi apartamento, pues ya extrañaba a Sachi y me hacía mucha falta.

Mamá se había encargado de él, pero seguramente me extrañaba mucho. Papá quiso hablarme sobre Vegeta, pero le
pedí que por favor no volviera a mencionarlo y mucho menos a la rubia que se había aparecido aquella noche en el restaurante.

Viajamos en silencio hasta llegar a casa. Llegamos a mi apartamento y corrí
apresurada a saludar a Sachi.

Se alegró tanto al verme de regreso y yo de verlo
a él. Lo tomé en mis brazos y lo abracé con fuerza. Jugamos un rato, él no dejaba
de saltar y ladrar con alegría.
Mis padres se despidieron cuando comprobaron que yo estaba bien.

―Mañana volveré a la C.C, papá ―dije―. Retomaré el trabajo y me pondré al día con lo que dejé pendiente.
—Hija, no tienes que regresar mañana. Si necesitas más días, puedes tomártelos, yo me encargaré de todo.
—No, papá. Ya estuve muchos días fuera. Mañana mismo regresaré a trabajar, estoy lista para hacerlo.
—Está bien, hija. Te veré mañana, trata de descansar.
―Cuídate, cariño ―me dijo mamá―. Yo sé que eres fuerte y vas a salir de esta.

-La Mitad Faltante-[A.U][Vegebul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora