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El día siguiente llamé a mamá para contarle todo lo sucedido con papá y Vegeta me dijo que ella ya estaba enterada.

Papá se lo había comentado y estuvo de acuerdo.

Parecía como si Vegeta los hubiera embrujado con su encanto de príncipe azul. Más rabia me dio, todos estaban en mi contra, no podía ni soportar
la idea de verlo todos los días.

Ese día me arreglé más que de costumbre, aunque no lo admitiera deseaba que Vegeta viera la mujer que había dejado escapar.

Me dirigí a la C.C muy concentrada en mi trabajo, pues era lo único que debía de importarme, aunque la idea de encontrármelo me inquietaba un poco.

Llegué a mi oficina un poco nerviosa, al abrir la puerta encontré un enorme ramo de rosas,no queria ni imaginar quién las habia enviado.

De inmediato las agarré y las eché a la basura, no entendía cómo se atrevía a molestarme si yo no quería ni verlo y ya se lo había dejado bien claro.

Papá convocó a reunión de socios ya que quería presentar a Vegeta ante los demás. Sin nada de ganas me vi obligada a acudir, supuestamente Vegeta tenía
muy buenas ideas para salir adelante.

Más le valía que así fuera.

Una vez allí demostró que no estaba bromeando, se había tomado la situación en serio y tenía buena cabeza para los negocios y la administración.

Dejó encantados a mi padre y demás socios, pero en lo que a mí respectaba no le sería tan fácil convencerme.

Iniciaríamos atrayendo más clientes con más publicidad, esa me pareció una muy buena idea en la cual estuve de acuerdo.

Aunque no me agradaba para
nada la idea de verlo todos los días sería la única forma, debíamos trabajar en
equipo.

Nos retiramos cada uno a nuestras oficinas, pero cuando intentaba cerrar mi puerta alguien la detuvo. Era Vegeta.

-¿Te gustaron las rosas?

Hice un gesto hacia el basurero.

-Como puedes ver no te sirvió el truquito. Te recomiendo que no pierdas más tu tiempo, ni me hagas perder el mío.

-Bulma ...No me voy a rendir
...Voy a conquistarte otra vez.

Como si nada se despidió con una sonrisa y un guiño mientras cerraba la puerta.

Di un puñetazo a mi escritorio, Vegeta me ponía de muy mal humor.

Me senté y llevé mis manos a mi cabeza ,tratando de tranquilizarme y no ir tras él y
abofetearlo.

Cuando pude dominarme salí a una cita importante con un antiguo cliente de mi padre, pensando en que apenas terminara con eso regresaría al
apartamento para salir a correr y despejar mi mente.

Le pedi a mi asistenta lo que
haría y que si ocurría cualquier imprevisto me avisara con un mensaje o una
llamada.

Después de una larga conversación con mi cliente, regresé a casa muy
cansada, había sido un día difícil.

Mientras descansaba, jugué con Sachi un rato y luego salí a correr al parque.

Hice un poco de estiramiento y sonreí inhalando el aroma de los árboles y las flores. Hacía varios días que por los compromisos
del trabajo no había podido relajarme.

Me puse los auriculares rápidamente, me gustaba escuchar música mientras
corría, tomé aire y me dispuse a iniciar mi carrera cuando de repente tocaron mi espalda.

-La Mitad Faltante-[A.U][Vegebul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora