|11|

1.5K 116 6
                                    


Al día siguiente llegué a mi oficina y tal como Vegeta lo había prometido había una rosa esperándome. La recogí sin poder evitar llevármela a la nariz e inundarme con su aroma. La coloqué con mucho cuidado en un pequeño florero . Después tomé asiento y me pregunté, muy confundida,cuánto tiempo más resistiría a su encanto y, sobre todo, a su amor.

―Señorita Bulma, disculpe que la moleste ―dijo mi secretaria, asomándose a la puerta―. El señor Vegeta me pidió que le entregara esto.

Traía en sus manos una caja repleta de bombones de varios sabores junto a
una nota.

—Gracias.

La colocó en mis manos y se retiró. Rasgué el sobre muy emocionada,
quería saber lo que decía.

Como puedes ver, no dejo de pensar en ti ni un segundo.

Desearía tenerte cerca todo el tiempo y aunque aún no me lo permites, sé que pronto estaremos juntos como antes…
Te amo, peliazul.    

                                        

VegetaOuji.


Tomé la tarjeta y la estreché contra mi pecho, suspiré como una adolescente
enamorada, aunque lo siguiera negando era así.

Me volvían a conquistar esos ojos negros, su forma de ser y cada uno de sus detalles.

Realmente me estaba enloqueciendo, ya hasta sonreía sola… Miré el reloj
¡Oh, Dios! Ya se me había hecho tarde.

Tenía que entregar algunos papeles por la tarde, pero si seguía así de distraída no lo haría nunca. Traté de
concentrarme casi sin poder lograrlo cuando al fin lo terminé. Mi secretaria tocó la puerta.

—Señorita Bulma, ¿puedo pasar?

—Sí, claro, pasa. ¿Qué se te ofrece?

—Su padre ha convocado una junta en media hora, me dijo que le avisara.

—¿Y sabes de qué se trata?

—No, señorita. Solo sé que ha convocado al señor Vegeta también.

—Gracias, puedes retirarte.

Me quedé pensativa. ¿Qué querría papá ahora? Era inusual que nos
convocara a los dos, algo se traía entre manos.

Fui a la reunión justo a tiempo, me sentía un poco preocupada temiendo que fueran malas noticias, a pesar de que sabía que todo marchaba muy bien.

Toqué a la puerta, Vegeta ya se encontraba ahí.

—Pasa, hija. Te estábamos esperando.

—Hola, papá. ¿Cómo estás?

—Bien, hija. Gracias.

Miré a Vegeta.

—Hola,... Vegeta. ¿Qué tal?
Puso cara de sorpresa, he intento disimularlo.

—Hola, Bulma...Bien, ¿y tú?

—Bien, gracias. Me encantaron los bombones… y la rosa. Gracias por tan
lindo detalle.

Sus ojos brillaron, mientras sus mejillas se sonrojaban. Mi padre
nos interrumpió.

—Qué bueno. Veo que ya se empiezan a llevar mejor, no se imaginan
cuánto me alegra verlos así.

—Sí, papá, es lo mejor para la C.C.

—Está bien. Tomen asiento ―nos dijo mientras nos miraba fijamente—.
Les tengo una misión muy importante a los dos, espero no me vallan a fallar.

-La Mitad Faltante-[A.U][Vegebul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora