1. EL PRIMER ROCE

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Adrián Miller, es demasiado guapo, mide al rededor del metro setenta. Es un hombre de tez morena pero no demasiado. Su rostro es prácticamente perfecto, suele llevar barba de 3 o 4 días - le hace muy sexy- sus ojos color café me hipnotizan, su pelo ni muy corto ni muy largo color castaño sin peinar, le da un toque rebelde. Tiene un cuerpo normal, se mantiene en forma - o eso parece- siempre lleva ropa más bien holgada.

-Sam quiero que te quedes un momento por favor- me dice el Sr. Miller justo antes de que salga por la puerta. Cuando la clase queda vacía empieza a hablar- ¿Qué te parecen mis clases?- pregunta con su voz grave.

-¿A dónde quiere llegar con esto?- pregunto, no entiendo ¿qué clase de pregunta es esa?

-Voy a ir directo al grano, solo quiero entender porque en mi clase siempre pareces enfadada y en los pasillos tan... sonriente.- dice tranquilo.

¿Cómo sabe que sonrío en los pasillos? ¿Se fijara en mí normalmente? ¿Pero qué digo como se va a fijar en mí? Estoy loca, ya me gustaría mí que me observara. Pero a él ¿Qué le importa? No lo comprendo, ¿porque le interesa saber porque estoy de mal humor en su clase y en los pasillos no? No debería preocuparse, un profesor normal no lo haría.

-¿Le importa?- pregunto con un tono de indiferencia.

-Sí, me parece que si te lo pregunto es porque me importa- dice muy serio.

-Pues no le voy a contestar, mi estado de ánimo ya sea en su clase, en los pasillos o en el comedor no debería importarle. Si cree que estoy cabreada saque sus propias conclusiones pero no me pregunte a mí- me acerco a la puerta para irme, cuando voy a salir él pone su mano en la puerta para impedírmelo.

-¿Lo ves? Siempre cabreada...- susurra en mi oído, noto su cercanía, si no fuera por la mochila que llevo colgada del hombro tendría su cuerpo pegado a mi espada- ¿por qué?

-Es por usted- confieso tras algunos segundos en silencio.

-¿Qué hago para que te pongas así?

-Ser usted, eso hace- digo girándome para enfrentarlo.

-Quieres decir que preferirías a otro profesor-afirma con cierto tono ¿triste?

-No he dicho eso- digo mirándolo directo a los ojos, está tan cerca...

-Entonces, ¿Qué has dicho?- dice intrigado.

-He dicho que usted por alguna razón cuando da clase me cabrea- explico.

-Y fuera de clase, ¿Qué opinas de mí?

-Es amable- me limito a decir.

-¿Solo eso?- susurra acercándose mucho.

-Sí- digo nerviosa por la cercanía

-¿Por qué estás nerviosa?
-¿Por qué estás tan cerca?- después de esas palabras su cara muestra confusión y rápidamente se aleja.

-Perdón, puedes salir- dice muy confuso, sin pensarlo, salgo de clase.

Mi insoportable profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora