II

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Kookie

¡Hyung!

Lo lamento mucho, no sabía que mi novia había regresado. Lo siento por echar a perder la reunión, cuando quise presentarte a Young, ni tu ni tus amigos estaban por ningún lado.

No era mi intención, pero pensé que ya no la volvería a ver. 

Se quedará por un tiempo, así que podrán conocerse.

Que descanses, Hyung.

Cuando despierto a la mañana siguiente me doy con la sorpresa que Jungkook me envió aquel mensaje, no tuve el valor suficiente para responderle, así que lo marqué como no leído. Me levanté de la cama y revisé la hora. Es sábado, así que me toca ir a la academia de baile con Taemin, que siempre es puntual en venir a recogerme al mediodía.

Las persianas de la ventana dejan pasar la luz del sol que alumbra la mitad de mi pieza, y me doy con la sorpresa que el verano seré peor que las veces pasadas. No es que odie la estación, pero ponerme bloqueador cada tres horas es muy cansino, sobre todo porque mi piel es realmente delicada, y necesito hidratarla cada media hora.

Aun los mensajes de texto siguen rondando en mi cabeza, pero los mando hacia atrás, bloqueándolos. Me estiro sintiendo algunos huesos crujir y suelto un bostezo. Ayer llegué en la madrugada luego de haberme quedado en la casa de Taehyung, mientras comíamos chucherías y helado; Yoongi me dejó en casa para no levantar sospechas y le dije a mamá que Jungkook me invitó a la suya. Ella ama al pelinegro, siempre se han llevado bien, mejor que con mi tía Yurisa. Mamá siempre ha admirado los logros de Jungkook como si fuera su propio hijo, pero nunca me he sentido aislado por ello, pues la mamá de mi mejor amigo se comporta igual conmigo.

—Cariño, tienes media hora para alistarte. —escucho a mi madre hablar detrás de la puerta. —Taemin acaba de llamar, vendrá por ti temprano porque va a haber una reunión con tus demás compañeros de la academia.

Suelto un bufido y me tiro sobre el colchón, hundiendo mi rostro en las sábanas azules con dibujos de animales.

— ¿Jimin? ¿Me oíste?

—Sí, gracias por avisar, mamá.

Ella abre la puerta, adentrándose en mi desordenada habitación. No la arreglaba desde hace dos días, cuando recibí el mensaje de Jungkook en la madrugada, diciéndome que volvía a Corea. Estuve tan feliz que solo tiraba cada cosa que encontraba al aire, para luego verla caer al suelo y rodar por el tapiz del suelo.

—Dejaron el correo anoche.

Me giro hacia un lado, mirando a mi madre dejar una pequeña caja en mi escritorio. Tiene un mandil de flores puesto y está manchado de comida.

— ¿Correo? —digo y agrego. — ¿Quién lo envía?

—No dice quién es el remitente, —dice escaneando los detalles del empaque. —pero debe ser uno de tus admiradores.

— ¡Mamá!

Le lanzo una almohada, la cual cae a sus pies. Ella ríe, y me la lanza devuelta.

—Báñate y luego me dices que es. —da una palmada en mi trasero, haciéndome soltar un quejido entre las sábanas arrugadas. —Jungkook llamó en la mañana, le dije que dormías.

Me levanté rápido, y mi madre sonrío.

—Me contó que la pasó realmente bien ayer. —me da la espalda, retomando el camino hacia la salida. —También dijo que lo llamaras cuando leyeras el mensaje que te dejó, oh... mencionó algo de la noche que pasaron en su casa, parecía confundido cuando le agradecí por el hospedaje.

Diarium Magicae × KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora