Él recorrió con la mirada el salón. Observaba como todos reían por lo bajo, menos aquellas dos chicas de la punta.
- Puedes tomar asiento, Maximiliano – le dijo el director.
- Gracias – dijo él y sin pensarlo se dirigió en donde no había risas. Se sentó justo detrás de ellas. Natalia tuvo la intensión de girar y mirarlo, pero decidió no hacerlo.
La clase continuó. La señora Dorreman hablaba y hablaba y Natalia no lograba prestarle mucha atención, quería girar y mirar a aquel muchacho.
- Oye, ¿Qué te sucede? – le preguntó Ashley. Natalia reaccionó.
- ¿A quién? ¿A mí? – dijo algo confusa.
- No, al árbol de afuera. ¡Claro que a ti, mensa! – le dijo. Natalia rió por lo bajo.
- Lo siento, no estaba prestando atención – dijo ella.
- Si, de eso ya me he dado cuenta. Pero ¿Por qué?
- No lo sé, tengo la cabeza en otro lado – contestó simplemente.
Después de 30 minutos de estar allí dentro, al fin sonó la campana del recreo. Todos suspiraron aliviados y se pusieron de pie. Menos ellas dos, como siempre. Preferían quedarse dentro del salón, solo salían a fumar. El chico nuevo, tampoco salió. Ashley decidió hablarle.
- Hola, ¿Qué tal? Soy Ashley – le dijo y tendió su mano.
- Maxi – dijo él y la tomó.
- ¿De dónde eres? – le preguntó la rubia.
- Mis padres trabajan mucho y no tenemos un lugar fijo, así que he venido desde Chicago – le dijo él.
- Wou, no debe ser nada fácil no quedarse en un lugar fijo – dijo ella. Él asintió. Ashley miró a Natalia. La morena aun no había dicho nada, ni siquiera su nombre – Ella es, Natalia – se la presentó. Maxi la miró y ella también lo hizo.
- ¿Qué tal? – le dijo él.
- Bien – contestó ella quedamente. Ashley la miró extrañada.
- Y dinos, Maxi ¿Eres una especie de súper inteligente o algo así? – le preguntó la rubia. Él rió por lo bajo, provocando que Natalia temblara levemente.
- Bueno, digamos que durante mi vida he estudiado mucho y me gusta hacerlo. Soy inteligente.
- Pues no te sientas mal, porque nosotras también lo somos – dijo ella y ambos rieron. La morena aun no decía nada. Ash se giro a verla – Discúlpame – le dijo a Maxi – ¿Puedes decirme que demonios te sucede? – le preguntó a su amiga.
- Ya te lo dije, tengo la cabeza en otro lado – le dijo ella – Me iré a fumar, lo necesito – se puso de pie y salió de allí. Ashley vio como se iba y se giro a ver a Maxi.
- No se que le sucede. Usualmente ella no es así – le dijo.
- Tal vez este mal por algo – dijo él.
- Si, Naty es una chica que se preocupa mucho por los demás y casi nada por ella. Tiene varios problemas – dijo sin dejar de mirar hacia la puerta.
- ¿Por qué no vas a buscarla? – le preguntó.
- Si, es lo que estaba pensando hacer – dijo y se puso de pie. Caminó hasta la puerta y giro para verlo – Eres muy buena onda, para ser un Nerd amigo. Bienvenido
- Igualmente – le dijo él y ella salió.
Comenzó a buscarla y en que otro lado la iba a encontrar si no era ese. Se subió al auto y tomó un cigarrillo.
- ¿Podrías decirme que es lo que te preocupa ahora? – le preguntó. La morena se giro a verla.
- Nada – le dijo ella sin dejar de fumar.
- Vamos Naty, te conozco. Tú no estás así por nada – le dijo. Ella la miro – ¿Qué pasa?
- Es…..es por lo que me dijo hoy el imbécil de Herver – dijo mintiendo. Ashley revoleó los ojos,
- ¿Es eso? No puedo creerlo. Ya te dije que es un pobre infeliz, no le hagas caso Naty. Él no sabe nada.
- Lo sé, pero dolió ¿sabes?
- Se que duele, amiga. No debe ser fácil. Pero sabes porque tu madre lo hace y yo si fuera tú, estaría muy orgullosa de ella.
- Y lo estoy. Estoy muy orgullosa de tener una madre como ella – le dijo. Ash sonrió.
- Bueno, ahora vamos que si no el señor Perry nos asesinará – dijo divertida.
Ambas se bajaron del coche.
- Ash, ¿A ti te gusta el nuevo? – le preguntó.
- ¿Qué? – Dijo sin poder creerlo y rió – Claro que no, pero parece un buen chico y no es nada lindo no tener con quien hablar el primer día que llegas. Así que no seas grosera y cuando estemos ahí le hablas.
Naty rió divertida y volvieron al salón. Aun el recreo no había terminado. Él seguía ahí sentado, escribiendo algo. Ambas se sentaron en sus lugares.
- ¿Estás bien? – le preguntó él a Natalia. Ella lo miró.
- Si, si. Gracias – dijo y miró a su amiga. Ashley levanto una ceja y la miro fijo. Natalia negó efusivamente con la cabeza.
- ¿Dónde vives, Maxi? – le preguntó la rubia.
- Vivo en la calle 46 al 1458 – dijo él. Ashley miró sorprendida a Natalia.
- Eres vecino de Naty – dijo sin poder creerlo. Ambos se miraron entre sí.