- ¿Vives en la casa blanca, grande? – le preguntó la morena.
- Si, en esa – dijo él.
- Oh, la casa de Naty esta justo al frente – dijo la rubia.
- Que casualidad – dijo él y volvió a escribir.
La hora del recreo terminó. Todos volvieron a la clase, y todos cuchicheaban sin dejar de mirar al nuevo. Natalia vio esto....
- No les hagas caso, son así de idiotas siempre – le dijo ella. Maxi la miró y rió por lo bajo.
- Tranquila, estoy acostumbrado a que sientan celos de mí – dijo irónicamente.
Ambos rieron por lo bajo, y todos se giraron a verlos. El resto del día pasó normal, como siempre. Aburrido y muy, muy agotador. La hora de volver a casa había llegado.
- Al fin casa – dijo Ashley, mientras ella, Natalia y el nuevo iban caminando hacia la salida.
- Si, por dios. Dos minutos más con la idiota de Taylor y me volvía loca – dijo la morena. Maxi rió por lo bajo.
Al fin salieron a la calle, todos se dirigían a sus casas o algún otro lugar.
- Bueno, yo me voy para casa – dijo la rubia saludó a su mejor amiga – Te llamo hoy en la noche – le dijo.
- Claro – dijo la morena.
- Adiós, Maxi. Nos vemos mañana – lo saludó.
- Adiós, Ashley. Un placer – le dijo él. La rubia se fue dejándolos solos. Alba miró al castaño y este también lo hizo – Bueno, creo que yo también me voy – dijo él.
- Si, yo también – dijo ella nerviosa – ¿Te vas caminando? – le preguntó.
- Si, no se manejar – dijo él. Ella lo miró sin poder creerlo.
- Es una broma, ¿verdad? – le dijo. Maxi rió por lo bajo y negó con la cabeza – No puedo creerlo, por dios – dijo ella divertida.
- Lo sé, lo sé. Soy un desastre – dijo él divertido.
- Si quieres te llevo, total vives al frente de casa – le dijo. Él la miró.
- No, no hace falta. No quiero molestarte – le dijo.
- Pero si no es molestia, tonto – dijo sin dejar de sonreír. Él también lo hizo.
- Está bien – dijo. Ambos caminaron hasta él auto de Natalia.
- No es ‘el auto’, pero me es de gran ayuda – le dijo ella mientras ambos se subían.
- Pues déjame decirte que es genial, yo ni siquiera tengo uno – dijo él. Naty puso las llaves y comenzó a manejar – ¿Cómo es tu nombre completo? – le preguntó.
- Natalia Melanie Cortés, pero obviemos el segundo nombre – le contestó. Él rió – ¿Y el tuyo?
- Maxi Bieber – dijo. Ella lo miro y le hizo un gesto para que le dijera la verdad. Maxi rió divertido – Está bien, está bien. Maximiliano James Ponte
- ¿Tienes hermanos o algo? – le preguntó ella.
- Si, un hermano más chico. Dylan. ¿Tú?
- Si, y por desgracia. – le dijo y él rió. De verdad ella era graciosa – Es mi hermano mayor, su nombre es Ron.
- ¿No te llevas bien con él?
- No, no es eso. Si no que es por su forma de ser. Ron es un futuro vagabundo, no trabaja, no estudia, no quiere hacer nada y eso me pone de los pelos.
- Y ¿Cuánto te apuesto que le gusta el alcohol y las películas porno? – le dijo. Ella lo miró.
- Estás en lo correcto – dijo divertida.
- ¿Y tus padres? – le preguntó él. Enseguida que él dijo eso, ella se puso sería. Él la miro bien y se dio cuenta de ello – Lo siento ¿dije algo malo?
- No, nada. Solo que no me gusta hablar de ellos – dijo ella.
- ¿Tienes novio? – preguntó sin darse cuenta, para cambiar de tema. Ella giro la cabeza para verlo. Su pregunta la sorprendió.
- No, no tengo novio – dijo y sonrió levemente – Pero si tengo novia – Maxi la miro extrañado. Ella rió – Es broma – dijo divertida – Solo que en el colegio, piensan que Ashley y yo somos, ya sabes, pareja.
- ¡Oh, dios! – dijo divertido y sin dejar de reír.
- Y lo peor de todo es que no lo hemos desmentido – dijo sin dejar de reír.
- ¿Por qué?
- Ashley dice que eso nos hace mejores que los demás.
- Juro que le veía cara de loca, pero no pensé que lo era – dijo entre unas risas.
- Lo se, pero es una buena amiga.
- Ya lo imagino – dijo. Pronto estuvieron estacionados en la puerta de la casa de la morena. Se miraron, provocando entre ellos, un molesto silencio.
- Ya……..ya llegamos – dijo ella.
- Si, y gracias por traerme – le dijo él. Se bajaron al mismo tiempo.
- Adiós, Maxi – lo saludó.
- Adiós, Natalia.
- Dime Naty – dijo ella. Él sonrió.
- Naty.
Narra Maxi:
Maxi cruzó la calle y vio como ella entraba a su casa. Suspiró levemente y entró a la suya. Dejó las cosas sobre el sillón y entró a la cocina. No había nadie allí.
- ¡Mamá, llegue! – dijo fuerte para que esta lo escuchara.
Nadie contestó a su llamado. Se quito los anteojos de lectura y se sirvió un gran vaso de agua. Sonrió levemente al recordar la risa de su vecina y compañera de colegio. Ella era tan distinta a las demás. Era linda, muy linda. Pero al mismo tiempo algo rara. Eso era lo que más llamaba su atención.