Capitulo 7.

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Él la miró bien. Vio sus ojos, estaban rojos. Había estado llorando.

- ¿Naty? – le dijo él y se acercó a ella.

- Hola, Maxi – dijo nerviosa y giro para terminar de secar sus lágrimas. Maxi dio vuelta y se puso frente a ella.

- ¿Qué sucede? – le preguntó.

- No, nada – dijo y sonrió débilmente – Solo es que me entró una basurita en el ojo....

- ¿En los dos?

- Mmmm, si, si. Lo que pasa es que hay tanta basura fuera que…….a los ojos te entra cualquier porquería – dijo. Maxi miró las cosas que tenía dentro del carro.

- Creo que no le has prestado atención a las cosas que metes ¿no? – le dijo. Ella bajó la mirada a sus cosas. ¡Oh, maldita sea! ¿Qué era lo que estaba haciendo? ¿Galletitas de gluten? ¡Que asco! Suspiro levemente y lo miró. Ahora que lo veía bien, había algo distinto en él. ¿Qué era? ¡Oh, si! Ya no traía puestos los anteojos de lectura.

- No se en lo que estaba pensando – dijo y quitó las galletitas horribles que había puesto y unas cuantas cosas más.

- Pero, ¿Estás bien? – le preguntó preocupado.

Ella lo miró de manera tierna y luego sonrió levemente.

- Si, estoy bien. Gracias – le dijo dulce. Comenzaron a caminar juntos por el supermercado. Natalia lo miró de costado y ahora que no tenía puesto un suéter notaba algo más en él. Tenía músculos en los brazos, ¡y que músculos! – ¿Te gusta el lugar? – le preguntó. Él la miró.

- Si, es un lugar lindo y mucho más tranquilo que Chicago – le dijo.

- ¿Tienes algún hobby o algo por el estilo? – dijo ella.

- Me gusta leer.

- A mi también me gusta leer.

- Pero lo que más amo hacer es ir a correr – dijo. Ella se giro a verlo. Ahora sabía lo de sus músculos. Era un deportista nato.

- ¿Haces deportes? – dijo.

- Intente hacer básquet profesionalmente, pero como nunca nos quedamos en un mismo lugar no lo he hecho. Así que yo mismo hago mi rutina de entrenamiento. Todas las mañana salgo a correr, antes del instituto.

- Eso seria que te levantas a las ¿5 de la mañana? – le dijo sin poder creerlo.

- Si, soy muy madrugador.

- O eres un lunático – dijo. Él rió.

- Pero me hace sentir bien, te sientes mejor. Es extraño.

- Tú eres extraño – dijo divertida.

- ¿Y tú no tienes nada que te guste? – le preguntó él.

- Me gusta mucho, mucho las cosas dulces – dijo con todo el amor del mundo. Él rió divertido. Llegaron a la caja. Se colocaron en cajas diferentes, una al lado de la otra, y decidieron hacer un juego, el que pagaba primero ganaba y le pagaba al otro el almuerzo por una semana – Te ganare extraño – le dijo ella divertida.

- Ya lo veremos golosa – dijo él.

El turno de Natalia ya había empezado, mientras que Maxi aun no avanzaba. Ella rió por lo bajo al ver como el castaño estaba estancado por culpa de una anciana. Al fin Maxi comenzó a pasar sus cosas, pero para su mala suerte Naty ya estaba por casi el final de su compra.

- Son 150 dólares – le dijo la chica de la caja.

- Aquí tiene – dijo ella y le entrego el dinero.

- Muchas gracias por su compra.

 Natalia salió primero de allí con las bolsas en el carro. Luego de dos minutos salió Maxi. Ella lo miró y comenzó a reír.

- ¡Te gane! – dijo sin dejar de reír.

- Hiciste trampa – le dijo él.

- ¡Ay aja! ¡Además de extraño, eres mentiroso! – dijo divertida.

- Tú eres una tramposa, porque no tenías a una anciana al frente.

- Cállate mal perdedor, acepta tu derrota.

- No estoy acostumbrado a hacerlo, porque casi nunca pierdo. Pero está bien, acepto mi derrota.

- Así me gusta – dijo ella.

Comenzaron a caminar hacía la salida. Maxi tomó las bolsas y ella lo miró.

- ¿Iras caminando? – le preguntó.

- ¿Acaso ves mi auto por ahí? – dijo. Ella rió por lo bajo.

- Vamos que yo te llevo – dijo ella.

- No, ya parezco un pelele. No hace falta. Además me gusta caminar.

- No seas más extraño de lo que eres aun, por favor pon las bolsas atrás y sube al auto ¿Quieres hacerme el favor?

- Si, mamá – dijo bajando la cabeza. Naty rió y él lo hizo luego. Subieron al auto – ¿Podemos poner un poco de música? – le preguntó él.

- Claro – dijo ella y prendió el mismo. Una linda canción comenzó a sonar.

- Otra cosa que me gusta es la música – dijo Maxi.

- ¿Tienes novia? – le preguntó y sin saber porque.

El primer amor siempre duele- Naxi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora