- ¿Tienes novia? – le preguntó y sin saber porque. Maxi la miró y sonrió levemente.
- Mis asuntos con las mujeres no son los mejores.
- ¿Por qué?
- Según mi mamá soy ‘tímido’. Pero yo no lo considero así. Sino que no se como comportarme con ellas.
- Eres tímido – dijo asintiendo. Maxi rió – ¿Has tenido alguna novia?...
- Si, una. Hace 2 años – le dijo. Naty sintió una pequeña punzada en el estomago. Lo miró.
- ¿Y? ¿Qué pasó?
- No funciono. Ella era demasiado intensa para mí – le dijo.
- ¿Cómo era su nombre?
- Tiffany.
- Y también con ese nombre, es como para no ser intensa – dijo. Él volvió a reír. Pronto estuvieron en la casa de Natalia. Se bajaron – ¿Quieres pasar a tomar algo?
Maxi miró hacia su casa y luego miró a Naty. No pasaba nada si aun no llegaba a su casa, además tenía ganas de pasar un poco más de tiempo con ella. Conocerla.
- Porque no, golosa – le dijo.
Ella sonrió y con ayuda de él entraron las bolsas de las compras de ella.
- Gracias a dios no esta Ron – dijo y entraron a la cocina.
- ¿Por qué lo odias tanto? – preguntó divertido.
- Hoy discutí con él – dijo sin pensarlo. Él la miró.
- ¿Por eso estabas llorando?
- Mmmmm, no…
- Vamos, Naty no soy un extraño idiota – le dijo. Ella sonrió.
- Bueno, si. Era por eso.
- ¿Quieres contarme?
- No, no. Creo que si te cuento mis problemas te vas a espantar un poco.
- Todo el mundo tiene problemas, Naty – dijo.
Ella lo miró porque la llamó así y sonrió levemente.
- Discutimos por lo mismo de siempre – le dijo y le alcanzó un vaso con jugo – No quiere trabajar y mamá necesita ayuda con eso.
- ¿Qué sabe hacer tu hermano?
- Nada – dijo y ambos rieron.
- No, de verdad. ¿Qué sabe hacer?
- Pues, creo que le gusta arreglar computadoras y todas esas cosas – Maxi se puso a pensar.
Naty solo lo miraba. De verdad era extraño. Pero era un extraño……lindo.
- Puedo hablar con mi padre, para que le de trabajo – ella lo miró sin poder creerlo.
- ¿Estás hablando enserio?
- Claro, ¿Me ves la cara de no hablar enserio?
- No, no es eso. Sino que ¡Nunca nadie ha querido darle trabajo a Ron! – dijo y rió.
- Pues no te garantizo nada. Hablare con él y veremos – Naty caminó hasta él y buscó algo dentro de un cajón. Era chocolate. Maxi la miró divertido.
- ¿Quieres chocolate extraño?
- ¿Tiene maní?
- Si, es mi favorito.
- Amo el chocolate con maní – le dijo sin dejar de mirarla a los ojos.
- Igual yo – le dijo ella.
No podían dejar de mirarse. Algo se había despertado dentro de ambos. Algo que nunca, nunca iban a poder olvidar en sus vidas. En las próximas semanas cosas buenas y malas iban a pasar entre ellos. Cosas que los iban a marcar para siempre. Tal vez terminara bien, tal vez terminara mal. Pero estaban seguros de que esto era el comienzo de algo nuevo