Capitulo 10.

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Ashley hablaba y hablaba, pero ninguno de los dos le estaba prestando atención. Natalia concentrada colocaba la tintura en la cabellera de su amiga. Ash había decidido cambiar de look. Dejar a un lado el rubio, para pasar al chocolate. Mientras que Maxi no dejaba de mirar a la morena. Ella podía sentir su fija mirada sobre ella. Levantó la cabeza para enfrentar sus ojos. Maxi sonrió levemente, y se quitó los anteojos para tomar una galletita de limón. Le hizo un gesto y ella sonrió por lo bajo.

- Nat, ¿Me estas escuchando? – le preguntó Ashley.

- ¡Eh! – dijo reaccionando – Si, si

- Mentida, no me estabas escuchando – le reprochó la futura no rubia.

- Lo siento, estoy concentrada en tu cabello – se disculpo ella.

- Bueno, no impodta – dijo ella y siguió hablando.

 Maxi miró de nuevo a la morena y a su mente vino su boca. Él había mirado muy detenidamente esa parte de ella, y el impulso que sintió por besarla lo perturbo. Se puso de pie y tomo su bolso.

- Bueno chicas, yo ya me voy – dijo. Ambas se giraron a verlo.

- ¿Pod que? – le preguntó Ashley.

- Tengo tarea que hacer y todas esas cosas – le dijo divertido.

- Esta bien – le dijo la ya no rubia – Naty, ¿Puedes acompañad a Maxi hasta la puedta?

- Si, claro – dijo la morena. Maxi se despidió de su resfriada amiga y ambos salieron de la cocina. Naty abrió la puerta y le dio el paso. El se giro a verla.

- Quiero hacerme un tatuaje – le dijo. Ella lo miró bien.

- ¿Qué? – preguntó sin poder creerlo.

- Si, que quiero un tatuaje en mi espalda – dijo él. Natalia rió divertida.

- Creo que a tu madre no le va a agradar la idea – dijo ella.

- Ella no se enterara – dijo. 

 Natalia arqueo una ceja ¿Qué estaba pasando con el calmado y respetuoso Maximiliano? Lo miró bien.

- ¿Quieres ser rebelde? – le dijo. Maxi rió por lo bajo.

- No, solo quiero cambiar un poco – dijo y miró a su alrededor – Esta noche iré a verte a tu casa.

- ¿Qué?

- Si, tenemos que hablar sobre el trabajo para Ron y quiero hablar contigo sobre otra cosa.

La morena sintió un pequeño cosquilleo dentro de su estomago.

- Está bien, te espero – le dijo ella. 

 Maxi se acercó y besó dulcemente su mejilla, provocando escalofríos por todo su cuerpo. Se fue dejándola totalmente desconcertada ¿De que le querrá hablar, además de lo de Ron? Eso la estaba intrigando.

Volvió a su casa después de pasar toda la tarde con su amiga. Después de cambiarle totalmente el look y dejarla como la nueva Ashley. Entró y detuvo su paso ante el reconocido aroma. Comida. Pero no cualquier comida. Comida de mamá. Dejando así nomás las cosas en la sala, entró apresurada a la cocina. Connie se dio vuelta a verla.Naty se acercó rápidamente a ella y la abrazó. Hacia aproximadamente una semana que no la veía.

- Hola mi cielo, mi vida ¿Cómo estás? – le preguntó amorosamente, mientras la abrazaba contra su pecho y besaba su cabeza.

- Bien mami, ¿Y tú? – dijo sin soltarla.

- Aquí como ves, excelente – le dijo y la soltó. Natalia se alejó y se acercó a la hoya en donde su mamá, hacia la cena. Sonrió al ver como preparaba su comida favorita, y su corazón se lleno de amargura al pensar en las noches que no la tenía en casa.

- Mamá, le conseguí trabajo a Ronald.

Connie dejó de cocinar para girar a verla. Sus ojos estaban bien abiertos y parecía que estaba más sorprendida de lo que esperaba.- Juro que me hubiese impactado menos que me dijeras que estabas embarazada o algo así, mi vida. ¿Cómo que le conseguiste trabajo a tu hermano? – le preguntó.

 Natalia sonrió levemente y se sentó a la mesa. Acomodó su garganta y miró a su madre.

- En realidad no fui yo, fue un amigo.

- ¿Un amigo?

- Si. Su nombre es Maxi y es nuestro nuevo vecino. También va a mi colegio y a mi mismo curso. ¿No te había contado de él, la semana pasada?

- No que yo recuerde.

- Bueno. Entablamos una linda amistad con él, Ash y yo. Y hoy me dijo que le consiguió un empleo al vagabundo.

Ambas escucharon el sonido de las llaves. Ese de seguro era él, y ambas deseaban con todo su ser no que no viniera con Marilyn. Esta noche querían dormir bien.

- ¡Hola Familia! – saludó alegre y entró a la cocina. Se acercó a su madre – Hola Connie – la saludó y besó su mejilla.

Siempre la había llamado por su nombre. Desde chico. Y ella nunca supo porque. Lo hablaron, varias veces. No hay ningún problema entre ellos, pero él prefiere decirle así.

- Hola, hijo ¿Cómo estas? – le preguntó.

- Cansado – le contestó.

- ¿De que? – le preguntó Natalia mirándolo bien.

- ¡Ay! hola enana de jardín, no te había visto – le dijo y besó su cabeza.

- ¡Aléjate apestoso! – dijo ella quitando su cabeza.

- ¿Lo ves Connie? Ella es la que no quiere mi amor.

- Ya, ya – dijo ella divertida – Tu hermana tiene una noticia para darte.

Ron dirigió la mirada a su hermana. Natalia se puso de pie y le sonrió orgullosamente. Él la miró extrañado.

- Te conseguí un trabajo, apestoso – le dijo.

- ¿Qué? – dijo sin poder creerlo.

- ¡Si, ahora no estarás cansado por nada! – dijo alegre y aplaudió unas veces.

- ¿Trabajo de que o que? – preguntó preocupado.

- Tranquilo apestoso, aun no se bien de que. Pero de que ya no serás un vagabundo de profesión, si estoy segura.

Los tres se sentaron a la mesa y compartieron una divertida cena. Ambas reían por lo preocupado que estaba Ronald por comenzar a trabajar de algo. Y Ronald reía, de que ellas reían. Hacia mucho que no la pasaban tan bien los tres juntos.

Terminaron la cena y limpiaron todo. Los tres estaban cansados. Aunque Naty todavía se preguntaba ¿de que demonios podía estar cansado Ron? ¿De tener sexo con su novia?

Se despidió con un tierno abrazo de su madre y se dirigió a su habitación. Se coloco el pijama y cepillo sus dientes, antes de meterse en su cama.

A su cabeza vino Maxi, ¿Qué raro que no haya venido como le dijo? Tal vez tuvo algún problema y se le olvidó. Se acomodó en su cama y cerró los ojos. Un ruido hizo que abriera los ojos de golpe y se sentara en la cama. Alguien tocaba la puerta de su balcón.

Se puso de pie y tomó lo primero que encontró en su camino. Un paraguas. Lentamente se acercó a la puerta y comenzó a abrirla. Cuando lo hizo golpeó con fuerza a la persona que estaba allí. Este cayó al suelo. Rápidamente prendió la luz para encontrase con él.

El primer amor siempre duele- Naxi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora