Ay mi Deivid. Tantas cosas por contar que no se por donde empezar.
De sus múltiples aventuras como tener cáncer anal, torturar a un chico en el infierno o ser secuestrado, voy a contaros la vez que perdió la virginidad.
A sus 28 años, okno. A sus 18 años con el ojete medio abierto y con unas ganas de dejarlo como el boquete de su pared, Deivid iba desesperado por la vida, pero tampoco al nivel de violar al primero que se le cruzara.
Un día casual de calentón se descargó tinder, tras crear su perfil [Deivid, 18 años, crío bisontes en mi tiempo libre y me gusta el pan] no tardó en conseguir un match. Dos horas hablando más tarde, llegó a la conclusión de que quería quedar con él.
Dos, quizás tres días después quedaron para conocerse, quizás ese chico no era el visto en el perfil, pero Deivid tampoco se quejó al descubrir que era un señor de 41 años, musculoso y con unas ligeramente notables canas, tal vez le ponía más que el chico de las fotos.
Hasta aquí todo bien, o algo así, lo raro ocurre cuando pasan a la acción.
Ya semidesnudos y a punto de pasar a mayores, Deivid pasó a bajarle los pantalones, entonces se quedó perplejo, no entendía si escondía algo más o era eso lo único que tenía. Soltó una risilla, pero la detuvo ppara no ofender al señor. Entonces por intentar algo decidió dejarse dar. Según la ciencia, Deivid perdió la virginidad aunque él no sintiera ni el tacto de un pelo, que quizás hasta esos eran más largos que su miembro.
Ya entonces Deiv empezó a reirse a carcajadas sin poder detenerse, el hombre avergonzado decidió irse sin previo aviso para no sufrir tal humillación. Puede ser que Deiv se hubiera quedado al rededor de hora y media riendose desnudo en la habitación de un hotel, de la que obviamente no se iba a ir hasta el próximo día porque tenía Netflix y desayuno gratis.
Quizás esta fuera una de las menos turbias de sus aventuras, pero no dejaba de hacerle gracia al recordarla.