Capítulo Setenta y Uno: Tengo una hija

1.1K 64 21
                                    

Capítulo Setenta y Uno: Tengo una hija.

Muy bien, quiero correr y alejarme de él y toda está situación, pero me vería patética haciéndolo; de eso estoy segura. Zayn da pequeños pasos hacia mi y yo retrocedo dos pasos. Lo sé, me estoy encerrando dentro de mi burbuja y no quiero escuchar nada de lo que él diga. Soy una cobarde.

—Char.

Niego con mi cabeza, no quiero oírlo. No quiero oír nada de lo que él tenga para decirme.

—Char.

Observo que se acerca a mí y yo estiro mi brazo para que se detenga y no de otro paso más.

—Detente.

Él hace caso omiso a mis palabras y sigue avanzando.

—No, Char.

— ¡Para ya!

—No lo haré —dice cuando está a solo unos cuantos pasos de mí— tenemos que hablar.

Yo sólo niego y mis ojos empiezan a picar. Y de un segundo a otro él me tiene tomada de los brazos.

—Aún no estoy lista para hablar contigo —admito en voz alta y con los ojos cerrados.

— ¿Entonces cuándo? ¿Cuándo estarás lista, Char? —su voz de ha elevado un poco y entonces abro los ojos— porque ya estoy cansado de esperar; todos los días me levanto pensando que fue lo que pude haber hecho mal para ganarme tu indiferencia. No respondes mis llamadas, ni mis mensaje y tampoco me recibes en tu casa. Un día estábamos bien y al otro te portabas fría y distante, y fui tan estúpido por pensar que estabas cansada por el viaje y con eso justifique tu modo de actuar conmigo.

>>Pero ya ha pasado una jodida semana y sigo sin saber el porque de tu actitud, y creo que ya me hiciste sufrir demasiado...

— ¿Ya te hice sufrir demasiado? — hablo con ironía— tu eres él que me ha hecho sufrir y prometiste que no lo harías, Zayn.

—Pero ya dime de una vez que te hice, mujer. No soy adivino —suelta su agarre de mi y eleva sus brazos al cielo, imagino que a modo de frustración— dijimos que cualquier cosa la hablaríamos y lo solucionariamos, y estamos haciendo todo lo contrario.

Y entonces no me contengo, sacó toda mi frustración y dolor de estos días. Se lo gritó.

— ¡Maldita sea! Ya sé qué no soy la única en tu vida y que tienes a otra.

La garganta me arde por lo fuerte que le he gritado, esperaba sentirme mejor con decírselo, pero es todo lo contrario.  Me siento peor y quiero llorar, pero no quiero hacerlo frente a él; me vería vulnerable, más de lo que ya estoy.

— ¿Qué?

—Si idiota, te oí hablando con ella. Para la próxima ponle seguro a tu estúpida habitación o mejor no tengas novia si la vas a engañar.

Mi respiración ha aumentado y mi pecho sube y baja muy rápido. Una niña que pasa cerca de nosotros nos observa pero cuando me ve sale corriendo. ¡Mierda, la he espantado! Pero ya no importa, quiero mantener mi enojo por un tiempo más.

— ¿Qué? —vuelve a preguntar Zayn.

—Lo que te dije, acaso estas sordo.

Entonces pasa lo que menos me esperaba en esta situación, Zayn se empieza a reír y habló de una risa extremadamente escandalosa. Y mi enojo se incrementa mucho más. Ahora ya no quiero llorar, ahora lo que realmente quiero es pegarle en la cara para que se callé.

— ¿Por qué te ríes?

El me hace señas con su mano de que esperé, no entiendo que esta pasando y ahora yo estoy confundida. Pero él sigue riendo y no para.

PROHIBIDO [z.m]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora