Me dan ganas de salir corriendo, gritar a los cuatro vientos que te amo.
Digo que soy paciente, que puedo esperar. Pero cada vez se me hace más imposible ocultar lo que siento.
Lo oculto porque sé que vas a rechazarme y no quiero que las cosas se vuelvan extrañas entre nosotros.
Preferiría mil veces seguir siendo tu amiga y no decirte nada, que decirte todo y perderte para siempre.
Eso simplemente me destruiría.
¿Pero cómo hago para no volverme loca?
¿Cómo hago para revertir mi enamoramiento?
¿Existirá una cura para el amor?
Ni siquiera puedo fijarme en alguien más, como para olvidarte al pensar en otro.
¿Estaré destinada a amarte en silencio eternamente?
¿Por qué pones de excusa miles de cosas para que yo no pueda amarte?
Me llenas de obstáculos el camino, lo haces prácticamente imposible de transitar.
Me haces avanzar y retroceder, me la paso dando vueltas y nunca puedo llegar a ti.
Para colmo dices que no te quieres a ti mismo, y que por eso no puedes querer a otros.
¿Acaso no entiendes que eso no importa?
Si yo te quiero, con eso debería ser suficiente. Te querré tanto que empezarás a quererte, como yo te quiero. Intentaré hacerte feliz, intentaré hacerte bien. Para que ya no estés triste. Trataré de aliviar tu dolor y trataré de solucionar tus problemas.
Es que te amo tanto...
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Me gustas, ¿cómo te lo digo? (continuación)
PoesíaContinuación de otra historia, por exceder el límite de partes por historia. Un nuevo amor apareció en su vida. Ella no se anima a decirle lo que siente. Pero le escribe poesías casi todos los días.
