-Pero... -Bella trató de oponerse.
- Silencio, Palvin -dijo el maestro.
Bella tomo un gran bocado de aire cuando aquel chico malo se acercó al pequeño estrado de manera intimidante.
Incluso la piel se le puso de gallina, jamás se había sentido así, mucho menos pensó que un simple alumno nuevo pudiera intimidarla de esa manera, pero él tenía un 'no sé qué' que con solo una mirada te derretía como paleta al sol.
El resto de alumnos en silencio, mirando atentamente as reacciones de ambos jóvenes,
Él lucia relajado, fresco y tranquilo, más despreocupado que antes.
Y ella, en su esfuerzo por no morir de taquicardia- lucía tranquila y sensata.
- ¿Por qué marginar? -dijo Christopher. -Señorita Palvin, con todo el respeto que se merece, lo que dice es una reverenda estupidez.
Tan frio, tan seco y directo, fue como escupir en su cara.
Una expresión de asombro de formo en más de uno de sus compañeros, mientras que el maestro los miraba desde su pupitre tranquilamente sin ninguna reacción.
-Si no comparte mi punto de vista no debería intervenir en mi exposición, señor Vélez -dijo ella fríamente.
- ¿Qué hay con la libertad de expresión? -dijo Christopher y entonces la miro fijamente.
¿Alguna vez has tenido esa sensación cuando alguien te mira? como si te estuvieran perforando el alma, como queriendo descifrar tus pensamientos. Saber más.
-Los "delincuentes" como tú los llamas son personas que están llenas de frustraciones... que no han tenido las mismas oportunidades que tú o yo, o todos... no son una carga más, o en términos vulgares como me gusta una mierda de gente como tú -dijo Justin.
Varios gemidos de sorpresa se asomaron en la sala.
- Definitivamente los delincuentes en su entorno se pasean tal igual que usted, no me sorprende entonces su manera de expresarse -dijo Bella y Chris esbozó media sonrisa. –Y 'la gente como nosotros' como usted dice señor Vélez, no permite que esta clase de personas 'parásitos sociales' en efecto se roben lo que no les pertenece y se ensalcen en sus laureles con el logro de otros.
-Por favor señorita Palvin, no me subestime -dijo Christopher. –Y sí, en efecto, conozco todo tipo de gente y por eso lo digo, el estado cada vez es más déspota con las clases sociales, hay tantas injusticias.
-Estamos hablando de deli cuentes –dijo Bella.
-Por lo mismo, la gente rica no es tan honesta y puritana como dice ser usted – dijo él. -Es verdad, no soy un santo ni leo la biblia a diario, pero me doy cuenta perfectamente de la corrupción, mientras que encierran a un inocente en cárcel por años de años la gente rica y sus 'negocios sucios' no son visto de mala forma, ¿Por qué? siempre existe esa pequeña cosa llamada 'dinero' que lo compra todo, claro que sí.
-¿Cuándo se volvió contra la gente bien? – contestó Bella incrédula, él soltó una carcajada.
-¿Qué tiene que decir ante eso, señorita Palvin? -dijo Christopher enfrentándola.
Ella se detuvo a observarlo, tenía una mirada burlona en el rostro, tan sarcástico y tan hermoso.
Soltó su aire comprimido con paciencia y dijo.
- Cada quien es educado como mejor lo crean, señor Vélez.
-El estar en un colegio caro para gente de dinero no te hace mejor persona -dijo Chris.
- ¿Y el estar en un reformatorio si? –él rió ante la contestación de la chica.
-Probablemente, te daré un seminario –contestó burlón.
'Uuuh' se escuchó de sus compañeros, ella se ruborizo ante ello.
-Lástima por ellos, son un carga para la sociedad -dijo Bella para defenderse.
- ¿Y si tu fieras esa carga? ¿A caso te gustaría que te vieran como un 'inadaptado social'?
-Me refiero a los impuestos, señor Vélez...
-Ni con todo el dinero del mundo comprarías tu felicidad.
La miro fijamente, y ella sintió como su cuerpo no reaccionaba y las piernas le temblaron, qué mirada más intensa.
-Lástima que siendo tan bonita e inteligente piense así -dijo Christopher sin dejar de mirarla fijamente.
-Suficiente -dijo el maestro y se puso de pie.
Ambos jóvenes despegaron sus miradas y la dirigieron hacia el maestro.
-Para ser su primer día en este taller lo ha hecho muy bien joven Vélez, permítame darle mis felicitaciones y la bienvenida a Busktoon, tiene un 10 -dijo el maestro.
Chris asintió y estrechó su mano educadamente. La castaña no lo pudo creer.
-Y usted señorita Palvin, tiene un 8 -dijo crudamente.
- ¿Qué?- dijo Bella al instante. –No, no, no, no. No puede ponerme un 8... No puede –habló la castaña desesperadamente, esto no estaba en sus planes.
-¿Por qué no?, yo soy en profesor aquí, yo puedo -dijo duramente.
-Pero... -Bella trató de oponerse.
- Silencio señorita Palvin, pudo haberse preparado mejor.
-Sí señorita Palvin, pudo prepararse mejor - dijo Justin de manera sarcástica y burlona.
Y ella lo fulmino con la mirada y maldijo en voz baja.
-A sus lugares -ordenó en maestro. -El siguiente en pasar es John.
Bella cayó pesadamente en su lugar sin quitarle la mirada desafiante a Vélez.
Annie se acercó por encima de su hombro y le dijo suavemente.
- ¿Y ese de dónde salió?
- De un barrio llamado 'soy un perfecto imbécil' - susurro molesta.
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Malas enseñanzas. | Christopher Vélez. | Adaptada
FanfictionÉsta fue la última vez Christopher Vélez, estoy harto de tu mal comportamiento y de ti - dijo Andrew por octava vez en la semana.- Te vas a la Academia de Boston y no me importa si quieres o no, es una orden. Es la quinta escuela de la que lo echan...