Capítulo O9

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-Buen día, mamá –sonrió Bella y besó la mejilla de Victoria cariñosamente.

-Buen día, cariño –respondió su madre.

-¿Dónde está papá? –preguntó Bella curiosamente.

-Aquí estoy –dijo Greg apareciendo por el comedor. Candy sirvió el desayuno. Victoria observaba cada cosas que Bella comía y contaba sus calorías. Era tan incómodo.

- Demasiadas fresas –dijo su madre reprendiéndola.

- Sí, tienes razón, lo siento –dijo Bella y dejó el tazón de frutas.

- Cariño –dijo su padre al fin despegándose de su celular.

- ¿Sí? –respondió Bella alzando la mirada y prestar atención.

- Pediré un informe de tus calificaciones mañana por la tarde –anuncio Greg.

Bella comenzó a toser nerviosamente, atorándose con una uva.

-¿Estas bien, mi niña? –pregunto Candy dándole palmaditas en el pecho.

- Sí, sí –respondió y fijó su vista en su padre. -¿Por qué? –quiso saber actuando normalmente.

- ¿Por qué no? - dijo Gerg respondiendo con otra pregunta.

- Linda, viajaremos a Paris este fin de semana, tengo un desfile muy importante y tu padre tiene que firmas unos contratos con unos inversionistas franceses - dijo Victoria.

- Además ya tienes la perfecta calificación del semestre, solo 10 en todas las materias - dijo su padre. - Entonces Bella palideció.

- Pero... ¿por qué no esperan hasta que regresen de su viaje? –Bella intentaba voltear la situación en lo que pensaba qué hacer.

- Regresaremos en una semana, cariño.

- ¿Puedo acompañarlos? –preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

- No, linda, no puedes. No puedes faltar a clases. Cielo - dijo su madre - mañana nos enviaran tus calificaciones, no es el fin del mundo, tu eres tan aplicada.

- Sí –dijo desconfiada, maldición. Sabía que habría problemas.

Mierda. ¿Ahora qué haría? tenía 10 en todas las materias, excepto por un 8 en taller de debate. ¿Qué pasa con los créditos extras? sus padres iban a matarla. Maldito Christopher, todo esto es su culpa, si tan solo hubiese mantenido la boca cerrada.

- Le ordenare a Candy que te prepare una dieta balanceada para esta semana, no quiero que ingieras calorías, linda necesitas cuidar tu figura –dijo Victoria.

Genial, y para colmo estaba gorda.

Roth, el chofer, la llegó a la escuela. La primera hora de geografía se la paso distraída y mortificada. ¿Qué haría? tiene que haber una solución. Y si la había, solo una. Christopher.

Su último recurso después de que estuvo persiguiendo al señor Parker por todo el campus en la hora de almuerzo para que subiera su calificación, el cual se lo negó rotundamente. Maldito viejo infeliz.

La última hora del día llego, los chicos tenían educación física y las chicas taller de etiqueta social. Cuando sonó la campana le faltaron pies para salir corriendo hacia los vestidores de los muchachos. Sabía que siempre que terminaban la clases de educación físicas era la hora de la ducha feliz.

Entró sin ningún pudor a los vestidores de los chicos, en medio de chiflidos y cumplidos de chicos prácticamente desnudos, mojados, enjabonados y sudados. Trato de cubrir su rostro mientras avanzaba y preguntaba por Christopher. Qué perturbada estaba, todo sea por la calificación.

Malas enseñanzas. | Christopher Vélez. | AdaptadaWhere stories live. Discover now