El ruiseñor y el búho se sentaron a contemplar el atardecer (como acostumbraban). Y los ojos del búho se tornaron rojizos y el ruiseñor le miró "¿que ves?" Y el búho extrañado, le replicó "lo mismo que ves tu" El ruiseñor, ofendido, miró al frente y de nuevo preguntó "¿que ves?" Y justo cuando el búho le fue a replicar el ruiseñor habló de nuevo "¿qué ves con tus ojos?" Y el búho solo le susurró "veo muerte" El ruiseñor bajó la mirada y se regocijó. Cuando sus ojos tornaron normales el ruiseñor susurró "los ojos de búho no mienten. Los ojos del búho ven lo que hay tras cada cosa. ¿Qué hay tras este atardecer?" Y se enfureció. Golpeo al búho con su débil fuerza y éste le hablo sin prestar demasiada atención "Los ojos del búho son un cristal para observar. Nadie dijo nada de que pudieran contar lo que ven. El inverso y el anverso, ¿que es real y que es mentira? La respuesta se encuentra, en lo mas profundo de la retina" el ruiseñor se apenó y habló asustado "Dime la respuesta ¿dónde la encontramos, como...?" El búho le sonrió. Siempre le gustó la curiosidad del ruiseñor. Ellos eran dos caras de la misma moneda. Uno con muchas preguntas, el otro con demasiadas respuestas. "Perdemos la cordura y dejamos correr el tiempo, solo tratando de ver tras ese cristal, un cristal tras el que no se forma imagen. Entonces descubrimos que es tan solo, un magullado espejo" El anverso y el reverso. Una realidad oblicua. Un reflejo en un espejo. El ruiseñor se entristeció todavía mas. "Tu, con tu canto alegras la primavera y marcas ausencia en invierno, sin esperar nada a cambio, solo pronunciando tu melodía" el pequeño ruiseñor seguía entristecido y algo mas convencido le respondió, aun sin mirarle. "Quisiera ser cantarina, pero no hay pequeño ruiseñor...yo espero a la gente, una espera nada peculiar, espero que se den cuenta de lo que hago por ellos pero no espero nada de ellos. Siento que me halagas, me siento halagada, aunque a veces me gustaria ser un pequeño ruiseñor, para no sentir dolor, solo cantar y volar" el búho sonrió. Se sentía...alegre. "¿Por qué...por qué te llaman búho?" El ruiseñor seguía tímido. El búho le sonrió y contestó animado "supongo que porque se mirar allá de lo que la vista alcanza, allá de esa fina capa a la que llaman percepción. Sería ciego si no pudiera ver mas allá de lo que mis ojos me muestran" el ruiseñor se sintió feliz ante aquella nueva respuesta "esos son los ojos del búho..." Murmuró. Yo soy fuego, pequeño ruiseñor.