Ey, blanca sonrisa, ayer me tatué tu nombre con los dedos. No quiero correr tras de ti como un mendigo. Pero ¿Cómo lo diría? Anoche también soñé contigo. Y solo verte caminar, es un autentico castigo. Mi corazón es un burdo remolino. La tormenta de tu olor esta matándole conmigo.
Basta de fingir, al menos nos unirá el destino. Tras de tus pasos corre magia, un dorado camino. Paras a verme y siento un estallido; caí haciendo equilibrismo por tus adoquines amarillos.
Corro sobre ti, tierra hechizada. Guía a esta pobre, alma enamorada. Ven aquí, deshazte sobre mí. Dulce pecado, acuéstate a mi lado.
Estoy en cuarentena. Nada de tu droga, ni de lanzarte miradas obscenas. Pero no me tientes con esos ojos color azucena.
Brilla el sol, en tu balcón. Canto saetas, a mi dolor. Asómate amada Julieta. Te llevare haciendo el amor hasta la isla de Creta.
Vuelve el frio que hay en tu mirada. Parece que esta noche estará animada. Ven aquí, háblale a la almohada. Di como te sientes, en tu vida ajetreada. Sale el sol, aun no es por la mañana. Parece que ya te dormiste, chica estresada. Bésame y hazte la enfadada; pero hoy tus sábanas también están mojadas.
La discordia en este baile está animada. Tu dulce sonrisa al sol es reservada. Y que las diosas muerdan la manzana dorada. Pero tú, la más hermosa, no has sido invitada.
Hojas caen, en tierra mortal. Rubias llamas, cubren el telar. Ven aquí, quiero hablarte. Lo siento mucho, me odio por amarte. Bella flor que nace en mi pecho. Acompáñame, déjame enamorarte. Escéptica dama, soy culpable de desearte.
