Lagrimas

1.5K 102 45
                                    


En la soledad de la noche, una voz sollozante se oía en el amplio templo de Capricornio.

La oscuridad, el frío y la soledad de aquel lugar reinaba en el templo donde un solo único habitante habitaba entre sus paredes.

Aquella voz sollozante se trataba del actual santo de Capricornio.

O sea se, Shura de Capricornio ¿Y el porque se encontraba llorando entre aquel solitario lugar?

El motivo estaba claro, no quería que lo vieran en aquel estado tan vulnerable, donde no era aquel cabello de temple valiente, fuerte, frío y letal.

Ahí en la soledad de su casa, podía dejar ese máscara tras la que se escondía y dejar salir su verdadero yo.

Ese yo, que ninguno de sus compañero tenía conocimiento... o por lo menos eso pensaba el Español, más para cierto Sagitario, que conocía como la palma de la mano a su compañero de armas desde niño, sabía de aquel lado vulnerable del santo más fiel.

Shura se encontraba sentado en la orilla de su cama en la habitación, mirando hacia el suelo, sintiendo como de su cara, mejillas saladas y cálidas resbalaban a lo largo de su piel.

No podía evitarlo, su alma necesitaba desahogarse y entre las noches oscuras lejos de los ojos acusadores de la gente podía desahogarse sin miedo a los reproches por su actitud.

Pasos resonaron en el piso del templo de capricornio con dirección a la habitación del Español.

Mas Shura no lo oyó hasta que la presencia invasora se arrodillo frente a el, lo tomo de las mejillas y con una de sus manos limpio las lagrimas que estropeaban el hermoso rostro del peli verde oscuro.

-Aioros...- Susurro con la voz ronca debido a los sollozos que desde hace rato lo invadió.

-Shh...- Le silencio de manera dulce y amable el de ojos aguamarinos, posando uno de sus dedos entre la superficie de los labios del Capricornio.

-Desahogate lo que necesites Shura, aquí estoy para ti, siempre lo estaré, porque solo yo conozco la belleza delicada de tu alma, llora mi querido Shura, para que luego puedas mostrarme esa sonrisa que hasta los ángeles envidiaran-

Tras aquellas palabras ambos chicos se sumieron en un cálido y reconfortante abrazo que duró horas...



Momentos SagicornioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora