Momentos Sagicornio

Perdon

Si había algo que Shura no podía quitarse de su mente, era la culpa que le carcomía por dentro a cada dia y noche.

Cada vez que veía a Aioros fuese por donde fuese, no podía evitar que un nudo en la garganta se formase y que sus ojos escocieran como si ácido hubiera salpicado en ellos.

Desde que volvieron nuevamente a la vida, no pudo encararlo como el habría querido.

Pedirle disculpas era lo que más deseaba decirle. Pero cada vez que estaba a punto de acercarse a el y hablar, su conciencia hacia aparición.

"¿De que le valdrán las disculpas? Eres su amigo y lo traicionaste, por más que el patriarca te lo mandara, no confiastes en el, no mereces su perdón"

Aquel pensamiento era lo que le impedía acercarse y ser su amigo como antaño era.

Solo le quedaba observarlo a la distancia, donde podía ver sus sonrisas dirigidas a su hermano pequeño, como se reía con Saga y Aldebarán, como practicaba sus habilidades junto a Dohko.

                           ...

-¿Por qué no le hablas a Aioros?- Le pregunto un dia Afrodita, cuando le pillo espiando al Sagitario en una de sus sesiones de entrenamiento.

-No soy digno de pedir disculpas y que me dé su perdón, estoy seguro que me lo dara, pero no merezco su perdón- Le comentó a su amigo con una sonrisa claramente falsa y triste.

El de Piscis negó con la cabeza ante la culpa que acosaba a su amigo.

-Aioros todos los días pregunta por ti, deja de sentirte culpable, todos nos equivocamos, no seas tan duro contigo mismo y ve hablarle, estoy seguro que te recibirá con los brazos abiertos- Tras ello, el de Piscis saco una rosa de su armadura y se lo colocó en las manos del español.

-Vamos romeo tu dulcinea te espera- Y con esas palabras el de la décima casa dio un empujón a su amigo para que encarará finalmente al de Sagitario.

-Shura...- El castaño susurro su nombre con una sonrisa amplia cuando lo vio aparecer.

Shura al ver sus ojos y esa sonrisa dejo a un lado sus temores y reproches para al fin hablarle...

-Perdoname Aioros...- Y con esas palabras le entregó la rosa que traía en sus manos.