Capítulo 5 | El Alivio De La Verdad

953 83 98
                                    

CASEY

Estaba atrapada en un caos que todavía no pasaba, pero me imaginaba como podría suceder. Mis latidos de alguna forma aceleraban —pero no excesivamente— y mi aliento quedaba atrapado en mi boca.

Bajé a la estancia buscando a Kevin, pero no lograba encontrarlo.

—¿Casey? —Tocaba la puerta Jessica, buscando alguna respuesta—. ¿Hay alguien?

Antes de acudir a la puerta, me dediqué a voltear los marcos de fotografías de nosotros que se hallaban en la entrada y en la sala. Al verificar que todo estaba en orden, tomé el picaporte y abrí finalmente.

—Hola—Sonrió al momento de verme y no tardó mucho en rodear sus brazos contra mis hombros—. Es bueno verte otra vez.

—Hola—Contesté con nervios, respirando hondo mientras la abrazaba—. ¿Cómo supiste dónde era mi hogar?

Se separa del abrazo sin quitar su sonrisa.

—La prima de mi mamá vive por aquí, la oí comentar que una pareja llegó hace pocas semanas y tuve la sospecha que se trataba de ti.

—Bueno—Carraspeo un poco—, entra. Estás en tu casa.

Al momento en que oyó aquello, no dudó en adentrarse y mirar cada rincón del lugar. De cierta forma no me molestaba, sé que las personas son curiosas, pero a ella la conozco y siento que es alguien que ya forma parte de mi vida.

—Es hermosa tu cocina.

Cerré la puerta y me acerqué a ella tan rápido como pude. Tampoco podía ignorar el hecho en que ella pudiera descubrir quién es Kevin.

—Gracias—Me esforcé en sonreír—. ¿Quieres tomar algo?

—Claro.

Jessica tomó asiento en el comedor cerca de la ventana, sin dejar de mirar los cuadros que colgaban por la cocina o las cosas decorativas que se hallaban cerca.

—¿Café? —Pregunté al momento de acercarme a la cafetera.

—Sí—Dijo gentilmente—. ¿Y cómo se llama tu esposo?

Al oír aquello tras mis espaldas, un escalofrío me invadió en un instante, pero debía de calmarme, no sería tan alarmante si digo su nombre, no lo conoce demasiado como para saber eso.

—Kevin—Tomé dos tazas y las coloco en la encimera—. Kevin Wendell.

—¿Y cómo lo conociste?

Repase un poco mi respuesta, de cierta forma no quería decir la verdad, pero lo deseaba. Se siente un poco extraño querer decir la verdad sin poder decirla, quitarme ese peso con una persona que tal vez podría ser una amiga, pero no pienso correr riesgos.

—En una cafetería—La miré por un par de segundos antes de acercarme al refrigerador—. Él se acercó a mí y hablamos por un buen rato.

Al abrir el refrigerador, miré con atención la comida que preparó Kevin guardada en diversas charolas y envueltas en aluminio. Nunca me había sentido culpable por no poder comer algo, pero sus esfuerzos por hacer esta comida fueron en vano por mi culpa.

—Lamento si hago muchas preguntas, es sólo que... envidio cómo lograste superar tu pasado y hacer tu vida como si... nada hubiese pasado.

Me giré para verla y noté como su mirada se dirigía a sus manos que jugaban solas por encima de la mesa. Cerré el refrigerador y me acerqué a su posición hasta sentarme a su lado y tomar sus manos poco a poco.

Una Parte De Nosotros | Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora