Capítulo 9 | Los Sentimientos Rechazados

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DIXON

Al igual que Casey, miré en dirección a la puerta, sintiendo como mi sangre se helaba al momento de ver a Kevin entrar en la habitación. Ambos nos quedamos callados con nuestros cuerpos temblando y sin saber qué hacer, pero me permití dar el primer paso para tratar de arreglar esta situación.

—Kevin, yo...—Me acerqué a su posición—. No es lo que parece.

Sus ojos estaban desorbitados y pude oler su aliento de alcohol a la perfección. Él dio un paso adelante, pero se tropezó torpemente y, antes de que pudiera caer, lo tomé de los brazos y lo sujeté con fuerza.

—La horda tiene que dormir—Su voz se encontraba baja y mostraba un tono burlón en ella, no cabía duda que estaba borracho.

—Kevin..., por dios.

Casey apresuró el paso y tomó el brazo derecho de Kevin para apoyarlo encima de sus hombros. Juntos lo sujetamos hasta llevarlo a la cama.

—Gracias—Agradeció a su vez que acomodaba la cabeza de su esposo contra la almohada.

—Está borracho—Le indique—, no recordara esto.

—Tienes que irte—Se giró hacia mí, mostrándome su fría y seria mirada.

Traté de decir algo, pero no podía, las palabras que deseaba decir se mantuvieron en mi boca sin salir, y ella se apresuró en detener el breve silencio.

—Te acompañare a la puerta.

Sus pasos se aproximaron a mi lado y, sin verme, salió de la habitación en espera de que yo hiciera lo mismo.

La noche seguía su curso, el frío se mantenía ocasionando que saliera vapor de mis labios al momento de suspirar.

—No comentaremos esto—Susurró Casey deteniéndose en la puerta—. Todo esto estuvo mal.

—Sólo quería charlar—Aclaré—, ni Kevin se acordará de esto.

—Tú no tienes que amarme—Su voz se volvió agitada—. No nos conocemos, no sé nada de ti y tú no sabes nada de mí. No tiene sentido esto.

—¡Claro que lo tiene! —Contesté a su mismo modo—. Tiene sentido para mí.

—Te sientes solo—Su mano tocó mi hombro y sus ojos mostraron pena por mí—. Sé que has sufrido mucho..., pero esto no te ayudará. Tienes que confiar en mí.

Su forma de hablar era tan tranquila, serena y suave al igual que el viento. Tendría que aprender a dejarla a ir, no negaré que tiene razón en ciertas cosas, pero por ahora callaré lo que mejor deberé de decir.

—Debo irme—Sin decir nada más, me retiré de su hogar caminando con calma.

CASEY

El sonido de las aves me ayudó a que despertara, aunque de cierta forma no estaba cómoda. Me hallaba acostada en el suelo a un lado de la cama, mientras que Kevin estaba acostado sobre la colcha relajadamente.

Me levanté del suelo tallando mis ojos y estirándome un poco para relajar los músculos, pero el dolor de mi espalda continuaba.

—¿Casey?

Miré en dirección a Kevin que ya se encontraba despierto.

—Hola cariño—Me acerqué a la cama y me senté en ella mientras tomaba su mano por encima de la sabana—. Veo que dormiste mucho.

—Me duele mi cabeza—Con su mano libre empezó acariciar un poco su frente a su vez que apretaba sus ojos—. ¿Qué pasó?

—Tomaste demasiado.

Una Parte De Nosotros | Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora