Capítulo 14 | La Culpa Y Las Mentiras

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Toque de inmediato la puerta de la casa de Jessica varias veces con fuerza hasta que me respondiera. Al ver que abre de esta, me mira confundida y extrañada.

—No puedo hacerlo, Jessica—Dije con desesperación—. Estoy fuera de esto, no quiero hacerlo.

—Calma—Sale de su casa y cierra la puerta tras sus espaldas—. Mi familia está aquí.

—Jessica, no quiero hacerlo. Lo de Dixon..., no pienso romperle su corazón.

Al verme decir eso, decide abrazarme por un momento.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión? —Susurró en mi oído.

—Él también sufrió, perdió a su hijo, su matrimonio..., perdió todo Jessica.

Tan pronto como dije eso, ella se alejó un par de pasos hacia atrás y su expresión se volvió molesta.

—¿Ahora sientes pena por un hombre que te acosa? ¿En serio, Casey?

—¿Y qué si siento pena? —Imité su tono—. No soy una maldita persona cruel como tú.

Quería arrepentirme por decir eso, pero las palabras ya estaban dichas.

—Sólo trato de ayudarte.

—¡Pues no me ayudas en absoluto! —El estrés trataba de persuadirme, ya no sabía qué hacer.

—¿Y por qué no le preguntas a Kevin? —Me miró con detenimiento, notando mi silencio y la manera en como desviaba mis ojos al suelo—. Ya veo..., ni siquiera él sabe de esto.

—Sabes que no puedo contarle—Suspire profundo y le dirijo mi atención nuevamente—. Yo quiero encargarme de esto. Jason está confundido, simplemente se siente solo.

—Genial, ¿ahora lo llamas por su nombre? —Soltó una risa irónica—. Casey, ni siquiera sabes cómo ese hombre ha tratado a las personas. Tiene un lado que no todas las personas conocen.

—¿Y acaso tú lo sabes?

—No, pero no seas tonta como para no saberlo.

Estaba cansada para seguir con esta discusión, ya no deseaba permanecer ahí más.

—Mejor entra a casa, Jessica. No te quiero molestar más.

Dicho aquello, me retire lo más pronto posible de ahí. Esperaba oír alguna palabra por parte de ella, pero me dejó vagando en el silencio.

JASON

Estaba conforme con lo que sucedió hoy. Al parecer, la sesión no resultó tan mala después de todo. Finalmente, me sentí aliviado con poder hablarle a alguien de mis problemas, estaba liberado con ese peso que cargaba. Aunque he de admitir que no dejo de sentirme triste por todo lo que pasé y nuevamente recordarlo, pero sé que Casey me ayudará en alivianar este dolor.

Horas después de haberme retirado de su consultorio, acudí de inmediato a la comisaría. Ya estaban dando las seis de la tarde cuando apenas me adentraba por la puerta.

—¡Dixon! Ya pensábamos que estabas dormido—Rió Fabián el verme llegar.

—Sólo vengo por unas cosas—Respondí.

Antes de acudir a mi despacho, me detuve en frente del escritorio de Hanna.

—Señor—Cuelga el teléfono y me observa con detenimiento—, el informe ya ha sido entregado a su buzón, pero también hemos encontrado algo más que...

—Mejor hablemos adentro—Susurré.

Miré a mis espaldas a mis demás compañeros que atendían sus asuntos, por lo que no me preocupe en que sospecharan algo de mí. Junto con Hanna, nos adentramos a mi oficina y cierro la puerta con seguro. Le señalo que tome asiento en una de las sillas de madera a su vez que yo tomo asiento en la mía.

—¿Qué descubriste? —Recargo mis codos encima de la mesa y la veo sin expresión alguna.

—Cuando contacté a mi compañero Josh Steck, además de traducirme el informe que le mandé, descubrió otras páginas de información que involucran al señor Kevin Wendell Crumb.

Me tiende encima de la mesa una carpeta abultada, donde guarda varias hojas engrapadas y por lo que inspeccione, dos periódicos viejos.

—¿Esta seguro que desea investigar sobre el señor Wendell? —Me pregunta al verme abrir la carpeta—. Si hubiera cometido algún delito creo que lo habríamos sabido.

—No, Hanna—La miré fijamente—. No quiero que le comentes esto a nadie, es un asunto que debe mantenerse en secreto entre nosotros dos, ¿entiendes?

Ante mi forma de hablar, ella no dudó mucho en asentir.

—Bien—Respire hondo—. Ahora ve atender las llamadas.

Escucho como se coloca de pie y se retira cerrando la puerta con delicadeza. Ahora sí, estaba dispuesto a descubrir más cosas de él.

KEVIN

—¡Ya está la cena, Casey! —Grité al momento de observar como la sopa estaba lista para luego apagar la estufa.

Sin embargo, a pesar de gritar, no recibí respuesta por parte de ella. Salí de la cocina para ir la estancia para buscarla, pero no se hallaba acostada en uno de los sofás leyendo o viendo la televisión. Fui de camino a las escaleras para adentrarme a la habitación.

—¿Casey?

Vi la puerta de nuestro baño abierta, acompañado del vapor que salía de ella por el agua caliente. Claramente, sospeché que se trataba de Casey dándose una ducha en la bañera.

A hurtadillas, me adentro al baño a su vez que me retiraba la ropa de encima.

Escucho su voz tararear una canción tranquila, mientras que lavaba su cabello con los ojos cerrados.

—Hola preciosa—Digo justo cuando me adentro a la bañera y sujeto su cintura detrás de su espalda.

—Kevin—Dio un pequeño brinco y se giró para verme—. Hola, cielo.

Noté que su voz se encontraba baja y, a mí parecer, nerviosa.

—¿Todo bien? —Acaricie su mejilla—. Pareces nerviosa.

—¡Sí! —Carraspeó un poco—. Tuve un día agitado.

—¿Hiciste algo sin mí? —Mantuve una sonrisa para relajarla.

Su mano se detuvo encima de la mía cuando la posicione en su mejilla. Sonrió conmigo mientras se pegaba más a mí.

—Solo esperaba estar contigo—Me abraza con fuerza, pegando su rostro contra mi hombro—. Te amo Kevin, en verdad que lo hago.

—Yo igual, Casey—Besé su hombro—. Y también amo a nuestra pequeña—Acaricié su estómago suavemente.

—Aún no se nota—Rió bajo—, pero sé que va en proceso.

Nos mantuvimos abrazados mientras sentíamos el agua caliente caer sobre nuestros cuerpos desnudos.

Pensé un poco ante su comportamiento como hoy y en anteriores días y no cabía duda que algo ocurría. Tal vez tomaré mi tiempo libre en saber qué es lo que ocurre en ella. 

Una Parte De Nosotros | Tercera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora